El ‘crash’ turístico pulveriza la ventaja económica española
El FMI coloca a España a la cabeza del paro en la zona euro, solo por detrás de Grecia, y en el furgón de cola de la recuperación en 2021
El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha pintado un escenario muy complejo para la economía española por la crisis del coronavirus. El organismo que lidera Kristalina Georgieva calcula que nuestra economía se contraerá un 8% este año, para expandirse un 4,3% en 2021. La caída será mayor que para el conjunto de la zona euro (-7,5%) y la recuperación será menos consistente -la zona euro crecería un 4,7% según el FMI-, lo que limita la expectativa de que España pueda afrontar la salida de crisis con una V. Si el FMI acierta, la Eurozona se contraerá en 2,8 puntos porcentuales en dos años, mientras que España lo hará en 3,7 puntos. Grecia e Italia sufrirán más que España, al ceder 4,9 y 4,3 puntos de PIB en el acumulado en dos ejercicios.
El escenario planteado por el FMI, si se cumple, rompería la tradicional ventaja en crecimiento que España ha tenido sobre la zona euro. Cuando el año pasado se comenzaba a hablar de que la economía se ralentizaba, el Gobierno de Pedro Sánchez, entonces monocolor, insistía en los factores externos de esa moderación y en que España continuaba creciendo más que la media europea.
En 2019, nuestra economía se expandió a un ritmo del 2%, por el 1,2% de la zona euro. En 2018, el marcador fue de 2,4%-1,9% a favor de España. Una ventaja que ya no se repetiría en la reactivación de 2021.
El desempleo se encamina a niveles de 2016
El FMI no realiza un análisis muy profundo sobre qué provoca que unas economías sean más golpeadas que otras además del impacto de la crisis sanitaria, pero cita al turismo como uno de los factores que han tenido en cuenta a la hora de valorar el agujero económica de la Covid-19; algo que también han considerado otras instituciones como el IESE al realizar sus estimaciones económicas para España, que no se alejan mucho del escenario dibujado por el FMI.
El Fondo Monetario Internacional, además, deja en su informe una incógnita sobre la que reflexionar al respecto de la continuidad del boom turístico de los últimos años: la distancia social que impone el coronavirus repercute en el sector. «Las cuarentenas, los bloqueos regionales y el distanciamiento social, que son esenciales para contener el virus reducen la movilidad, con efectos particularmente agudos en los sectores que dependen de las interacciones sociales (como los viajes, la restauración, el entretenimiento y el turismo)», puntualiza en su informe.
El FMI no va más allá pero no se descarta que tras el coronavirus el distanciamiento social perdura más allá en el tiempo y altere la manera que tenemos de relacionarnos o de útilizar ciertos espacios, como, por ejemplo, las playas (nuestro sector turístico es un especialista en este negocio). Una modificación de la conducta por motivos de salud podría cambiar la forma de explotar algunos negocios; limitando las aglomeraciones.
De hecho, cómo adaptarse al nuevo distanciamientos social es una pregunta que hoy está sin resolver por el Gobierno español. Este lunes, durante la rueda de prensa conjunta del ministro de Transporte, José Luis Ábalos, y de la ministra de Política Territorial y Función Pública, Carolina Darias, ninguno supo explicar qué medidas se pondrían en marcha para controlar el aforo a las playas, de manera que se pudiera asegurar la distancia personal.
Con la apertura de fronteras a corto plazo más que cuestionada -la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ya ha deslizado que es recomendable no lanzarse a reservar paquetes turísticos de cara a las vacaciones – el escenario para el turismo al menos este año es muy negativo.
El turismo fue un factor clave para la recuperación económica durante la crisis posterior a 2008; incrementando su peso en el PIB de forma progresiva y también su aportación al empleo; una tendencia a mejor que se ha quebrado en 2020. Este martes el sector adelantó que daba por perdidos el 80% del negocio este año. En concreto, Exceltur, maneja un escenario central de pérdidas de unos 54.000 millones de euros. Y cuenta con que el turismo nacional comenzará a recuperarse a partir de junio; unos planes que podrían alterarse si la crisis económica y el desempleo van a más en nuestro país.
El turismo internacional, que fue clave para sacar a España de la crisis de 2009-2012, es una incógnita y su ausencia o moderación puede ser una de las claves del enorme salto en el paro que estima el FMI para España este ejercicio y que llevaría el desempleo a niveles de 2016. Según los cálculos del Fondo Monetario Internacional, este pasará del 14,1% en 2019, al 20,8% en 2020. La recuperación del empleo, además, será lenta después. En 2021, la cifra de parados se reducirá algo más de tres puntos pero seguirá por encima del 17% (véase gráfico). Solo Grecia -también muy expuesta al turismo- alcanzará un nivel de desempleo similar en Europa.
El turismo, eje de la reactivación en la crisis anterior
Durante la crisis financiera, el turismo fue uno de los pilares maestros de la recuperación de la economía española. Su aportación del PIB tocó fondo en 2009, al quedarse en el 10,1%, de acuerdo con datos de Funcas. Ese año coincidió la crisis económica global, pero también se resintió el mercado interior. De hecho, la aportación del turismo nacional marcó también su nivel más bajo; al quedarse en el 4,3%.
Unos años después -en el 2015- el peso del turismo interior ya había crecido al 5,3% y la aportación del PIB turístico se había ido al 11,1%. En 2019 se estima que fue más alta y que habría alcanzado el 14,6% del PIB y generado 2,8 millones de empleos, según un informe de la World Travel & Tourism Council.
Además, el peso del turismo en el empleo no fue solo relevante el año pasado, sino que tuvo un papel crucial en la creación de empleo posterior a la crisis, incrementado la proporción de altas en la Seguridad Social. En 2009 suponían un 10,64% del total y en 2016 ya equivalían a un 12,47% de las altas de trabajadores.