El presidente del Parlament censura a Ciudadanos
El presidente del Parlament, Roger Torrent, se vale del acuerdo anti insultos para reprochar a un diputado que mencione las citas xenófobas de Quim Torra
Que el debate sobre las descalificaciones personales en los debates políticos es un arma de al menos de triple filo era tan evidente como que el acuerdo suscrito en el Parlament de Cataluña la semana pasada para evitarlas era papel mojado. Sobre todo, porque hay adjetivos —verbigracia: fascista, golpista o supremacista— que son los que han desencadenado la polémica. Para quienes los encajan son insultos inaceptables y para los que los emiten son descripción ajustada a los hechos.
En esa tesitura, en cualquier intento de capar su uso, unos, los agraviados, verán una virtuosa defensa de su dignidad personal y otros, los adjetivadores, un intolerable ataque a la libertad de expresión, cuyos límites —dicho sea de paso— ya fija el Código Penal. Así que el precario acuerdo alcanzado entre los grupos del Parlament se limitaba a fijar el insulto y la descalificación personal como las «líneas rojas» que no se pueden pisar, y que el choque se produjera era cuestión de (muy poco) tiempo.
El miércoles, Quim Torra ya pidió amparo al presidente del Parlament, Roger Torrent, cuando Ciudadanos volvió a referirse, como es habitual a los «tuits xenófobos y racistas» del propio presidente de la Generalitat, aunque la cosa no fue a más. Pero este jueves por la mañana, la cosa sí ha ido más allá. O más acá. Que es adonde la ha llevado Torrent.
La polémica no ha sido ni siquiera en torno al uso de alguno de esos apelativos ahora en discusión, sino por la referencia a citas textuales
Porque la polémica ya no ha sido ni siquiera en torno al uso de alguno de esos apelativos ya recurrentes y ahora en discusión, sino por la referencia a citas textuales de algunos de esos textos más controvertidos Torra, mentadas por el diputado del partido naranja Nacho Martín Blanco y que le han valido una llamada al orden de Torrent, lo que ha desencadenado la protesta de toda la oposición no independentista.
Cs ha convertido en recurrente las referencias a los viejos tuits y artículos de Torra, y hoy, en un debate sobre TV3, Martín Blanco ha insistido, pero esta vez sin añadirles ningún calificativo. Se ha limitado a recordar que, en Twitter, el president calificó a los españoles como «expoliadores», y que en uno de sus artículos más polémicos, tachaba a los catalanes críticos con el nacionalismo de «bestias con forma humana».
Pero esa referencia bastó para el toque de atención de Torrent, que le recordó a Martín Blanco el acuerdo suscrito y que el límite es «la descalificación y el insulto personal». El portavoz de Cs, Carlos Carrizosa, y el portavoz adjunto del PP, Santi Rodríguez, exigieron a Torrent que precisara cual había sido la supuesta descalificación, y el presidente de la cámara replicó que ellos ya lo sabían «perfectamente», y volvió a remitirse al acuerdo entre los grupos, mientras el vicepresidente segundo de la cámara, José María Espejo-Saavedra, también de Cs, clamaba desde la mesa: «¡Arbitrariedad!».
Torrent encaja el chaparrón
El PSC y Catalunya en Comú Podem (CECP) se sumaron a la protesta e insistieron en no haber escuchado tampoco ningún insulto, por lo que Torrent acabó por aflojar. «Simplemente he llamado al orden porque me ha parecido que estábamos en esos límites que fijamos». «Precisamente porque conozco ese límite, me he limitado a citar al president», apuntilló Martín Blanco. «No puedo tolerar que se pretenda que eso es un insulto».
El presidente de la cámara encajó el chaparrón atrincherándose en su cargo y recordando que es a él a quien le corresponde ordenar el debate», tras lo que la portavoz adjunta de los comunes, Marta Ribas, le exigió «una aplicación rigurosa del acuerdo al que se llegó». «Efectivamente, lo haré, y lo aplicaré siempre que lo considere», zanjó Torrent. Y así se pasó página. Hasta la próxima, que no tardará.