Muere Carmen Ferrer Sala, hija de los fundadores de Freixenet
La defunción de Carmen Ferrer, madre de Enrique Hevia, ha obligado a cancelar el decisivo consejo de administración previsto para este miércoles
Carmen Ferrer Sala, hija de los fundadores de Freixenet, ha muerto este miércoles en Santander a los 96 años, según ha podido saber Economía Digital. La familia ya perdió a Pilar Ferrer en enero y a otra de las hermanas, Dolores, en 2013, con lo que la segunda generación de Freixenet sólo conserva a su presidente de honor, José Ferrer.
Carmen Ferrer era la madre de Enrique Hevia, vicepresidente y director financiero de Freixenet, y tenía tres hijos más: Carmina, Agustina y Montserrat. Esta rama de la familia es propietaria de un 29% de la compañía, aunque planea su venta a la compañía alemana Henkell o a los Ferrer, la rama familiar que controla el 42% de la cava catalana.
El fallecimiento de Carmen Ferrer ha obligado a cancelar el consejo de administración de Freixenet previsto para este mismo miércoles por la mañana, para debatir sobre el futuro de la compañía, con una oferta de Henkell sobre la mesa. Todos los miembros del consejo se encontraban en Sant Sadurní d’Anoia para su celebración y han partido hacia Santander.
La ruptura de la familia
Después de más de cien años de historia, Freixenet se enfrenta ahora a la rotura de su estructura familiar. Las acciones se reparten entre las familias de tres de los cuatro hijos de los fundadores: los Ferrer Noguer, los Bonet Ferrer y los Hevia Ferrer (otra de las hijas, Dolores, murió sin descendencia). Los Hevia, encabezados por Enrique Hevia, están buscando la venta de su 29% y han aportado la oferta de Henkell.
Mientras tanto, los cuatro hermanos Bonet, que controlan un 7,25% cada uno, también podrían inclinarse por vender, al menos dos de ellos. Pero los Ferrer quieren retener su control, por lo que han conseguido el compromiso de la banca para la concesión de un crédito sindicado de 120 millones para comprar las acciones al resto de la familia.
Estaba previsto que en el consejo de este miércoles se presentase la oferta de Henkell, que valoraría Freixenet en unos 500 millones de euros, con lo que se activaría el derecho de tanteo de la familia, ya que las acciones están sindicadas. Los Ferrer irían a la expectativa de lo que ofrece Henkell para preparar su contraoferta.