El Santander puede cubrir todo su ERE solo con prejubilaciones
El banco cuenta con 6.000 trabajadores mayores de 55 años, frente a las 3.700 bajas que propone ejecutar
El Santander y los sindicatos se sentarán a partir de las 11.00 horas de este jueves para dar el pistoletazo de salida formalmente al Expediente de Regulación de Empleo (ERE) anunciado el 14 de mayo.
El acuerdo entre la entidad financiera y los sindicatos, que debería estar cerrado el 30 de junio según los plazos que marca el Estatuto de los Trabajadores, será el segundo desde que adquiriera Banco Popular en 2017. Si se ejecuta tal como se ha anunciado, el banco presidido por Ana Botín habrá reducido su plantilla española un 21% en dos años a través de ERE.
Para 2019, la entidad ha planteado la salida de más de 3.700 trabajadores y el cierre de 1.150 oficinas. Fuentes sindicales explican a ED, que una de las claves de la reunión de este jueves, en la que se espera que se fije el calendario de las negociaciones, será conocer el plan de clausura de centros por comunidades autónomas, que todavía no se ha hecho público.
Además, los sindicatos recibirán el informe técnico con el que el Santander justifica el nuevo ajuste. La intención tanto del banco como de los sindicatos es que el proceso no sea lesivo para la plantilla; por lo que se espera que se sustente sobre las bajas voluntarias y las prejubilaciones, como ha sido habitual hasta ahora.
Desde Comisiones Obreras (CCOO) explican que es un objetivo completamente viable, ya que el banco cuenta en nómina con suficientes trabajadores de más de 55 años, que son hipotéticos candidatos para beneficiarse de una salida voluntaria con modelo de prejubilación. “Existirían unos 6.000”, apuntan desde el sindicato.
Solo en oficinas, donde el Santander pretende centrar el nuevo Expediente de Regulación de Empleo, la cifra de empleados que supera esa franja de edad rondaría los 4.500.
El Santander y el antecedente del año pasado
En febrero de 2018, el Santander dio carpetazo a un ERE para 1.100 personas que se cerró con un 62% de los afectados optando por la jubilación o la prejubilación; y con un 37% adicional por salir de la compañía de forma voluntaria. El resto, 20 personas, fueron bajas forzosas. El expediente se aprobó para el área de servicios centrales del banco.
Según costa en el informe anual del Santander, el banco habría destinado para pagar el coste del ERE de 2018, en términos brutos, 320 millones, que equivaldrían a una indemnización media de 290.000 euros por cada uno de los trabajadores que lo suscribieron.
Las condiciones ofertadas por el Santander en el ERE del año pasado fueron muy ventajosas
El próximo ajuste no debería impactar negativamente en el beneficio neto del Santander este año. La entidad compensaría el gasto, estimado en menos de 800 millones, con plusvalías extraordinarias.
Además, la cifra final de bajas podría ser inferior a la anunciada si las negociaciones con los sindicatos logran el mismo resultado que en el anterior ERE. Entonces, el banco planteó en un principio la salida de 1.302 personas; aunque al final el número se redujo un 15%.
Si ese porcentaje se traslada al que arranca hoy, el ERE se quedaría por debajo de las 3.200 personas. Un dato que estaría más en línea con las primeras estimaciones del mercado, que apuntaban a 3.000 salidas.