Los Miarnau plantan a los Carbonell en la guerra fratricida de Cedinsa

Comsa asegura que el plazo para ejecutar el derecho preferencial de compra ya ha finalizado y que Copcisa ya no puede adquirir su participación en Cedinsa

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La guerra por la venta de Cedinsa está lejos de apagarse. La concesionaria de autopistas catalana es objeto de deseo de dos fondos franceses, Meridiam y Mirova, que han desencadenado una batalla entre dos de los accionistas. Comsa, de la familia Miarnau, y Copcisa, de los Carbonell, andan a la greña por el derecho preferencial de compra de sus participaciones. El último movimiento, de los primeros: “Ha caducado”, dicen.

El pasado mes de enero, Copcisa (22%) anunció su intención con hacerse con el 22% en manos de Comsa, que ya tenía apalabrada la venta a Mirova en el marco de una operación de mayor calado –obligada por los bancos al firmar su refinanciación–. Perder el paquete de Cedinsa tiraba por tierra la transacción, por lo que trató de contraatacar haciéndose con el 34% de FCC. No hubo manera y el conflicto entre las dos compañías catalanas acabó en un cruce de burofaxes subidos de tono.

Ahora, fuentes implicadas explican a Economía Digital que la sociedad de los Miarnau ha cambiado de estrategia. “Sostienen que ya han pasado los dos meses que marcan los estatutos para ejecutar el derecho preferencial de compra”, explican. La respuesta de los Carbonell: enconar todavía más en conflicto. “Si no se ha ejecutado ha sido porque Comsa ha boicoteado la operación tanto como ha podido”, contestan.

De este modo, una transacción que parecía hecha hace sólo dos meses se alarga en el tiempo más de lo previsto. Si enero parecía la fecha ideal, primero se aplazó a abril para hacerlo ahora a mayo. “Y siempre que se llegue a concretar, que no está tan claro”, añaden las mismas voces. El próximo paso, que los burofaxes se transformen en demandas y el conflicto acabe en los tribunales.

Copisa y FCC tratan de mantener la normalidad

Mientras siguen las hostilidades entre Comsa y Copcisa, los otros dos accionistas de Cedinsa tratan de mantener la normalidad. FCC y Copisa (22%) aprobaron en un consejo de administración celebrado el pasado lunes llevar la salida de todos sus consejeros a la próxima junta, prevista para el 4 de abril.

Con un acuerdo cerrado con Meridiam, el movimiento busca apurar las últimas opciones de finiquitar la venta tal y como estaba prevista ante del estallido del conflicto. No obstante, las mismas fuentes asumen que lo más probable es que los puntos incluidos en el orden del día que atañen a la dimisión de los representantes de ambas empresas no se votarán o se retirarán del orden del día.

En la agenda del encuentro también queda recogida la posibilidad de deliberar sobre la “transmisión de las acciones” de la sociedad. Una puerta abierta aunque prácticamente imposible de alcanzar para concluir la operación.

La guerra de Cedinsa estalla tras el ‘no’ de la Generalitat

La guerra se desencadenó después de que la Generalitat no se hiciese con una concesión en la que estaba interesada. El departamento de Economía, liderado por Oriol Junqueras, se propuso recuperar el Eix Transversal –la mayor carretera de Cedinsa– al calcular un ahorro de 250 millones de euros hasta el próximo 2040.

La situación política en Cataluña, la aplicación del artículo 155 y la asfixia económica provocaron que la compra quedara aparcada en un cajón. Además, el Ministerio de Hacienda no autorizaba una operación que habría tenido que financiarse en parte gracias al FLA, del que deberían haber salido alrededor de 600 millones.

Además de la vía deseada por el govern, la compañía también explota el Eix del Llobregat, el Eix del Ter y el Eix d’Aro.

Carles Huguet

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