Maragall y Colau buscan un pacto pero discrepan sobre el tercer socio
Maragall aboga por un acuerdo a tres bandas con Colau y JpC, y la alcaldesa en cambio plantea un gobierno progresista
Es época de pactos en el Consistorio de Barcelona, después de unas reñidas elecciones que han dado la victoria a Esquerra Republicana de Catalunya (ERC). Tanto Ernest Maragall, candidato republicano y vencedor de los comicios municipales; como su rival y actual alcaldesa, Ada Colau, apuestan por pactar para llegar a formar un gobierno municipal.
Maragall es claro: la misión de su partido es continuar con el proyecto independentista y por ello señala a Junts per Catalunya (JpC) como socio. En su apuesta por un «espectro amplio», el alcaldable de ERC también incluye a Colau, con la que asegura que comparte puntos de vista sobre cuestiones clave para los independentistas, como la reivindicación de un referéndum de autodeterminación o la denuncia de la represión de la que los soberanistas se sienten víctimas. Para materializar este acuerdo a tres, Maragall ha invitado a Colau a que le acompañe a visitar al candidato de JpC, Joaquim Forn, en prisión preventiva en Soto del Real, oferta que la alcaldesa rechazó a las pocas horas.
Este escenario preferido por ERC es difícil de materializar, ya que tanto JpC como los comunes rehuyen de pactar el uno con el otro. Colau no comparte el modelo de ciudad que plantean los de Forn, y este mismo lunes volvió a criticar a los partidos independentistas por seguir hablando solo de soberanismo, sin tener en cuenta la ciudad.
Colau quiere pactar con ERC y PSC
Para la aún alcaldesa en funciones, el pacto ideal incluye a ERC, pero también reserva un tercer asiento al PSC. Pero los republicanos tienen cruzados a los de Jaume Collboni, a quienes acusan de ser cómplices de la «represión».
Lo que no parece tener ningún recorrido es la suma entre comunes, socialistas y la candidatura de Manuel Valls apoyada por Cs, que sumarían lo suficiente para investir a un alcalde alternativo a Maragall. El propio alcaldable de ERC descartó esa opción por considerar que «la heterogeneidad ideológica» sería tal que la haría «del todo inverosímil». Y Colau también cerró la puerta horas más tarde a ese eventual pacto a tres bandas.
El escenario poselectoral todavía no está cerrado. Queda el recuento definitivo, que implica revisar las impugnaciones y los votos nulos, y los dos concejales que obtuvo el PP aún podrían bailar, porque los de Josep Bou salvaron el límite del 5% que permite obtener representación por tan solo 45 votos. O, lo que es lo mismo, por apenas una centésima de punto. Si finalmente quedara fuera, esos dos ediles, ley d’Hondt mediante, irían para ERC y el PSC. Y, con ese decimoprimer concejal, a los de Maragall les bastaría un acuerdo con Colau para sumar mayoría absoluta.