Puigdemont aparca todas sus decisiones en el Pdecat hasta septiembre
El ex presidente de la Generalitat se conforma con haber descabezado a Marta Pascal y aparca la remodelación para someter al Pdecat a la Crida Nacional
Existía cierta expectación respecto a las decisiones que podía tomar la primera ejecutiva del Pdecat después de la asamblea que Carles Puigdemont empleó para acabar con la dirección de Marta Pascal. Apartada la joven dirigente, sin fuerzas para sostener un pulso a Puigdemont, el líder huido se siente satisfecho y ha dado instrucciones de evitar más cambios en un partido que, al fin y al cabo, le interesa entre poco y nada.
El Pdecat era un problema con Pascal al frente porque la excoordinadora general era partidaria de explorar acuerdos políticos en el Congreso y de destensar la situación. Con Pascal desahuciada, Puigdemont ha dado la orden de colocar al Pdecat en barbecho, ya que su verdadero proyecto de partido se llama Crida Nacional per la República, que aspira a ser un remedo del Scottish National Party.
El nuevo presidente del Pdecat, David Bonvehí, lo dijo hoy a las claras tras reunir a la ejecutiva: «Queremos que el Pdecat esté al servicio de la unidad que propone la Crida para construcción de nuestro país». Bonvehí, el hombre escogido por Puigdemont para llevar las riendas del Pdecat, confirmó que la intención es volcarse con la Crida y desdibujó cualquier otra ambición.
El Pdecat, que debía ser la nueva Convergència, está llamada a ser un apéndice de la Crida, cuyos promotores (Carles Puigdemont y Jordi Sànchez) quieren intentar situar fuera del espacio de centro-derecha que históricamente ha representado el mundo (neo)convergente.
Las prioridades de Puigdemont
El líder huido ha decidido darse un largo mes para ordenar su agenda de prioridades. En septiembre, quiere alzar sus dos nuevas banderas: el consejo de la república —un organismo parainstitucional que quiere presentar como «el gobierno de Cataluña en el exilio»— y la Crida. Y, en paralelo, quiere concretar su gira de actos por Europa.
Todo lo demás queda en un segundo plano. No importa que la nueva vicepresidenta del Pdecat, Míriam Nogueras, siga con la condición de diputada rasa en el Congreso, una función incongruente respecto a su nuevo cargo en el partido. «Debe tener un rol importante en la política española», se limitó a decir Bonvehí sin dar más pistas.
Nogueras piensa poner fin a la línea pactista-posibilista que encabeza el actual portavoz del Pdecat en el Congreso, Carles Campuzano. Y Campuzano, apuntas voces del Pdecat, podría protagonizar el conveniente giro para sobrevivir a Puigdemont. Pero no hay prisa porque, ahora mismo, el Pdecat es lo de menos para Puigdemont. Lo de más es cómo se articula la Crida.