La recesión pone rumbo hacia el peor de los escenarios
El estimación base de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada apunta a una caída del PIB del 12%, en la línea del Banco de España o de Funcas
La crisis del coronavirus continúa trasladando pesimismo a la continuada publicación de informes económicos sobre su impacto, que, progresivamente, van mostrando cada vez un consenso más negativo sobre las perspectivas de recesión para España en 2020.
Los últimos economistas en difundir sus estimaciones han sido los de Fedea, que calculan que, teniendo en cuenta la contracción económica sufrida durante el primer trimestre -el dato adelantado del INE mostró una caída respecto al trimestre anterior del 5,2% con tan solo 14 días de estado de alarma-, la economía española caerá un 11,97%. Esta cifra, que solo es el escenario base previsto por Fedea, se acerca a la peor de las estimacios planteados por el Banco de España, que, utilizando su método histórico, calculaba que la economía española se contraería un 12,4% este ejercicio.
Los economistas de la fundación incluso abren la puerta a una caída mucho más significativa, que podría llegar al 18% del PIB si la crisis se prolonga quince meses. Es decir en este supuesto no se cumple el mantra defendido hasta el momento, que es que se comenzará a dejar atrás el pico de la contracción durante el tercer y cuarto trimestre de 2020.
Así, Fedea, en su escenario base, arroja luz a lo que otros analistas han ido adelantando, pero con cifras menos rotundas: que el trimestre más duro para la economía es el que atravesamos y que el golpe del cierre económico sobre nuestro PIB está siendo fortísimo, pero hace suyo un escenario de recuperación a partir del tercer trimestre.
En este sentido, calcula que el valor de la economía en abril habría sido un 16% inferior a la del mismo mes del año anterior; y que el descenso en mayo y junio será del 32 y del 28%, respectivamente. A partir de entonces, anticipa que el descenso se irá moderando, para cerrar el mes de diciembre con un PIB mensual en tablas respecto al 2019.
Un escenario que se deteriora rápidamente
La progresión a peor de las estimaciones económicas está siendo generalizada desde que se empezaron a presentar informes sobre el impacto económico de la pandemia y del estado de alarma. En marzo, el IESE, que fue el primeros en incorporar escenarios ligados a la duración del cierre económico, auguró una contracción comprendida entre el 3,9% y el 10%.
La escuela de negocios no ha actualizado sus previsiones, pero el Gobierno envió el 30 de abril a Bruselas un escenario mucho más cercano al peor que calculaba el IESE -contemplando una caída del 9,2% en 2020-.
Funcas también ve pausible que la recesión pueda robar más del 12% del PIB a España (en su peor escenario, publicado a finales de abril adelantó que esperaba una caída comprendida entre el 7 y el 12,5%). BBVA Research, sin embargo, es algo más optimista y limita la horquilla de recesión al 5,5%-10,5% durante este año.
La reconciliación entre la disparidad de estimaciones parece complicada a corto plazo. Con el proceso de desescalada empezando, y con muchas dudas sobre cómo evolucionará la pandemia, o si habrá rebrote, es difícil adelantar unas estimaciones más concretas. El Ejecutivo se escudó el 1 de mayo justo en esta incertidumbre para no aportar previsiones de déficit o de deuda de cara a 2021 en las estimaciones enviadas a Bruselas.
El progresivo deterioro -el Banco de España calcula que cada semana de cierre económico se pierden seis décimas de PIB-, sin embargo, apunta a que los efectos secundarios en déficit y endeudamiento también crecerá, a mayor contracción de la economía.
Estos dos últimos daños colaterales son también focos de presión para el Ejecutivo, que va a tener que recurrir al mercado –o a las herramientas de financiación europeas– para financiarlo.