Puigdemont se burla del 155 en el Palau de la Generalitat
El expresident propone un registro de voluntarios por la república y dice que llegará a donde Torra no alcanza porque a él no le pueden aplicar el 155
El presidente catalán, Quim Torra, ha puesto este martes el Palau de la Generalitat al servicio de su antecesor, Carles Puigdemont, con la excusa de la creación del «consejo para la república». Puigdemont, vía videoconferencia, se ha jactado de que el nuevo organismo —»una entidad de derecho privado», según la Generalitat— liderará la construcción de la república de forma más «desacomplejada» que el ejecutivo de Torra porque a él y a los demás huidos no les pueden aplicar, ha dicho, el 155.
Puigdemont anunció la creación de un registro de voluntarios por la república. Serán ellos los que finalmente escojan una «asamblea de representantes» y también a los integrantes definitivos del consejo, del que de momento solo constan dos miembros: él y el exconseller Toni Comín, que ejercerá de mano derecha del expresident.
«Al consejo para la república le toca hacer república de manera más desacomplejada, y lo haremos desde Europa, sin corsés ni amenazas porque a nosotros no nos pueden aplicar ningún 155», dijo Puigdemont, que calificó la intervención de la Generalitat aplicada hace un año de «golpe de estado».
Las funciones del consejo, en una nebulosa
El consejo, cuya creación fue anunciada por Torra en su discurso de investidura, fue vendido en primera instancia como una especie de gobierno paralelo y «en el exilio». Incluso ahora, medio año después de aquel anuncio y con la Generalitat presentándolo con todo el boato en el salón Sant Jordi del Palau, sus funciones siguen instaladas en una nebulosa.
De hecho, Torra lo definió, con la falta de claridad habitual, como «una palanca para avanzar» hacia la independencia, y Comín, que, como Puigdemont, también intervino desde Bélgica, dijo que su función será «defender el mandato del 1-O y preparar la república». Admitió, acto seguido, que la «internacionalización» de la causa independentista será la «principal», aunque no la única, de sus tareas.
El expresident, por su parte, elevó notablemente sus atribuciones, ya que lo situó como uno de los «cuatro pilares» de la estrategia independentista, junto con las instituciones, la sociedad civil y «los presos políticos y los perseguidos». En realidad, su objetivo más ambicioso es llegar «allí donde las instituciones no pueden». «El consejo», dijo, «se propone avanzar por la vía de los hechos hacia la república».
Aniversario y homenaje a Puigdemont
La presentación se hizo coincidir con el primer aniversario de la huida de Puigdemont y algunos de sus consellers al extranjero, tres días después de la declaración unileral de independencia del Parlament, así que tenía mucho de homenaje al expresident. «Este es un acto de reconocimiento de la situación de excepcionalidad», dijo el vicepresidente de la Generalitat, Pere Aragonès.
«President, lo celebramos en el Saló Sant Jordi porque esta es vuestra casa», dijo Torra dirigiéndose a Puigdemont. Horas antes, la portavoz del ejecutivo catalán, Elsa Artadi, pese a insistir en la naturaleza privada del consejo, había justificado el uso del Palau como escenario del acto con el argumento de que la sede de la Generalitat también ha acogido también numerosos actos de reconocimiento y homenaje a entidades que no son públicas.
Al acto asistieron el gobierno catalán en pleno; el president del Parlament, Roger Torrent, y el expresident Artur Mas. Junts per Catalunya (JpC) y ERC son los únicos partidos que estuvieron presentes. La oposición no independentista se desmarcó y le reprochó a Torra seguir insistiendo en la creación de organismos parainstitucionales, mientras que la CUP también se desentendió porque entiende que se trata de una medida cosmética más del ejecutivo catalán.