Torra disparará el gasto con un cheque de 10.000 millones de Sánchez
El aumento del 27% en la deuda de la Generalitat con el Estado permite a Quim Torra y los 'comuns' disparar el gasto público en más de 3.000 millones
La negociación de los presupuestos de 2020 es a tres bandas: los de Barcelona y Cataluña están vinculados a los del Gobierno central. Y con los anuncios de este lunes sobre los avances tanto en la Generalitat como en el Ayuntamiento, Pedro Sánchez está cada vez más cerca de aprobar sus primeras cuentas como presidente. Pero las negociaciones implican muchas cosas; una de ellas, la partida de 10.257 millones de euros que Quim Torra pedirá al Estado a través del Fondo de Facilibidad Financiera (FFF).
Esta deuda de la Generalitat con el Estado –que representa un incremento del 27% con respecto al año anterior– servirá al Ejecutivo catalán para amortizar el pasivo ya existente, dada la exigencia del 0% del déficit a la que hay que hacer frente este año. Y con ese asunto resuleto, el Govern de Torra se da ahora luz verde para disparar el gasto público en 3.070 millones de euros, un 17% más que en 2017, la última vez que la Generalitat aprobó unos presupuestos (prorrogados tanto en 2018 como en 2019).
Las negociaciones de meses con Catalunya en Comú-Podem han llegado a buen puerto. Los socios del Govern –Junts per Catalunya (JxCat) y Esquerra Republicana (ERC)– han cerrado el acuerdo de las cuentas de 2020, según anunció el vicepresidente y consejero de Economía y Hacienda, Pere Aragonès, que ha destacado que, tras la crisis, se recupera el gasto en inversiones con un repunte de 405,2 millones y un total de cerca de 2.000 millones de inversión para el sector público.
Durante el mismo anuncio, Aragonès ha criticado este déficit fiscal porque los presupuestos podrían ser más positivos sin este límite. Además, la portavoz del Govern y consejera de Presidencia, Meritxell Budó, ha asegurado que «seguimos sufriendo un déficit fiscal estructural de más de 16.000 millones» que afecta las cuentas. Y ha pedido flexibilizar el déficit porque cree que este esfuerzo fiscal «no debe recaer solo en las Comunidades Autónomas, sino que debe poderse repartir», ante lo que Aragonès ha asentido.
Cataluña pedirá 10.000 millones al Estado
Aragonès ha anunciado el acuerdo casi dos semanas después de que el Govern aprobase pedir al Estado central más de 10.000 millones a través del FFF, el laxo mecanismo a través del que pide préstamos desde 2019, cuando abandonó el Fondo de Liquidez Autonómica (FLA). De esta forma, el Gobierno de Sánchez pagará las deudas de la Generalitat, mientras que Torra y Ada Colau –alcaldesa de Barcelona y número uno de los comuns– venden sus presupuestos como los más progresistas de tiempos recientes.
De hecho, la presidenta de los comunes en el Parlament, Jéssica Albiach, ha destacado este mismo lunes el cariz «progresista» de las cuentas que previsiblemente se aprobarán en marzo próximo, y ha aprovechado para insistir en la exigencia de la dimisión de Torra porque «estamos viendo que el proyecto de ERC y JxCat está agotado y es un Govern que no funciona». «Cataluña necesita unas nuevas elecciones que den paso a nuevas mayorías progresistas, con un Govern que verdaderamente sea capaz de liderar esta nueva etapa que se abre», ha añadido.
Pero, a la vez que piden elecciones en Cataluña nada más cerrarse el acuerdo de los presupuestos, los comuns pactan con JxCat, ERC y el PSC un «presupuesto histórico» que supera los 3.000 millones de euros y será respaldado por 33 de los 41 concejales de la ciudad condal. «Es un gran acuerdo de presupuesto pero es más: es el inicio de una nueva etapa de política útil, de acuerdos y de diálogo», ha destacado este lunes la alcaldesa Colau, indirectamente reconociendo que todos los caminos llevan a Madrid.
Todo en marcha para los presupuestos de Sánchez
ERC –pieza clave para la supervivencia del Gobierno de coalición de Sánchez y Pablo Iglesias– se ha logrado entender con JxCat y los comuns (una de las confluencias territoriales de Unidas Podemos) para la elaboración de los presupuestos de Cataluña y Barcelona (en los segundos, con ayuda también de los socialistas catalanes). De no cambiar los planes próximos, todo apunta a que los negociadores del PSOE, Podemos y Esquerra también sabrán entenderse de cara a las cuentas del Ejecutivo central.
Este triple acuerdo de presupuestos se ha larvado durante meses, incluso desde antes de que Sánchez e Iglesias anunciaran su preacuerdo de coalición en noviembre pasado. Ahora, el nuevo Gobierno de izquierdas se da un plazo hasta marzo para presentar su proyecto presupuestario, tiempo que aprovechará para cerrar otros flecos como la negociación del déficit con Bruselas. Pero el viento a favor que sopla en Cataluña y en la ciudad condal es un alivio para el presidente del Gobierno, que sin presupuestos se abocaría a otro cisma dramático.