La venta de las carreteras de Slim y sus socios encalla
La adquisición de Mirova del porcentaje que ostentaba Copisa provoca que FCC detenga la venta de su parte del pastel. Mientras, Copcisa refinancia deuda
Parece el cuento de nunca acabar, pero una operación que estaba cantada hace un año vuelve a paralizarse. La venta de Cedinsa vuelve a embarrancar después de que el fondo de inversión Mirova avanzara a su competidor Meridiam en la adquisición de paquetes del puzzle accionarial que es la concesionaria de carreteras participada por FCC (34%), Copisa (22%), Comsa (22%) y Copcisa (22%).
Con la llegada del otoño, el panorama dio un vuelco de 180 grados y el preacuerdo que Copisa, Copcisa y FCC tenían con Meridiam saltó por los aires ante la impositilidad de hacerse con el 100% de la compañía, pues Comsa, de los Miarnau, ya había llegado a un pacto con Mirova. «Meridiam estaba obsesionado con hacerse con el 100% de la empresa», explican fuentes conocedoras de la operación.
La primera en salirse del guión fue Copisa. La sociedad de la familia Cornadó alcanzó un acuerdo con la propia Mirova para vender el 80% de su filial de concesiones, poseedora de las participaciones de Cedinsa. El fondo de infraestructuras propiedad de Natixis, pasó a tener derecho sobre el 44% de la vías catalanas.
Sin embargo, el vehículo está interesado en superar el 50% del capital para así poder consolidar su presencia en los balances. Ahora mismo no hay atisbo de acuerdo, aunque existen posibilidades de que convenza a la pareja de socios que todavía se mantienen independientes.
FCC y Copcisa son ahora las opciones de Mirova para sacar adelante la operación
Como explica El Economista, FCC tiene paralizado el proceso de venta de su porción. El grupo que controla Carlos Slim daba por atada la transacción en favor de Meridiam, pero la irrupción de Mirova echó por tierra las conversaciones y ahora vuelve a encontrarse en fase de estudio.
Convencer al magnate mexicano daría al fondo francés el 78% del grupo concesionario, pero sus ejecutivos vislumbran en el horizonte otra opción: adquirir la participación de Copcisa, de la familia Carbonell.
Como explicó Economía Digital en marzo, Copcisa está inmersa en su tercera refinanciación en una década. Si bien las fuentes financieras consultadas garantizaban que «la situación no era dramática», el pasivo supera los 80 millones de euros, y deshacerse de su participación en Cedinsa aliviaría las cuentas de inmediato.
El origen de la guerra entre las familias catalanas
El motivo del fracaso de la anterior operación fue la guerra que se abrió entre las familias catalanas del accionariado. El pasado enero, Copcisa anunció su intención de ejecutar la opción de compra preferencial del paquete de Comsa. La intención, sumar el 44% de la propiedad y venderla a Meridiam –el mismo comprador con el que llegaron un acuerdo FCC y Copisa– con tal de pagar la deuda que acarrea con los bancos.
No obstante, Comsa tenía un preacuerdo con el fondo de inversión Mirova en el marco de una operación superior, que afectaba a otras concesiones de su red. Con el asalto, los Miarnau veían frustrada la transacción, exigida por los bancos en la última refinanciación del pasivo.
Así, tras intentar, en vano, comprar el paquete de FCC, boicoteó los trámites de los Carbonell para hacerse con sus acciones. Tal y como avanzó este medio, el pasado mes de marzo argumentó que el derecho preferencial había caducado al ser sólo de 60 días.
En 2017, la concesionaria ganó 33 millones de euros frente a los 27 millones que amasó en 2016, un 24% más. De estos, 17,2 millones acabaron en los bolsillos de los cuatro accionistas. Entre los activos de la sociedad destacan el Eix Transversal, el Eix del Llobregat, el Eix del Ter y el Eix d’Aro.