Atlantia (Abertis) encalla en sus dos mayores mercados
El gigante mundial de las autopistas Atlantia ve como mientras Italia amenaza con retirarle todas las concesiones, España decide eliminar los peajes
Atlantia se ha convertido en un gigante con los pies de barro. De hecho, empezó a serlo el 14 de agosto de 2018: cuando se encontraba cerrando los flecos de la compra de Abertis, que iba a convertir a la empresa italiana en la mayor concesionaria de autopistas del mundo, la caída de Ponte Morandi, en Génova, supuso el inicio del calvario de la compañía de la millonaria familia Benetton.
Casi año y medio después, el gobierno italiano ultima el informe que puede dejar a Autostrade per l’Italia (Aspi), la concesionaria de Atlantia en el país, sin las autopistas en su país de origen, lo que liquidaría de golpe la mitad del beneficio de esta cotizada. La ministra de Infraestructuras ha alertado ya de que hay “demasiadas evidencias” de negligencias en el mantenimiento mientras que el Movimiento 5 Estrellas, clave para el gobierno de Giuseppe Conte, presiona para sacar a Aspi de las autopistas.
Para el grupo de los Benetton, la compra del 50% más una acción de Abertis, que pagaron con sudor y lágrimas tras una dura y cara batalla con Florentino Pérez que culminó en acuerdo, debía ser un bálsamo. Y en parte lo es. Diversifica su negocio y se convierte en líder en España y con una posición muy fuerte en Francia y varios mercados de Latinoamérica como Brasil y Chile. Pero en España, uno de los mayores mercados de Abertis, también hay ya nubarrones.
Abertis supone aproximadamente un tercio del beneficio de Atlantia, mientras que España es a su vez también una tercera parte del negocio de Abertis. El fin de los peajes decretado por el gobierno de Pedro Sánchez está empezando a dejar a la compañía que dirige José Aljaro sin algunas de sus concesionarias más rentables en el país. Concretamente, con la segunda que más beneficios le da, y en 18 meses, con la primera.
Este 1 de enero, Abertis ha perdido Aumar, la concesionaria que gestionaba parte de la AP-7, de Tarragona hasta Alicante, y la AP-4 de Cádiz a Sevilla. El Ministerio de Fomento decidió levantar barreras y, sin un modelo de pago por uso alternativo, licitar el mantenimiento de la infraestructura y cargarlo a los presupuestos del Estado.
Aumar era la tercera concesionaria con mayores beneficios de Abertis. En 2018, último ejercicio del que por ahora se tienen datos, ganó 165,4 millones de euros. Previsiblemente, el año pasado este resultado pudo ser mayor pues los datos de tráfico, que es lo que condiciona los ingresos, eran positivos.
El golpe de Fomento a Abertis
Despojar a Abertis de Aumar ha sido un duro golpe para la empresa catalana. No sólo económico, que también, sino sobre todo moral. Por primera vez, no ha sido capaz de renovarla y la ha perdido, lo que significa que se ha roto un tabú y vendrán más autopistas. Pero además, le ha generado un problema interno que no tiene fácil solución. Las dudas respecto a la cifra del ERE de Aumar han provocado que haya entrado en una guerra con Fomento, llegando a impugnar, y paralizar, el concurso de mantenimiento de la AP-7 y la AP-4, y que firmara un acuerdo de despido que Inspección de Trabajo considera ilegal.
Pero Aumar solo es la primera parte. El golpe más doloroso para Abertis llegará en agosto de 2021. Es entonces cuando termina el contrato de Acesa, empresa que gestiona 479 kilómetros de autopistas de peaje en tres tramos de la AP-7 (La Jonquera-Barcelona, Barcelona-Tarragona y Papiol-Montmeló) y uno de la AP-2 (Zaragoza-Mediterráneo).
Varios de estos tramos están entre los más transitados de España. La AP-7 es la vía de entrada más importante desde Francia hacia el arco mediterráneo, un eje con mucho turismo y actividad económica, lo que convierte esta autopista en un filón para Abertis. Así, es la concesionaria del grupo que más dinero gana en España y la segunda de todo el mundo, con unos beneficios de 307,8 millones de euros en 2018.
Las pérdidas de Abertis cuando se consume la reversión de la concesión de Acesa se acercarán a los 500 millones de euros. Para Atlantia, que consolida los resultados de la empresa catalana, este impacto se sumará a los 2.000 millones de ebitda que genera Autostrade per l’Italia. No corren buenos tiempos para los Benetton que, no obstante, siguen haciendo crecer Cellnex.