Puigdemont lanzó el consejo de la república para recaudar
El líder huido ingresa más de 100.000 euros en menos de 24 horas con el registro de ciudadanos (y donantes) que apoyan el consejo de la república
La concreción de las actividades del llamado «consejo de la república», el nuevo organismo parainstitucional presidido por el expresidente catalán Carles Puigdemont y presentado este martes en el Palau de la Generalitat, sigue en stand by, pero, de momento, ya ha servido para recaudar más de 100.000 euros en menos de 24 horas para la causa puigdemontista.
El expresident, vía videoconferencia, anunció en la presentación la creación de un registro de voluntarios comprometidos con la causa independentista en aras de la participación ciudadana. El registro se efectúa on line en la web del consejo, consell.republicat.cat, que ya ha sido activada, y que reclama para completar el proceso una donación mínima de 10 euros, tal y como informó Europa Press.
Esa cantidad es la misma que se exige como aportación mínima para inscribirse como miembro fundador de la Crida Nacional per la República, el movimiento con el que Puigdemont aspiraba a agrupar bajo un mismo paraguas al grueso del independentismo, y que inició su proceso fundacional con una convención celebrada en Manresa el pasado sábado.
La Crida abrió a final de septiembre una campaña para convertir a los 60.000 adheridos que firmaron su manifiesto fundacional en miembros fundadores, y en un mes consiguió que se lo hicieran 9.500 de ellos. Este miércoles a las 12.30 horas del mediodía, la web del consejo indicaba que el número de registrados ya era de 10.371. O, lo que es lo mismo, que el nuevo organismo ya había recaudado más de 100.000 euros apenas 17 horas después de su presentación.
Indefinición de funciones
La web aclara la estructura del nuevo organismo, que estará integrado por la presidencia, ostentada por Puigdemont, el consejo propiamente dicho y una asamblea de representantes. Pero la estructura y poco más. Por lo demás, todo sigue siendo tan indefinido y confuso como viene siendo habitual.
Según explicó el expresident, los integrantes de la asamblea los decidirán el conjunto de registrados, aunque por el momento no se sabe cuando se producirá esa elección. La asamblea se supone que es la encargada de elegir la presidencia, pese a que de entrada ya la ocupa Puigdemont, mientras que es a esta última a la que corresponde nombrar a los miembros del consejo «de acuerdo con la composición de la asamblea», se dice en la web, sin más precisión.
Esa falta de concreción caracteriza la descripción de las tareas asignadas a cada una de las tres patas de la entidad. De la asamblea, por ejemplo, se dice que, además de nombrar la presidencia, hacer un seguimiento de la actividad de la misma y del consejo y establecer «fórmulas de transparencia y control», se encargará de «promover las acciones necesarias para el establecimiento de la república catalana», que no se detallan; «impulsar la internacionalización de la causa» independentista, y «fomentar el debate sobre el nuevo modelo de país»
Puigdemont pisa el terreno a Llach
También se le atribuye la tarea de «desarrollar la metodología del proceso constituyente», pese a que Lluís Llach, presidente del consejo para el debate constituyente, insistió la semana pasada, durante la presentación de este otro organismo parainstitucional impulsado por el govern de Quim Torra, en que un eventual proceso constituyente sería una tarea que correspondería en exclusiva al Parlament.
Por lo que respecta al consejo -del que, como en el caso de la asamblea, no se especifica cuántos serán sus integrantes ni cuándo se constituirá-, se le atribuyen las funciones de asesorar a la presidencia, «fomentar acciones para avanzar hacia la república» -no se sabe cuáles- e «impulsar debates constituyentes y facilitar las herramientas necesarias para su desarrollo», pese a que se supone que es el ente presidido por Llach el encargado de fomentar un debate ciudadano -que no proceso- de este tipo, según el mismo cantautor explicó también.
La presidencia es la encargada de «realizar la representación exterior del consejo», y también tiene asignada la tarea genérica de «internacionalizar la protección de los derechos civiles y políticos de Cataluña»; «impulsar las políticas, estrategias y los consensos necesarios para asolir la república y «relacionarse de manera efectiva con las instituciones políticas, económicas, sociales y cívicas de Cataluña».