Sánchez usará fondos europeos pero niega el rescate: eso fue la banca
El presidente del Gobierno recurrirá a los créditos del SURE sin descartar tirar también del MEDE, aunque rechaza que su utilización sea pedir otro rescate
Que Bruselas no haya puesto exigencias de control financiero extra a los estados miembros que pidan dinero para financiar el gasto sanitario a través del fondo de rescate europeo, el MEDE, o del nuevo instrumento que se aprobará para sostener los ERTE, el SURE, es sinónimo de que España no necesita ser rescatada. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, así lo ha explicado durante su rueda de prensa telemática de este sábado, en el que ha señalado que estas líneas de financiación de emergencia nada tenían que ver con las que se utilizaron hace unos años para recapitalizar a la banca porque no contaban con condicionantes. «El rescate fue el del sector financiero», ha insistido.
El cambio de discurso sobre la utilización del MEDE ha sido total durante los últimos días, a medida que cada vez las previsiones económicas se ensombrecían y las revisiones de las cifras de recesión eran cada vez más profundas y, con ellas, las del déficit y el endeudamiento.
Hasta el momento, la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, que siempre había mostrado su inclinación por el SURE para apoyar los ERTE, también había sostenido que España no tenía necesidad de recurrir al MEDE porque se financiaba sin problemas en los mercados, pero desde el viernes suavizó su discurso. Pedro Sánchez fue este sábado algo más allá al señalar que no descartaba tirar de esas líneas de apoyo financiero.
El presidente del MEDE le recordó al Gobierno español hace pocos días en una entrevista: recurrir a las líneas de financiación del MEDE, de las que España podría utilizar hasta 25.000 millones- significaría un ahorro de 2.000 millones en intereses en 10 años. Es decir, 200 millones anuales durante una década.
Con un déficit que podría superar este año 100.000 millones de euros y las obligadas refinanciaciones de deuda, el volumen de intereses a abonar financiando todo el importe a coste español, con una prima de riesgo ascendiente, deja muy mermada la capacidad de gasto a medio plazo. A España, tal como apuntó Economía Digital, le cuesta 14.000 millones más que Alemania financiar 100.000 millones en mercado.
Bruselas ha aceptado que los países que recurran a estas líneas de refinanciación no tengan que seguir un escrutinio ni fijar unos objetivos de ajuste más duros. Es decir, que son fondos que no vendrán acompañados de la sombra de los Hombres de Negro que durante años han visitado nuestro país tras la inyección de dinero al sector financiero.
¿El fondo de reconstrucción vendrá luego?
España ha argumentado desde que comenzó la crisis del coronavirus que Europa debía crear un modelo de financiación que mutualizara la deuda. Con los eurobonos enterrados, para la segunda fase de esta crisis, la de la reconstrucción económica, España está pidiendo que los fondos no lleguen como crédito, sino como transferencias, para no tener que devolverlos. Para ello, se propone crear una fondo financiado por deuda perpetua y que los intereses se carguen contra el presupuesto europeo, financiándolo con algún impuesto nuevo.
Uno de los temas es cómo computará la deuda que se cree a través del MEDE o del SURE. Este último vehículo se aprobó el pasado viernes en el Eurogrupo, pero no se ha definido claramente si computará dentro del endeudamiento de España en base a los criterios que fija Europa para contabilizar la deuda del Estado.
Algunos expertos, como Funcas, son partidarios de crear un sistema de doble contabilidad, que extrapolaran el endeudamiento real del coyuntural provocado por la pandemia. Los analistas esperan un importantísimo incremento del endeudamiento este año. El Gobierno, por el momento, ha defendido ante Bruselas que será capaz de reducirlo en 2021; algo de lo que duda incluso la AIReF.