Iglesias se prepara para elecciones (y Sánchez se contiene)
"Estamos más cerca de que haya elecciones en 2019", afirma Iglesias, mientras el Gobierno de Sánchez apuesta por la prudencia
Poco puede hacer el Ejecutivo de Pedro Sánchez si el independentismo vitupera el presupuesto para 2019. Su socio de gobierno, Pablo Iglesias, ya lo reconoce abiertamente: «Las próximas horas todos vamos a tener que reflexionar mucho, siendo conscientes de la realidad, de las dificultades, de que estamos más cerca de que haya elecciones en 2019».
El escrito de acusación de la Fiscalía en el juicio del 1-O, en el que pide de 16 a 25 años para los políticos catalanes presos, puede convertirse en el talón de Aquiles definitivo del Gobierno de Sánchez, que intentó contentar a los separatistas con unas penas más «agradables» desde la Abogacía General del Estado, mas no terminó por conseguirlo.
En el último mes, Iglesias se reunió con distintos políticos para negociar los presupuestos pactados con Sánchez, entre ellos el ex vicepresidente catalán Oriol Junqueras, que se encuentra en la cárcel de Lledoners. También conversó con Carles Puigdemont, y da la impresión de que hizo todo lo que pudo para promocionar las cuentas. Pero ya empieza a tirar la toalla.
«En un momento en que parece obvio que estamos más lejos de lograr la mayoría para sacar los presupuestos adelante», dice, no sería de gran ayuda «perjudicar a la gente trabajadora en España y en Cataluña». No obstante, «si finalmente no hay acuerdo y hay elecciones, nosotros saldremos a ganarlas», manifestó en una entrevista de La Vanguardia.
Cautela en la Moncloa
Sánchez, por su parte, apuesta por la prudencia. Fuentes de la Moncloa manifestaron a El País que darán un tiempo de gracia para que los partidos independentistas hagan un análisis político más sosegado sobre los presupuestos. El Ejecutivo confía en que medie en el separatismo la misma idea que en la moción de censura a Mariano Rajoy: que cualquier opción es peor que el PSOE.
A pesar de que el separatismo no valora positivamente ni como gesto las diferencias entre las acusaciones de la Fiscalía y la Abogacía del Estado (que olvida el delito de rebelión y pide penas mucho menores), en el Gobierno tienen la esperanza de que con el paso de los días la reacción de partidos como ERC y el Pdecat sea más positiva.
En ese sentido, el Ejecutivo no pone todo el peso en los presupuestos. Los socialistas creen que a ninguno de sus socios políticos le conviene un adelanto electoral, y que lo saben, dada la probabilidad de que una coalición del PP y Ciudadanos se haga con la mayoría. Esto significaría, para el independentismo, un juicio más duro y un 155 prácticamente perenne en Cataluña.