Torra recurre a hooligans del procés para arruinar la mesa con Sánchez
El presidente de la Generalitat quiere proponer un orden del día inasumible para el Gobierno: autodeterminación, amnistía y relator
Quim Torra está intentando que el orden del día de la próxima mesa de diálogo soberanista entre el Gobierno y la Generalitat sea inasumible para Pedro Sánchez. Fuentes conocedoras de los planes del presidente catalán aseguran que su intención es jalear previamente a los hooligans del procés, particularmente a entidades como la ANC, para trasladar al Ejecutivo central un guion de la mesa de diálogo basado en la autodeterminación de Cataluña, la amnistía de los presos y la incorporación a las conversaciones de la figura de un relator.
Torra citará en breve a todos los actores del soberanismo a una reunión al Palau de la Generalitat con el objetivo de acordar el citado guion. «Quiere reunir a toda la jauría para acordar que lo único que hay que llevar a la mesa de negociación es independencia o nada», describen las fuentes consultadas.
La estrategia de Torra colisiona con la de ERC que, si bien está de acuerdo en plantear la autodeterminación y la amnistía, no considera que haya que abordar la mesa de diálogo a cara o cruz.
Sin ya nada que perder, y solo pendiente de que el Tribunal Supremo le inhabilite formalmente, Torra está más indomable que nunca, coinciden varias fuentes. Si hace unas semanas rechazaba el diálogo —como exigía ERC al Gobierno de Sánchez—, alegando falta de «garantías», ahora el president instrumentaliza las negociaciones bilaterales con el Gobierno para tensar la cuerda tanto con Moncloa como con sus socios del Govern, todo ello en un contexto preelectoral en Cataluña.
No obstante, Torra puede hallar una dificultad en su cita con los hooligans del procés, interesados en saber cómo piensa desobedecer al Supremo una vez sentencie su presumible inhabilitación en septiembre. Algunas fuentes dan por sentado que el sucesor de Carles Puigdemont se atrincharará en el Palau de la Generalitat después de convocar elecciones; es decir, asumirá su inhabilitación llamando a las urnas pero se resistirá a dejar el cargo mientras no llega la votación
La pre-mesa de diálogo con actore soberanistas no es nueva. Torra hizo lo mismo antes de la primera reunión con el Gobierno, en febrero. El entorno del presidente catalán delimita ahora su objetivo a buscar una posición unitaria de cara a las negociaciones con Sánchez, con el pretexto de que nadie —especialmente ERC— aproveche la ocasión para pedir elecciones. «Creemos necesario que se pueda generar el clima de confianza que hay que recuperar para que se pueda abordar este diálogo», dijo este miércoles la portavoz del Govern, Meritxell Budó.
ERC y el relator
Dada la falta de acuerdo entre ERC y JxCat en los últimos meses, los republicanos se han pasado las semanas recientes hablando de la necesidad de una «unidad independentista» como respuesta ante cualquier desavenencia. La convocatoria electoral, el suplicatorio de Laura Borràs en el Congreso, la reanudación de la mesa de diálogo… Para todo, la solución de ERC ha sido la «unidad». Ahora, Torra ha aprovechado este discurso para organizar una cumbre que ponga entre la espada y la pared a Sánchez y a ERC.
Con ERC, la figura del relator sigue siendo un tema de discrepanica. Es una de las exigencias del entorno de Torra y Puigdemont para que la mesa de diálogo cuente con «garantías». Pero los socios del Govern no quieren que el mediador sea condición sine qua non puesto que saben que Sánchez no está dispuesto a aceptar, toda vez que la última vez que su Gobierno cedió a esta condición (en el acuerdo de Pedralbes de 2018) el diálogo acabó yéndose al pedregal.
El entorno de Torra subraya que la figura del relator «quizá se considera más necesaria para una parte del Govern que para la otra». Como el guion del independentismo es un bucle de unos años a aquí, la exigencia del mediador también fue discutida en la pasada cumbre independentista de Torra para abordar la mesa de diálogo con el Gobierno.
Más discrepancias
En todo caso, la discrepancia estratégica de los miembros del Govern sigue sumando hitos. Torra anunció la cumbre independentista sin haberlo negociado o tan siquiera conversado con ERC, que, de todas formas, aplaudió la propuesta pues se enmarca en su discurso de buscar la unidad del soberanismo. Pero las discrepancias entre republicanos y postconvergentes siguen siendo continuas, y el espíritu de la segunda reunión de la mesa de diálogo también alimenta el desencuentro.
ERC envió a Sánchez un ultimátum la semana pasada y le dio un mes para poner fecha al encuentro, pero desde JxCat se trasladó este martes que ellos no tienen tantas prisas. Más importante que precipitar la segunda reunión, el entorno de Torra cree que urge hablar de «contenidos». «No tenemos que asegurar la fecha», insistió Budó, que tampoco ha avalado la sugerencia de ERC de que en esta reunión también participen presencialmente Sánchez y Torra, tal como ya sucedió en las negociaciones de febrero.
Tras la primera (y hasta ahora única) reunión de la mesa de diálogo, el Govern y el Gobierno firmaron un acuerdo que permitía a los presidentes ausentarse de próximos encuentros, salvo de aquellos en los que quieran participar o en los que se vayan a firmar pactos relevantes. Pero esta semana ERC ha sugerido que, tras tres meses de estado de alarma y, por ende, sin mesa de diálogo, sería positivo que Sánchez y Torra vuelvan a verse y lideren las respectivas comitivas. JxCat ha deslizado que esto tampoco es tan urgente desde su punto de vista.
Las elecciones catalanas también siguen siendo motivo de tensión en el seno del Govern. Este martes, el portavoz adjunto de ERC, Josep Maria Jové, se mostró totalmente confiado de que se negociará con JxCat la fecha de los comicios, y su compañero republicano, el vicepresidente Pere Aragonès, añadió que ya ha habido contactos con Torra en esa dirección. No obstante, horas más tarde Budó lo negó y aseguró que no le consta que «se haya acordado tomar la decisión de forma conjunta».