Los Ferrer consiguen el dinero para competir con Henkell por Freixenet
El consejo de administración de la cava se reúne este miércoles con una oferta del gigante alemán sobre la mesa y su futuro como empresa familiar en juego
Freixenet está en una encrucijada. Probablemente la más difícil de su centenaria historia. Este miércoles por la mañana, la compañía celebra su segundo consejo de administración en quince días, pero el más importante en cien años. Se empieza a decidir quién se queda la compañía familiar: una rama de la saga fundadora, los Ferrer, o Henkell. Se da por hecho que el consejo se celebrará con la oferta de esta empresa alemana sobre la mesa, pero los Ferrer quieren contratacar y ya tienen el dinero para hacerlo.
La compañía alemana de bebidas Henkell, que pertenece al grupo Dr. Oetker, ha presentado este martes una oferta por Freixenet, según han explicado a Economía Digital fuentes conocedoras de la operación. Está previsto que el presidente de la cava catalana, José Luis Bonet, presente la oferta a los miembros del consejo de administración.
Pero los socios de Freixenet, las familias Ferrer Noguer, Bonet Ferrer y Hevia Ferrer, tienen derecho de tanteo, y la primera de estas ramas está dispuesta a hacerlo. Como avanzó Economía Digital, está negociando un crédito de 120 millones de euros y, según han avanzado fuentes financieras, los Ferrer ya han conseguido el compromiso de la banca para un crédito sindicado. Pero tendría que igualar la oferta de Henkell.
Los Ferrer aceptarían un consejero delegado externo
El pool bancario lo formarían las principales entidades españolas, las mismas que tienen la deuda de Freixenet, que se sitúa entre 280 y 300 millones. Con este préstamo, y más de 20 millones de fondos propios, presentaría una oferta de 155 millones por el resto de acciones, descontando la parte de deuda proporcional.
A cambio, la banca ha exigido la profesionalización de la compañía, con cambios en la cúpula y recorte de gastos, como explicó este medio. Entre estas condiciones estaría la de dar entrada a un consejero delegado de fuera de la familia, cargo que ahora ocupa Pedro Ferrer. La familia ha aceptado estas condiciones, algo que era absolutamente necesario para conseguir el apoyo de las entidades.
La vía alemana
Este apoyo permitirá a los Ferrer hacer frente a Henkell, cuya oferta se situaría entre los 200 y los 250 millones, con lo que valoraría a la compañía en unos 500 millones, ya que la empresa alemana descontaría la deuda de Freixenet si llega al 100% de su accionariado. Si la oferta fuera más alta, podría complicar las aspiraciones de los Ferrer de igualarla y ejercer el derecho de tanteo.
La propuesta de Henkell va dirigida a todo el accionariado aunque con superar el 50% es suficiente para tomar el control. De hecho, superar ese umbral es condición sine qua non para que la oferta fructifique. Para ello, Henkell necesita que tres de los cuatro hermanos Bonet Ferrer vendan y que, por supuesto, los Ferrer Noguer no igualen la oferta.
El papel de los Hevia y los Bonet
Henkell tiene asegurado el sí de los Hevia Ferrer, que tienen el 29% de las acciones. De hecho, ha sido Enrique Hevia, miembro más destacado de esta rama familiar y vicepresidente de Freixenet, quien tras mostrar su disconformidad por la gestión de la bodega, ha intermediado con Henkell para que presente la oferta.
La clave pueden tenerla los Bonet Ferrer, que tienen otro 29% de las acciones. Henkell necesita que al menos tres de los hermanos vendan, con lo que superaría el 50%. Dos de ellos, Pedro y Eudald, están por la labor, mientras el presidente, José Luis Bonet, es el más ligado a los Ferrer, y Pilar está deshojando la margarita. Según otra fuente cercana a la compañía, todos comparten las críticas a la gestión de los Ferrer y estarían dispuestos a vender.
A la expectativa
El papel de los Ferrer ante Henkell es claro: intentar igualar su oferta. A pesar de que cuentan con el apoyo de la banca para tomar el control total de Freixenet, los Ferrer han ido al consejo a la expectativa. Sólo si ven que la oferta de Henkell es sólida y tiene los necesarios avales, harán su contraoferta, pero no se prevé que sea este miércoles. Si no hay sorpresas, tras el consejo se abrirá un periodo durante el cual los Ferrer pueden ejercer el derecho de tanteo, y tendría que convocarse junta de accionistas para que se formalice la operación y la venta de acciones.
Otra opción, remota, es que si los miembros del consejo representan el 100% de las acciones, cosa que puede pasar si van todos los miembros de la tercera generación, se constituyan en junta de accionistas y decidan este mismo miércoles sobre la oferta de Henkell. Esta opción es imposible si los Ferrer mantienen su voluntad de comprar o, al menos, no vender.