Los Benetton (Abertis) buscan 1.000 millones con su primera venta
Atlantia ultima la venta de la mitad del sistema de telepeaje en Italia, desinversión a la que podría seguir la de las autopistas
Los Benetton, que controlan Atlantia, los aeropuertos de Roma, Abertis y Cellnex entre otras grandes empresas, han sido en los últimos años una familia compradora. Las dos empresas españolas son buen ejemplo de ello, como la constructora alemana Hochtief, controlada por Florentino Pérez pero de la que la saga italiana controla el 23,9%. Ahora, sin embargo, les toca vender. Mientras analizan opciones para Atlantia y las autopistas italianas, la primera desinversión será en el telepeaje.
Atlantia, grupo controlado por Edizione, el holding de los Benetton, tiene ya varias ofertas sobre la mesa para la venta de una participación minoritaria pero importante de Telepass, el operador de telepeaje en Italia y otros nueve países, el equivalente al Vía-T español. La parte de la que se desprenderá podría superar el 40% aunque nunca superaría el 50%, pues Atlantia quiere mantener la mayoría y la gestión.
Con esta venta aspira a ingresar hasta 1.000 millones de euros en su primera desinversión, obligada por la crisis en su país provocada por el derrumbe, hace casi dos años, de Ponte Morandi, en Génova. La familia que lidera Luciano Benetton valoraría Telepass en unos 2.000 millones, según la prensa italiana, por lo que podrían lograr entre 800 y 1.000 millones con la operación.
Hasta tres grupos están interesados en entrar como socios de Atlantia en los telepeajes de diez países europeos. Goldman Sachs y Mediobanca, encargados de la venta, han logrado ofertas de tres consorcios, si bien el que parece más cercano al acuerdo es el que forman los fondos Bain Capital, Advent International y FSI. También pujan conjuntamente Warburg Pincos y Neuberger Berman y, por último, el fondo suizo Partners Group.
La primera desinversión de los Benetton
Si no se tuerce en el último momento, la de Telepass será la primera desinversión de los Benetton pero no la última. El grupo familiar vive uno de sus peores momentos. A la muerte en pocos meses de dos de los hermanos del clan, dejando a Luciano al frente, se unió la peor catástrofe que han vivido desde un punto de vista empresarial y reputacional: el hundimiento de Ponte Morandi, en Génova, en agosto de 2018, que dejó 43 muertos.
Este accidente abrió la caja de los truenos. La empresa que gestionaba la autopista y el puente es Autostrade per l’Italia (Aspi), de la que Atlantia controla el 88%. Las acciones del grupo se hundieron y en Italia las voces que pedían despojar a Aspi de las concesiones empezaron a resonar cada vez más fuerte. Entre ellas, las del partido de izquierdas Movimiento 5 Estrellas, socio de Giuseppe Conte en el gobierno.
Restos de Ponte Morandi, en Génova, tras el derrumbe en agosto de 2018. EFE
El primer ministro hizo un movimiento ágil y aprovechó la crisis de su ejecutivo –llegó a dimitir para echar al ultraderechista Matteo Salvini, y le salió bien porque el presidente de la República, Sergio Mattarella, le encargó de nuevo formar gobierno– para poner a una ministra de Transporte moderada y bien considerada por el mundo empresarial. Sin embargo, la presión siguió y explosionó cuando salió a la luz que Atlantia había manipulado informes sobre el mantenimiento del puente.
Esta revelación provocó la dimisión de Giovanni Castellucci, consejero delegado de la compañía, uno de los hombres de mayor confianza de los Benetton y que fue, sin ir más lejos, el arquitecto de la opa sobre Abertis. Su salida descabezó el grupo pero eso no fue lo peor; lo peor fue que Conte se sumó a los defensores de dejar a Aspi sin concesiones. El primer ministro dijo varias veces que había motivos para hacerlo y aprobó una ley que le permitía hacerlo de forma automática, aunque comportaba el pago de una indemnización.
Esta ley daba al gobierno seis meses para hacerlo, que vencieron el pasado 30 de junio. Conte optó por esperar porque están en negociaciones con Atlantia. El ejecutivo ha pedido a los Benetton que desinviertan y den entrada a otros socios, con el objetivo de que no acaparen tanto poder y no se repitan prácticas como las negligencias detectadas en el mantenimiento de Ponte Morandi.
Tras Telepass, será el turno de Aspi
Y en eso está la poderosa familia de Treviso, un municipio del Veneto, en el noreste de Italia, de menos de 100.000 habitantes que llegó a tener uno de los mejores equipos de baloncesto de Europa gracias al dinero de los Benetton. Conocidos sobre todo por la firma de moda, tuvieron también una escudería de Fórmula 1 que ganó el mundial, aunque su negocio más rentable son las concesiones: autopistas y aeropuertos. Pero se va a encoger.
Por un lado, el gobierno quiere que venda una parte importante de Aspi. Allianz y Silk Road, que ya son socios de la empresa y suman un 12% de sus acciones, podrían incrementar su participación, aunque otras compañías, como el fondo italiano F2i y el grupo francés Vinci, también han mostrado interés por entrar en los peajes italianos. Atlantia podría incluso quedarse con menos del 50%, aunque a priori no perdería el control y se mantendría como primer accionista de Aspi.
Por otro lado, Edizione, el holding de los Benetton, podría disminuir también su participación en Atlantia, que actualmente es del 30,25%. El antiguo banco público CDP podría comprarle una parte de la cotizada, aunque la familia seguiría en el grupo. Si hace estas ventas, invierte más en las autopistas y acepta precios más bajos en los peajes, Aspi puede salir indemne del accidente de hace casi dos años.