Tensión entre el Govern y los mossos por la escolta de Torra
Los mandos de los Mossos d'Esquadra critican el nuevo esquema de escoltas de Torra y aseguran que se acabará dando protección a Puigdemont en Waterloo
La relación entre el Govern y los mossos arrastra un desgaste de meses. Los choques entre el cuerpo policial autonómico y el independentismo activista y político han escalado hasta el punto en que el president de la Generalitat, Quim Torra, ordenó una purga de agentes por cargar contra manifestantes separatistas en diciembre.
Las cosas no han ido a mejor en 2019. Antes de acabar enero, el Govern anunció la creación de un Área de Seguridad Institucional que supone un nuevo esquema de escoltas del presidente de la Generalitat, los ex presidentes y el titular de Presidencia, la cual dependerá de este departamento gubernamental y no de la jefatura de los Mossos d’Esquadra.
La Generalitat, curiosamente, se inspiró en (y alabó a) la estructura de seguridad y protección de la Moncloa, que depende estructural y funcionalmente de Presidencia, y no del Ministerio del Interior. El criterio del equipo de seguridad de la Moncloa está por encima de las direcciones policiales provinciales o regionales, y lo mismo sucederá ahora en el Govern.
El Govern defiende el equipo de seguridad de Torra
La consejería de Interior, liderada por Miquel Buch, defiende la creación de este esquema de escoltas ante las críticas de los mossos, que afean no haber sido siquiera consultados al respecto. «Nadie cuestiona que Sánchez tenga su equipo de seguridad. ¿Por qué ha de ser malo que lo tenga Torra o quien sea president de la Generalitat?», alegan en Interior.
Y es que el anuncio de la Generalitat sorprendió a la mayoría de comisarios de los mossos, que afirman haberse enterado por la prensa. La reestructuración fue publicada en el Diari Oficial de la Generalitat de Catalunya el jueves. El Mundo recoge declaraciones de comisarios que no esconden su enfado ante una decisión sobre la que nadie les consultó.
Por su parte, La Vanguardia se hace eco de la actitud defensiva de Interior. «Dejen que seamos los políticos los que asumamos nuestras funciones y competencias y decidamos cómo se tiene que organizar la seguridad de los políticos, sin tener que pedir permiso a nadie», dicen desde el departamento para intentar apaciguar los ánimos.
Un problema llamado Puigdemont
Más allá de las críticas sobre las formas y las sorpresas del Govern se esconde una preocupación mayor para los mossos: Carles Puigdemont. La estructura policial de mando asegura que en el fondo de esta medida subyace el problema de la seguridad del ex president fugado, en el tanto el Ministerio del Interior impide que los mossos sean sus escoltas.
Estos mandos creen que gracias a la nueva unidad de escoltas se puede acabar protegiendo a Puigdemont en Waterloo. De hecho, creen que el nuevo sistema fue creación del sargento Lluís Escolà, que ejerció de guardaespaldas de Puigdemont cuando se fugó a Bélgica y que recientemente fue ascendido como asesor de Buch.
Pero tanto Presidència como Interior aseguran que la seguridad de Puigdemont seguirá como hasta ahora, a cargo de agentes de los mossos que viajan a Bruselas en sus días libres, dado que el Govern no ha alcanzado un acuerdo con el Ministerio del Interior que permita a agentes de la policía autonómica desplazarse a Waterloo con armas.
También aseguran que «la persona que dirigirá la unidad no ha estado en Waterloo participando en los turnos de policías que, de manera particular, siguen acudiendo para ayudar a Puigdemont. Ni tiene ninguna instrucción al respecto». En todo caso, trátese de la escolta de Puigdemont o no, los mandos de los mossos desaprueban las intenciones políticas, las formas y el momento en el que llega esta medida, y critican las prioridades del Govern.
Un agente de Lleida recordó, tras el anuncio, que «hace meses que para una población de 140.000 habitantes sólo trabajan dos patrullas por turno». Y afeó que «la preocupación de los políticos no es ofrecer un mejor servicio policial a los ciudadanos de Lleida, sino proteger mejor a Quim Torra. Evidentemente es una cuestión de prioridades».