Los Ferrer dan el último esprint con la banca para comprar Freixenet
La banca ha pedido avales por el 70% del crédito que los Ferrer Noguer preparan para igualar a Henkell. La oferta de la alemana podría presentarse formalmente al consejo este lunes
Tras la expectación generada por los últimos consejos de administración de Freixenet, sus accionistas han llevado con máximo secretismo la fecha del que será uno de los más decisivos de su historia, ya que tendrá sobre la mesa una oferta de compra de la alemana Henkell con, al menos, casi la mitad de los accionistas dispuestos a vender. Todo apunta a que se celebrará este lunes, mientras los Ferrer Noguer, la principal rama familiar, aceleran para presentar una contraoferta.
La multinacional alemana Henkell ha presentado una oferta que valoraría Freixenet en unos 500 millones de euros, equivalente a la facturación de un año de la cava catalana. Los Hevia Ferrer, propietarios del 29% de la compañía, quieren vender. Fue el principal representante de esta rama familiar, el vicepresidente de Freixenet, Enrique Hevia, quien trajo la oferta de Alemania después de que sus críticas a la gestión de la compañía fueran ignoradas.
Los Bonet Ferrer, propietarios de otro 29%, dudan. A pesar de que, según explicaron fuentes conocedoras de la situación, comparten las críticas de Hevia a la gestión que los Ferrer Noguer han hecho de Freixenet, temen el cisma familiar que se puede provocar. Dos de ellos, Pedro y Eudald, quieren vender, mientras José Luis, presidente de Freixenet, y Pilar, se muestran más reticentes.
Los Ferrer luchan por el control
El 42% de las acciones de la compañía están en manos de los Ferrer Noguer, que han hecho valer su mayoría en el accionariado para controlarla. Con 90 años, José Ferrer, el ya único hijo vivo de los fundadores de Freixenet, es presidente de honor. Aunque el cargo no es ejecutivo, su influencia todavía es muy importante, quizá porque su hijo Pedro Ferrer es el consejero delegado de las cavas.
Los Ferrer Noguer no quieren resignarse a perder lo que crearon e hicieron crecer sus padres y abuelos, por lo que preparan una contraoferta para, al menos, igualar la de Henkell. Las acciones están sindicadas, por lo que una oferta igual de atractiva obligaría a los accionistas a vender a los Ferrer. Como avanzó Economía Digital, esta rama familiar está ultimando un crédito de 120 millones de euros para presentar una oferta de 155 millones por el 58% de la compañía que no controla, descontando la deuda, que es de entre 280 y 300 millones.
Reuniendo los avales
La banca ha puesto condiciones, como la profesionalización de la compañía, que los Ferrer han aceptado, pero también financieras. Los bancos que formaran parte de este crédito sindicado han solicitado avales equivalentes al 70% del crédito, es decir, por unos 85 millones de euros, por lo que les han pedido que pignoren bienes financieros como acciones, fondos de inversión, etc.
Los Ferrer se encuentran ahora en fase de reunir los avales para presentar la oferta que al menos iguale la de Henkell. Sin embargo, no lo harán hasta que no vean la oferta en firme de la compañía alemana en el consejo, algo previsto para este lunes. Sólo si Henkell se descuelga con una cantidad que no pueden igualar, podrían abandonar, pero tienen otra opción: convencer a los dos Bonet que no tienen clara la venta a los alemanes para comprar su parte, aunque esta opción podría provocar un cisma familiar todavía mayor.
Los últimos movimientos
Freixenet tenía marcado en su calendario el 30 de marzo pasado como día D, en el que su consejo iba a debatir la oferta de la multinacional alemana Henkell. Pero la muerte de Carmen Ferrer Sala, hija de los fundadores de la compañía y matriarca de los Hevia Ferrer, obligó a suspender el consejo. Desde entonces, el secretismo sobre la nueva fecha del consejo se ha impuesto, pero los movimientos no han parado.
A pesar de que las familias, especialmente los Hevia, no querían demorar mucho la decisión, la semana pasada no se celebró el consejo. Sin embargo, la comisión ejecutiva de Freixenet, que reúne a los directivos de la familia, es decir, prácticamente los mismos que forman el consejo, tuvo trabajo. Suele celebrarse una vez al mes, pero sólo la semana pasada se reunió dos veces: el lunes y el viernes.
Poco ha transcendido de estas reuniones, que en principio se celebran para hablar del día a día, la gestión, de la compañía, pero algunas fuentes apuntan a que allí puede haberse cocinado lo que pase en el próximo consejo. Aun así, las relaciones entre Pedro Ferrer y Enrique Hevia, que ha liderado las críticas contra los Ferrer Noguer, son ahora prácticamente nulas, por lo que es muy probable que ambos se hayan guardado ases en la manga.