El sector turÃstico improvisa su desescalada sin un plan del Gobierno
Las aerolÃneas abren rutas para no perder los 68 millones de visitantes que llegan por aeropuerto y la alta restauración asume pérdidas para operar
El Gobierno continúa sin presentar un plan concreto para la reactivación del turismo durante la temporada, lo que está forzando a las empresas del sector a comenzar a ofrecer servicios a ciegas para no perder la campaña de verano. Líneas aéreas como Vueling o Iberia, del grupo IAG, reactivaron la venta de billetes en varias rutas la semana pasada, en un intento de mover al turismo nacional y de facilitar el de los extranjeros, mientras que el Gobierno continúa presionándolas para que las devoluciones de los vuelos cancelados por el estado de alarma se realice en efectivo y no en bonos.
El grueso del turismo internacional llega a España por vía aérea, por lo que la oferta de vuelos es esencial. En 2019, un 82% de quienes nos visitaron -más de 68 millones de personas- entraron al país a través de algún aeropuerto, y se da por hecho que el grueso de esa cifra se va a perder este año; pero se pelea para que no sea toda.
Este mismo lunes, el INE ha avanzado que en abril España no recibió ningún turista, lo que supone una pérdida de ingresos de unos 7.000 millones, de acuerdo con datos de EFE, aunque se habían adelantado cifras mucho peores con el cierre total en Semana Santa –hasta 18.000 millones-.
Sin embargo, sin este primer paso de las aerolíneas, parece complicado que se empiece a generar una demanda realista de turistas, que amortigüen el fortísimo golpe económico que va suponer para España la falta de actividad en este sector, que representa entre un 12 y un 13% del PIB, y que todavía no tiene claro a qué ritmo operará durante el verano.
Hasta el pasado 23 de mayo, cuando el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, nos daba permiso a los españoles en su ya tradicional rueda de prensa de los sábados para planificar las vacaciones, ni siquieran conocían en qué condiciones iban a poder abrir. Entonces, Pedro Sánchez anunciaba que el 1 de julio los extranjeros ya no tendrían que hacer cuarentena al entrar en el país, pero sin cristalizar ningún plan de apoyo para atraerlos y sin dar visibilidad sobre a cómo sería la desescalada, que ahora parece que dejará en manos de las comunidades autónomas.
De hecho, una semaa después de aquel anuncio, las empresas turísticas sigue sin tener un plan claro para la reapertura ni siquiera por autonomías, jugando en clara desventaja frente al resto de países de la zona euro donde el peso del turismo también es relevante, y que han ido poco a poco diseñando estrategias para que tratar de atar al menos una parte de la temporada de verano.
El ministro de Transportes, José Luis Ábalos, ha abierto la puerta a que se puedan realizar viajes interprovinciales entre comunidades en fase 3 a partir de la semana que viene, pero la llegada turistas en el mes de junio todavía no está asegurada, probablemente se dilucirá con el fin del estado de alarma, y el turismo interior parece insuficiente para mantener a flote al sector. Se calcula que los españoles aportan aproximadamente 5 puntos del PIB turístico.
Grecia, Francia e Italia despliegan planes de choque
Grecia anunció la semana pasada que abre sus fronteras para varias nacionalidades a partir de junio, Italia hace semanas que presentó un paquete de medidas para incentivar el turismo interior y este fin de semana anunció que abre sus fronteras para los visitantes extranjeros que tengan «medidas recíprocas» y Francia, a mediados de mayo, aprobó un programa por 18.000 millones para respaldar al sector.
Entre los países con mayor peso turístico en la economía, sólo España sigue sin presentar ningún plan de estímulo para retener a los españoles este verano o para atraer visitantes, creando una sensación de soledad en el sector. «Algunos hoteles en Mallorca están decidiendo abrir en la medida en que los clientes habituales se deciden a contactarles para reservar», explican desde el sector.
Reino Unido, Francia y Alemania son los tres países que aportan mayor número de turistas extranjeros a España, con un «impacto muy desigual por comunidades», apunta Pedro Aznar, profesor del departamento de Economía, Finanzas y Contabilidad de Esade. Canarias y Baleares pueden verse especialmente dañadas por la mala temporada, de ahí que estén proponiendo alternativas como pasillos seguros para reactivar la demanda.
Para el conjunto del país, los extranjeros son claves en la salud del sector turístico. En 2019, el 21% de los extranjeros que visitaron España procedían del Reino Unido, mientras que Francia y Alemania representaron un 13% cada uno.
Los hoteleros, además de una previsible menor demanda, también se están viendo obligados a asumir mayores costes; por lo que la pandemia, ya de por sí, reduce su rentabilidad. «Las medidas de limpieza que se han de aplicar, o las posibles limitaciones del uso de zonas comunes ya representan una merma para los números del sector», apunta el experto de Esade.
La alta restauración arrima el hombro
Los problemas de los hoteleros los comparte también la restauración. España se caracteriza por contar con restaurantes de relevancia internacional, que están abriendo sus puertas para dar oferta al turismo extranjero, asumiendo que operarán con pérdidas.
«Dependemos del público internacional. Vamos a abrir y sabiendo que vamos a perder dinero para que tengan oferta», explicaba la semana pasada el cocinero Andoni Luis Aduriz.
El sector da por descontado que esta temporada operarán a mitad de su capacidad y piden más ayudas y algunos cambios en los créditos ICO. «Un solo año de carencia es insuficiente. Necesitamos más tiempo para recuperar músculo financiero», apuntaban.
Ferran Adriá adelantó que está llevando a cabo un estudio con Caixabank que apunta a que sin al menos el 60% de los ingresos el sector no puede ser rentable; no le compensa abrir y pone énfasis en el coste de los alquileres. En su conjunto, el sector reclamar medidas de apoyo similares a las de otros países, que también están tomando ventaja en este sentido sobre España. «Italia, Francia, Alemania están poniendo bonos canjeables para mantener el consumo», apuntan.