Puigdemont mantiene a raya al Pdecat para forzar su investidura
Puigdemont reúne a sus diputados en Bruselas para blindar sus aspiraciones ante la amenaza de ERC de hacer descarrilar su presidencia
Carles Puigdemont obtuvo este viernes algo de aliento para sostener su embrollada aspiración de ser el próximo presidente de la Generalitat. El líder independentista reunió en Bruselas al grueso de su grupo parlamentario y logró escenificar el cierre de filas que buscaba. La lista que confeccionó prácticamente a su antojo acudió a su rescate para arropar su pretensión de ser investido a distancia como presidente de la Generalitat y para combatir las opiniones contrarias que existen en el Pdecat, en ERC y entre el conjunto de sus adversarios.
«Nuestro plan A, B y hasta Z es investir a Puigdemont», subrayó Elsa Artadi, una de sus fieles, que compareció junto a Eduard Pujol, otro de los fichajes de Puigdemont, para demostrar ante los medios que Junts per Catalunya se ha conjurado para mantener a flote a su líder. A lo largo de la semana, Puigdemont ha ido coleccionando una mala noticia detrás de otra. Daba por cerrado un acuerdo con ERC después de mantener una cena en Bruselas junto a Marta Rovira, pero al cabo de pocas horas comprobó las resistencias de sus socios.
Las dudas de ERC se fundamentan en la inconsistencia jurídica de una investidura a distancia, que ahora Puigdemont busca de forma delegada (a través de un diputado de su grupo) tras haber desistido del extravagante procedimiento telemático. Los republicanos no quieren buscarse más problemas con los tribunales y en el Pdecat han comenzado los sudores. «No quieren forzar el reglamento, no quieren líos», asumen en Junts per Catalunya para describir la actitud de ERC.
El temor a nuevas elecciones se dispara en Junts per Catalunya
Tan miedosos ven a los dirigentes de Esquerra respecto a la posibilidad de una investidura a distancia que en Junts per Catalunya se han disparado los temores a una repetición de elecciones. Volver a las urnas entraña enormes riesgos para los independentistas, que no obtuvieron mayoría de votos el 21-D (47,5%) y nadie, salvo Puigdemont, ve con buenos ojos regresar a la arena electoral.
La cúpula del Pdecat es la primera interesada en evitar las elecciones, pero a estas alturas ven imposible atar en corto a Puigdemont. Ante esta situación, la dirección encabezada por Marta Pascal ha optado por asumir en público los planteamientos de su candidato y explorar hasta el final todas las posibilidades para investir a su hombre. «El reglamento lo permite, estoy convencido», opina un diputado electo de sus filas con larga experiencia en el Parlament que tiene por misión presionar y convencer a ERC de que hay base jurídica para una investidura insólita.
En paralelo, el Gobierno contempla la situación con cierte deleite, ya que ve a los soberanistas encerrados en su propio laberinto. Siempre barroco, el portavoz del Gobierno, Íñigo Méndez de Vigo, advirtió que Moncloa actuará «sin ninguna vacilación» ante cualquier tipo de «añagaza» para investir a Puigdemont de manera no presencial. El pulso continúa.