¿Qué donación ha hecho el suegro de Joana Ortega?
Rafael Entrena Cuesta, que fue teniente de alcalde de Barcelona en el franquismo, lega su fondo de libros jurídicos al Consejo de Garantías Estatutarias
Rafael Entrena Cuesta fue teniente de alcalde de Barcelona y decano de la facultad de derecho durante el franquismo. Es catedrático emérito de la Universidad de Barcelona y pasa por ser uno de los grandes especialistas en derecho administrativo. A sus 85 años de edad todavía sigue como abogado en activo. También es el padre de Rafael Entrena Fabre, pareja de la exvicepresidenta Joana Ortega y su abogado defensor en el caso 9N.
Entrena Cuesta ha donado su fondo de libros jurídicos al Consejo de Garantías Estatutarias (CGE) de Cataluña, el organismo que vela por la adecuación de las leyes catalanas al Estatuto de autonomía y a la Constitución. Entre los más de 3.000 volúmenes del legado se encuentran viejos tratados de derecho, así como estudios de la Constitución española.
En declaraciones a Economía Digital, este catedrático emérito explica que ha donado su colección jurídica al CGE porque la mitad de los miembros que han pasado por el consejo han sido alumnos suyos. La donación se concretó a través de Marc Carrillo, uno de los actuales consejeros, si bien se realizó “a sugerencia” de Joaquín Tornos, que fue presidente del CGE hasta 2006 y también su bibliotecario.
Los límites del artículo 155
Entrena Cuesta ha escrito numerosas obras sobre derecho administrativo y de las comunidades autónomas. Sobre la aplicación el artículo 155, incide en dos cuestiones: no existe jurisprudencia alguna y “no cabe suspender plenamente la autonomía de un plumazo”.
Rafael Entrena Cuesta: el suegro de Joana Ortega dona su biblioteca al ‘constitucional catalán’
No ha escrito sus memorias, aunque ha sido testigo de la historia política y judicial. Fue concejal, teniente de alcalde y, en ocasiones, alcalde accidental de Barcelona desde 1966 a 1975 con José María Porcioles y Enrique Masó. Durante este periodo gestó la creación del Museo Miró. Como decano de la facultad de derecho, permitió un concierto de Raimon pese a que, una vez iniciado, recibió órdenes policiales para suspenderlo. Explica que conserva como oro en paño las letras que cantó Raimon en aquel recital. La censura de la época exigía que se entregaran previamente.
