Slim maniobra contra sus socios catalanes en Cedinsa
FCC, la constructora controlada por Slim, pide que los dividendos correspondientes a Copisa, con la que mantiene un enfrentamiento, sean consignados
El enésimo capítulo de la batalla accionarial de Cedinsa se dará el próximo jueves 23 de mayo en la barcelonesa Avinguda Josep Tarradellas. Si el anterior enfrentamiento tuvo a Copcisa (22%) y Comsa (22%) como protagonistas, ahora son FCC (34%) y Copisa (22%) los que llevarán la tensión a la próxima junta de accionistas de la concesionaria de carreteras. La razón, la intención de la cotizada controlada por el magnate Carlos Slim de segar la distribución de dividendos que pertoca a su socio catalán.
La próxima junta de accionistas incorpora en el orden del día la «deliberación y aprobación en su caso de la consignación notarial o judicial de las cantidades que por dividendos correspondan al porcentaje que representan las acciones de Copisa Concesiones». Es decir, dejar constancia ante los tribunales de lo percibido.
Además, el encuentro también tiene en su hoja de ruta la «deliberación y planteamiento de la situación accionarial derivado de la transmisión de las acciones de Copisa». Es el método con el que FCC trata de frenar la venta del 80% del negocio de concesiones de la compañía al fondo francés Mirova, filial de Natixis, al considerar que choca con los estatutos de la sociedad que comparten.
El conglomerado entiende que tiene derecho a ejecutar su derecho preferente de compra, algo que no considera la firma catalana, pues el dueño de las acciones de Cedinsa continúa siendo Copisa Concesiones. Además, la operación ya está rubricada ante notario, añaden fuentes implicadas.
Sin embargo, FCC entiende que a pesar de no cambiar el accionista directo, sí lo hará el dueño final del porcentaje. Según su forma de entender los estatutos, la empresa catalana no tendría derecho a realizar este movimiento sin el visto bueno del resto de socios.
FCC paralizó la venta de sus acciones de Cedinsa. «Hay mucho interés», se limitan a decir
Consultada por este medio, la cotizada declinó hacer comentarios. También fue esquiva hace dos meses cuando Miguel Coronel, su director de mercados, fue cuestionado por la participación. «Hay mucho interés», explicó el directivo, que rechazó concretar si tiene previsto quedarse o vender el porcentaje.
En un encuentro, los analistas sugirieron que la compañía habría decidido mantener las acciones debido a un creciente interés en el negocio de las carreteras del grupo. «Nos felicitamos porque es un activo por el que hay mucho interés, pero no podemos comentar rumores», despejó.
Desde entonces, FCC tiene paralizado el proceso de venta de su porción. El grupo que controla Carlos Slim había llegado hace un año a un principio de acuerdo con el fondo de inversión Meridiam para deshacerse de la concesión, pero la irrupción de Mirova echó por tierra las conversaciones.
El origen de la guerra entre las familias catalanas
El motivo del anterior fracaso a la hora de vender la concesionaria fue la guerra que se abrió entre las familias catalanas del accionariado. El pasado enero, Copcisa (22%) anunció su intención de ejecutar la opción de compra preferencial del paquete de Comsa (22%) . La idea, sumar el 44% de la propiedad y venderla a Meridiam –el mismo comprador con el que habían llegado a un acuerdo FCC y Copisa– con tal de pagar la deuda que acarrea con los bancos.
No obstante, Comsa tenía un preacuerdo con el fondo de inversión Mirova en el marco de una operación superior, que afectaba a otras concesiones de su red. Con el asalto, los Miarnau veían frustrada la transacción, exigida por los bancos en la última refinanciación del pasivo.
Así, tras intentar, en vano, comprar el paquete de FCC, boicoteó los trámites de los Carbonell para hacerse con sus acciones. Tal y como avanzó este medio, el pasado mes de marzo argumentó que el derecho preferencial había caducado al ser sólo de 60 días.
En 2017, la concesionaria ganó 33 millones de euros frente a los 27 millones que amasó en 2016, un 24% más. De estos, 17,2 millones acabaron en los bolsillos de los cuatro accionistas. Entre los activos de la sociedad destacan el Eix Transversal, el Eix del Llobregat, el Eix del Ter y el Eix d’Aro.