El PP se enfrenta a Ana Pastor por el uso de «golpista»
La presidenta del Congreso veta el término "golpistas" y el PP dice que seguirá usándolo para referirse a los partidos independentistas
El veto de la presidenta del Congreso, Ana Pastor, al uso de apelativos como «golpistas» o «fascistas» la ha enfrentado con su propio partido. Pastor ha anunciado este miércoles que hará retirar del diario de sesiones ambos adjetivos, que este mismo miércoles han usado, respectivamente, el diputado de Cs Juan Carlos Girauta y el de ERC Gabriel Rufian, y el PP no ha tardado en salir a enmendarle la plana.
El encargado de hacerlo ha sido el vicesecretario de organización de los populares, Javier Maroto, que ha dicho que el partido «no comparte» la decisión de Pastor y que seguirá llamando golpistas a «los golpistas independentistas de Cataluña porque lo son», y porque usar a partir de ahora cualquier otra terminología «parecería un cambio de posición» del partido.
Maroto ha quitado hierro al desencuentro con Pastor, cuya postura ha dicho entender «perfectamente» porque se estaba enfrentando «quizás a la sesión más compleja de esta legislatura», pero ha alegado que el término golpista no es «comparable» al de fascista.
«Consideramos que la palabra fascista es impresentable dentro del Congreso, pero hay un golpe de estado que se ha producido en Cataluña y hay que llamar a los que lo cometen golpistas», zanjó Maroto, que anunció que el PP planteará revisar la decisión de la presidenta de la cámara baja en la Mesa del Congreso, según informa EFE.
Para ERC, lo que no es aceptable es «acusar a un partido democrático de golpista sin prueba alguna»
Hace meses que el PP y Cs se refieren a los impulsores del intento de secesión del año pasado con ese término, y el martes, el portavoz de ERC en el Congreso, Joan Tardà, anunció que cada vez que alguien vuelva a hacerlo, los diputados republicanos replicarán tachándole de fascista, una medida que Esquerra ya activó también en el Parlament en el pleno de hace dos semanas.
Este miércoles, Tardà dijo suscribir las palabras de Pastor de que «no puede continuar esta escalada de insultos y descalificaciones que rompen la actividad parlamentaria», pero, como todo depende del color del cristal con que se mira, para él lo que no es aceptable es «acusar a un partido democrático de golpista sin prueba alguna», por lo que insistió en que seguirán replicando con la palabra fascista en legítima defensa. «No vamos a aceptar que se banalice el concepto golpista».
Tardà admitió que a veces los diputados de ERC también caen en las descalificaciones, pero nunca referidas a las personas, sino a las instituciones. «Es un matiz muy importante», dijo.
ERC dice que nadie escupió a Borrell
El portavoz de Esquerra también negó que el diputado Jordi Salvador escupiera a Josep Borrell, como afirma el ministro que sucedió tras una trifulca entre él y Rufián saldada con la expulsión de este y el abandono del hemiciclo de todo el grupo republicano.
Tras la bronca, Pastor trató de poner freno a la escalada verbal advirtiendo que no tolerará nuevas faltas de respeto. Fue entonces cuando anunció que los términos fascista y golpista no se harán constar en el diario de sesiones, una medida que no serviría para rebajar la virulencia del debate, tan solo para no dejar constancia escrita de la misma.
El debate sobre la escalada verbal en el Congreso es el mismo que ya se produjo tras el agrio pleno de hace dos semanas en el Parlament de Cataluña, en el que, además de los dos términos ahora vetados por Pastor, también se situó en el centro de la polémica el adjetivo «supremacista», que Cs usa para referirse al pensamiento del presidente catalán, Quim Torra, y su consellera de Cultura, Laura Borràs, y que el partido naranja también ha advertido que seguirá utilizando cuando lo crea conveniente.