Los datos de empleo de julio definirán la magnitud de la recesión
La sorpresa de los datos de afiliación de mayo es insuficiente para pensar que los peores escenarios económicos están superados. El turismo es la clave
En ausencia de un rebrote significativo de la Covid-19, España se juega la magnitud de la recesión este verano. Con la temporada turística siendo todavía una incógnita, los expertos apuntan que la evolución del empleo en el mes de julio, será una de las claves para calibrar el golpe económico que sufrirá nuestro país por los efectos de la pandemia.
Los datos de afiliación a la Seguridad Social del mes de mayo, cuando se recuperaron 188.000 afiliados con la reactivación parcial de la actividad económica -mejores de lo esperado según Funcas– abrieron el debate sobre la posibilidad de una mejora de las expectativas. Ni estos economistas, ni tampoco el Gobierno, compran esa idea.
«Hasta que no entremos en verano y veamos qué sucede con el turismo, no podremos valorar si esto afecta o no a las estimaciones para el conjunto del año», explica a Economía Digital, María Jesús Fernández, economista senior de Funcas. «En julio, cuando tengamos los datos de afiliación podremos tener más visibilidad», añade esta experta. «Por ahora no revisaremos nuestras estimaciones».
Para junio, la fundación de las antiguas cajas de ahorro espera un incremento de 16.000 afiliados en términos desestacionalizados, y prefiere ser prudente hasta que se despeje exactamente cómo evoluciona la temporada turística, que es un motor de generación de empleo en nuestro país.
«En mayo ha habido una cierta vuelta a la normalidad. En junio, se producirá una intensificación, pero el nivel de empleo seguirá estando por debajo de lo normal. Las contrataciones no se están realizando con el mismo personal y los trabajadores temporales, típicos de la etapa estival, no están trabajando», explica María Jesús Fernández.
Nadia Calviño, Vicepresidenta tercera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, también ha cerrado la puerta por el momento a una revisión a mejor de las expectativas para el PIB en 2020. «El comportamiento de la economía está respondiendo a lo que preveíamos cuando enviamos nuestras estimaciones a Bruselas», adelantó durante una intervención en el Consejo General de Economistas la semana pasada. Por si quedaban dudas, insistió en que el entorno continúa siendo de mucha incertidumbre y recordó que la estimación del Gobierno -que es que la economía retroceda un 9% este año-, supone la contracción más dura en tiempos de paz.
El turismo y el PIB
Por su peso en el PIB -de aproximadamente un 12%-, lo que suceda con la temporada turística y con sus empresas es muy relevante para la economía española. Por el momento, desde las patronales no son muy optimistas, ante los bandazos dados por el Ejecutivo sobre la apertura de fronteras, que no está ayudando especialmente a la imagen internacional de España este año. Así lo reconocía José Luis Zoreda, vicepresidente de Exceltur, en una entrevista en este medio publicada durante el fin de semana.
A nivel macroeconómico, la evolución de la temporada turística y la reactivación de todas estas empresas, condicionarán el golpe económico final. Desde que se aprobó el estado de alarma, una de las variables que han utilizado los economistas para realizar los cálculos de impacto ha sido la duración del cierre económico: cuándo más durara el parón, mayor recesión.
El Gobierno, que ha optado por una desescalada desigual por territorios, ha provocado que el cierre, aunque matizado por los distintos ritmos de apertura, se vaya a prolongar más de tres meses. Dentro de una semana, cuando se cumplirán 90 días desde su puesta en marcha, es probable que varias comunidades autonómas continúen arrastrando limitaciones y el turismo continuará bloqueado. Un escenario que ha provocado que las últimas estimaciones hablen de una contracción más cercana al 12% que al 9%.
Varias autonomías con una gran exposición al turismo -como Baleares o Canarias– están peleando para permitir la llegada de turistas extranjeros antes del 1 de julio. Además de que la incidencia del coronavirus es más baja, prácticamente la mitad de su economía está en juego.
El Banco de España calcula que si a finales de año la reapertura del sector hostelero no es total, la caída del PIB podría llegar al 13,6%. En breve, actualizará su escenario macroeconómico.