La Guardia Civil señala a Trapero como pieza clave del 1-O

El jefe político de los Mossos alertó al segundo de Junqueras sobre los registros policiales, según el número dos de la investigación sobre el referéndum

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«La figura de Trapero es imprescindible para la estrategia independentista», ha asegurado este lunes en el Tribunal Supremo el comandante de la Guardia Civil que ejerció de número dos de la investigación llevada a cabo por el instituto armado sobre el 1-O.

El mando, que comparecía como testigo en el juicio del procés, explicó que, tras las primeras tensiones entre el mayor de los Mossos, José Luis Trapero, y el coronel de la Guardia Civil  Diego Pérez de los Cobos, el secretario general de Interior de la Generalitat, Cèsar Puig, escribió a su superior inmediato, el conseller Joaquim Forn, para advertirle de la situación. En caso de que Trapero no hiciera caso a Pérez de los Cobos en alguna reunión, alertaba Puig, el mayor podría ser apartado del mando de los Mossos. «Le podríamos perder», escribió el secretario general. A la siguiente reunión de coordinación, ya no acudió Trapero, sino su segundo, Ferran López.

El comandante, mano derecha del teniente coronel Daniel Baena -investigador jefe de la Guardia Civil en el caso del procés– reveló que el 19 de septiembre de 2017, días antes de enviar ese correo electrónico, Puig informó hasta en cuatro ocasiones al secretario general de Vicepresidencia, Josep Maria Jové, de las evoluciones del registro que la Guardia Civil estaba efectuando en las sedes de Unipost en las que se encontraron 43.000 cartas dirigidas a personas que habían sido designadas como miembros de las mesas electorales del referéndum, y que, según las defensas, nada tenían que ver con la Generalitat. 

Los días posteriores, Trapero, como ya admitió el propio exjefe de los Mossos, también iría informando tanto al director de la policía catalana, Pere Soler, como a Puig y Forn de todas las instrucciones que fue recibiendo de la fiscalía y también de los planes de actuación policial de cara al 1-O, pese a que el ministerio público especificaba que había que mantenerlos en secreto. 

Avisos de los Mossos  el 1-O

El testigo también insistió en los avisos que el 1-O iban dando los Mossos a sus mandos sobre los movimientos de la Policía Nacional y la Guardia Civil. El comisario Ferran López alegó hace dos semanas que la transmisión de datos sobre esos movimientos respondió, a primera hora, a la preocupación porque se encontraran con alguna tractorada o algún otro impedimento que interrumpiera su marcha, y, después, a corregir la ausencia de información que los Mossos tenían sobre dónde estaban actuando cuando se rompió el dispositivo conjunto.

El segundo de Baena explicó a ese respecto que los agentes recibieron consignas de informar especialmente de si en algún centro de votación había integrantes de las misiones de observadores internacionales desplegadas y también si las fuerzas de seguridad del Estado acudían a algún colegio al que estuviera previsto que fueran a votar líderes políticos, y dio a entender que fueron los Mossos, advirtiendo de las patrullas que iban hacia allí, los que facilitaron que Puigdemont finalmente no acudiera al colegio de Sant Julià de Ramis donde estaba previsto que votara, y acabara   . haciéndolo en otra parte.

ANC y Òmnium, «armas de movilización»

La declaración del comandante complementaba la de Baena. Como él, aunque mucho más titubeante ante las defensas, su número dos abundó en dos documentos encontrados en los registros a la casa y el despacho de Jové: el titulado enfoCATs y la agenda Moleskine, que la Guardia Civil entiende que trazaban una hoja de ruta que debía culminar con la secesión de Cataluña y la consolidación de un futuro estado catalán.

El dossier era, a decir del testigo, un «documento estratégico», y el segundo, uno  «ejecutivo» que fijaba el papel de cada actor participante en el procés. Así, la Assemblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium Cultural eran «armas de movilización» ciudadana, y la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, el «canal» para poder tramitar las leyes de desconexión.

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