Puigdemont ni siquiera tiene a los voluntarios para la Crida
A 10 días de su convención fundacional, la nueva formación puigdemontista aún busca manos para organizar el cónclave
A apenas 10 días de la convención fundacional de la Crida Nacional per la República, el movimiento que impulsa Carles Puigdemont para aglutinar el independentismo, tan siquiere ha reunido a los voluntarios para organizar el acto.
Los llamamientos se multiplican por tierra, mar y aire. «Queremos que sea un acto inolvidable. Para hacerlo realidad y que todo salga bien, necesitamos manos», advierten los impulsores de la Crida en su petición.
«Si has realizado tareas en acontecimientos similares, tu experiencia nos será muy valiosa. Si no lo has hecho nunca pero te quieres apuntar, tu apoyo nos será muy útil», sigue la Crida. La convención está prevista para dentro de dos sábados, el 27 de octubre, en Manresa (Barcelona).
Entre el rechazo de ERC y la CUP y las dudas del Pdecat
La petición de última hora en busca de voluntarios es el último indicador de los problemas que Puigdemont está teniendo para activar su plataforma, que todavía no está claro si operará como un movimiento o como una fuerza política más.
El portazo de ERC y la CUP, que le han dado la espalda, y las reticencias en el seno del Pdecat a diluirse en la Crida no han ayudado precisamente a definir un proyecto cuya naturaleza sigue siendo una incógnita y generando mucho escepticismo incluso entre las filas de Junts per Catalunya (JpC), la coalición puigdemontista en la que está integrada el Pdecat.
Dilaciones y proceso fundacional por fases
Cuando Puigdemont, de la mano de su sucesor al frente de la Generalitat, Quim Torra, y del expresidente de la ANC Jordi Sànchez, lanzó la Crida en julio -maniobra que le sirvió para propiciar una renovación a su gusto de la cúpula del Pdecat-, el plan era fundarla en torno al 1 de octubre.
Se quería explotar el simbolismo de la fecha pero, finalmente, lo único que se organizó días antes del primer aniversario del referéndum ilegal fue una rueda de prensa para anunciar la convención.
El encuentro del 27 de octubre, además, no será más que el pistoletazo de salido del proceso fundacional. En Manresa se presentarán la ponencia política y la ponencia organizativa de la formación, pero solo para abrir un proceso de enmiendas que no culminará hasta la celebración de un congreso en Barcelona el 6 de diciembre.
Desacuerdos sobre la estructura de la Crida
El lunes, Agustí Colomines, hombre de confianza de Puigdemont, uno de los ideólogos de la Crida y encargado de coordinador la ponencia organizativa que tiene que definir la estructura jerárquica que tendrá la organización, admitía en una entrevista en la Xarxa que a estas alturas todavía no hay tampoco acuerdo en el seno de sus impulsores sobre la naturaleza de esa estructura.
«Los hay que quieren una organización más rígida, más dirigista», dijo Colomines, y otros, entre los que se situó él mismo, que creen que hay que apostar por dar a los miembros «un margen de autogestión, porque si no, no funcionará».
La Crida lanzó en septiembre una campaña para convertir a las 50.000 personas que dieron apoyo a la iniciativa via adhesión on line en miembros fundadores, lo que comporta hacer una donación inicial mínima de 10 euros. Según Colominas, hasta la fecha han conseguido 6.000 afiliaciones.