De Botín a Albella: los protagonistas en la sombra en la opa sobre DIA
La opa de DIA, que ha concluido con éxito sobre la cadena de supermercados, tiene a varios protagonistas decisivos en el resultado
50 días. Es el tiempo que ha transcurrido desde que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) dio el visto bueno a la opa de Mikhail Fridman hasta que reveló cuántos accionistas consiguió sumar a su plan de rescate para la cadena de supermercados. Durante todo ese tiempo, multitud de personalidades han inferido e influido en un proceso que ha estado lleno de giros.
Sebastián Albella (CNMV)
El presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), pese a no aparecer en las negociaciones de Fridman con la banca y no estar presente en las reuniones de los hombres de confianza del magnate ruso, ha sido fundamental en el desenlace.
También ha sido criticado por muchos. Primero por aprobar la opa con más celeridad de la habitual y más tarde por eliminar el umbral mínimo de aceptación, un requisito de Fridman que supuso el éxito automático de su oferta.
El organismo presidido por Albella entendió que los 0,67 euros por acción por la compañía suponían un precio equitativo, pese a que la última vez que Fridman compró acciones de la compañía lo hizo a un precio muy superior.
Borja de la Cierva (DIA)
Asumió la compañía en uno de los momentos más difíciles y tiene todas las papeletas para abandonarla cuando los hombres de Fridman tomen el control de nuevo del consejo de administración de DIA.
Borja de la Cierva llegó para sustituir a Antonio Coto como consejero delegado, con el propósito de obtener un rendimiento como el que había registrado en anteriores empresas por las que pasó, como El Corte Inglés, y así olvidar el mal año de la compañía, que había perdido a dos consejeros delegados en lo que llevaba de ejercicio.
En una primera fase, su objetivo estaba claro: buscar un plan para rescatar DIA y lograr el respaldo en la junta de accionistas del 20 de marzo para ejecutarlo. El primer pasó lo cumplió, al obtener un acuerdo con la banca y la garantía de que Morgan Stanley garantizaría una ampliación de capital de 600 millones de euros.
Pero su segunda parte del plan no pudo llevarse a cabo. La junta de accionistas echó por tierra su hoja de ruta y aprobó la de Fridman, en parte, porque la mayor parte de los votos de Letterone, entonces con un 29% de las acciones, decantaron el resultado.
De la Cierva terminó recomendando la opa de Fridman, al igual que el resto de consejeros delegados. En el informe en el que recomendaba a los accionistas ir a la opa de Letterone, admitía que él también vendería parte de sus acciones, si bien mantendría un porcentaje residual hasta antes de cesar en el cargo.
Jaime García-Legaz (DIA)
Para unos su papel ha sido puramente institucional y para otros ha sido un hombre de Fridman infiltrado en el consejo de administración de DIA.
Jaime García-Legaz, el que fuera presidente de Aena, entró a formar parte de la terna de directivos para sustituir a Ana María Llopis, quien dimitió de manera precipitada tras la presentación del último profit warning que terminó de hundir a la compañía en bolsa.
La proximidad de García-Legaz y Fridman saltó a la palestra en pleno enfrentamiento con el consejo de administración, tras revelarse una reunión entre las partes en Londres, ciudad en el que está establecido el cuartel general de Letterone en Europa. Y, enmedio de los rumores, el magnate ruso salvó a García-Legaz en la junta de accionistas gracias a sus votos.
Gregoire Bontoux (ex Carrefour)
Bontoux, un empresario francés que vive en España, ha sido una de las personalidades que más incógnitas ha despertado en la opa de DIA. Nunca dijo estar a favor o en contra del plan de rescate de Letterone, ni tampoco del consejo de administración. De hecho, a la hora de la verdad, en la junta de accionista de DIA, se abstuvo en todas las votaciones.
Este empresario francés, que gestiona su inversión a través de su sociedad luxemburguesa Naturinvest (mantiene el 3,4% de DIA), únicamente se reafirmó una y otra vez en que los 0,67 euros por acción no reflejaban el valor de la compañía y que, por tanto, nunca vendería sus acciones a Letterone.
En estos dos meses, paso de tener un papel más activo, proponiendo planes intermedios para DIA, a querer pasar completamente desapercibido. También ha pasado de aliarse con empresarios españoles, en una sindicatura de accionistas (recurso para sumar acciones en bloque), a ir por solitario.
Luis Amaral (Eurocash)
Luis Amaral comenzó a invertir en DIA a mediados de 2018 y tiene un poco menos del 2% del capital. A la vista de sus movimientos, ha quedado claro que ha querido interferir en la opa con el único objetivo de que Fridman subiera el precio, aunque en una entrevista a El Economista llegó a afirmar que, de haber una alternativa a Fridman, participaría.
Pero después, en diferentes comunicados, el empresario portugués, propietario del 44% de la cadena Eurocash (Polonia), se limitó a invitar a los accionistas de la compañía a que no vendieran sus acciones, arriesgándose a que la compañía pudiera terminar en disolución (si Fridman no sumaba más del 50% a sus votos el desenlace de la compañía no había alternativa).
Amaral maneja una gran fortuna a través de su family office Western Gate, domiciliado en el paraíso fiscal de Curazao (Antillas Holandesas). También es accionista de la empresa de bebidas espirituosas Stock Spirits, productor de una marca reconocida en Europa Central y del Este.
Ana Botín (Banco Santander)
Banco Santander no es solo una de las 17 entidades que componen el pool bancario de DIA. Actualmente es la única financiera que bloquea las propuestas de Letterone, que no quiere pagar ni un euro de su deuda hasta 2024 y 380 millones de euros como liquidez inmediata para pagar a proveedores.
El banco presidido por Ana Botín ha dado portazo al primer accionista en varias ocasiones. El Confidencial adelantó que el banco cántabro, primer acreedor de la cadena de supermercados con cerca de 350 millones del importe a repagar, decidió no firmar el pacto que Letterone había alcanzado con el resto de bancos a cuatro días hábiles del final de la opa.
Ahora queda muy poco tiempo de margen para que el millonario ruso y las 17 entidades acreedoras lleguen a un acuerdo para sacar adelante de la compañía. A partir del día 20, es decir, este lunes, cualquier proveedor puede solicitar el concurso de acreedores, se deberá saber qué camino sigue la compañía.
Rafael del Castillo (Defensores de DIA)
Su nombre no ha aparecido apenas en la prensa, pero ha sido una de las personas más activas en el bloqueo a Mikhail Fridman. Del Castillo, un empresario que fundó el diario Superdeporte y luego lo vendió a Prensa Ibérica, ahora de Javier Moll, lidera la conocida como Asociación de Defensores de DIA (AADD), compuesta por accionistas minoritarios.
Su objetivo no era otro que impedir que la compañia española terminara en manos rusas. Se alió con empresarios de su entorno, entre ellos algunos economistas, y llegó a fichar al mediático abogado Miguel Ángel Duran.
La familia Gómez de Pablos o el nieto de la familia Carrefour, dos posibles caballeros blancos de DIA
👉🏼Nos lo ha dicho Rafael del Castillo Pte. de @DefensoresdeDIA
🔹#MercadoAbierto con @78laurablanco
🎙️https://t.co/aw8twQh2T6 pic.twitter.com/7pUXQCiraf
— CAPITAL RADIO (@CAPITALRADIOB) 8 de febrero de 2019
Mikhail Fridman (Letterone)
Ha estado en boca de todos y se ha dejado ver muy poco. El nuevo dueño de DIA, con casi el 70% del capital, se ha visto en apuros para completar su plan de control.
Y es que Fridman, un hombre nacido en Ucrania, nacionalizado ruso e israelí y millonario a partir de la apertura de la economía rusa en los años noventa y el nuevo siglo, no ha tenido un camino fácil en DIA.
Primero estuvo enfrentado abiertamente al consejo de administración y luego tuvo que solicitar hasta en dos ocasiones más tiempo para ganar apoyos en el periodo de adhesión de la opa.
Stephan Ducharme (Letterone)
Es uno de los principales apoyos de Fridman. No solo ha jugado un papel relevante en DIA, sino en otros puestos de responsabilidad en Alfa Group, holding vinculado en sus orígenes con Letterone y fundado a partir de un pequeño banco privado tras la caída de la URSS. Se trata del conglomerado desde el que Fridman controla, entre otros, Alfa Bank, el banco comercial privado más grande de Rusia que fue acusado de estar detrás de DonaldTrump y los supuestos ataques a los servidores de Hilary Clinton
Ducharme, un hombre nacido en Etiopía y que empezó trabajando en Salomon Brothers, ha sido protagonista en la opa de DIA en todas sus fases. Ha estado presente en todas las reuniones, tanto en el roadshow con fondos de inversión hasta la reunión con los minoritarios.
Ahora, el que fuera consejero de DIA por un breve periodo de tiempo, volverá a la compañía en pocos meses.
Michael Casey (Goldman Sachs – Letterone)
Ahora trabaja para Letterone, el fondo de inversión luxemburgués que Fridman controla junto a otro grupo de empresarios rusos, pero en un pasado no muy lejano prestaba sus servicios a Goldman Sachs.
El banco de inversión norteamericano ha estado en el punto de mira del regulador y de muchos accionistas. Siempre se sospechó que el gigante financiero con sede en Nueva York, a través de la cesión de acciones a inversores bajistas, influyó al desplome de DIA en el bolsa.
Pero, ¿qué pinta Casey en todo esto? El norteamericano fue durante años jefe de retail de Europa de Goldman Sachs hasta mayo de 2017, cuando le fichó para esta misma área Fridman, quien solo tres meses después iniciaría su asalto a DIA, con la compra de su primer paquete de acciones que equivalían al 10% del capital.