El Gobierno buscó el apoyo de ERC in extremis pero fracasó por el PSC

Sánchez y Calvo contactaron la noche del martes con Aragonès para rehacer la relación, pero una iniciativa del PSC en el Parlament frustró la aproximación

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Pedro Sánchez no se resignó al voto en contra de ERC a la prórroga del estado de alarma una vez lo comunicó el partido de Oriol Junqueras en la noche del lunes. Al contrario. El propio Sánchez trató de reconducir la situación contactando a lo largo del martes con el adjunto a la presidencia de Esquerra y vicepresidente de la Generalitat, Pere Aragonès, aunque quien asumió el peso del intento por rehacer la relación con los republicanos fue la vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo.

Ninguno de los intentos surgió efecto, y no fue tanto porque ERC pusiera muy alto el listón de la devolución de competencias a la Generalitat para gestionar la crisis del coronavirus, sino por una ofensiva del PSC en el Parlament de Cataluña que enfureció a los republicanos, según ha podido confirmar Economía Digital.

Los socialistas de Miquel Iceta amagaban desde hacía unos días con forzar un pleno monográfico en el Parlament de Cataluña sobre la situación de las residencias de ancianos en Cataluña con el argumento de que se han producido más de 3.000 muertes en este tipo de centros y, finalmente, registraron la propuesta en la mañana del martes. La iniciativa afecta de lleno a ERC porque los geriátricos dependían, al inicio de la crisis, de la conselleria de Trabajo —en manos del republicano Chakir El Homrani— y, luego, de la titular de Salud —la también republicana Alba Vergès—.

El cabreo de ERC

Aragonès, tras los contactos de Sánchez y Calvo, se mostró dispuesto a arreglar el problema con el Gobierno, es decir, a rectificar su voto en contra. Pero puso por delante su enorme irritación con los socialistas al entender que su lealtad en la crisis no era recíproca, sobre todo después de haber regalado su abstención en el Congreso durante el último mes para ampliar el estado de alarma.

Pero ni el presidente del Gobierno ni la vicepresidenta lograron reconducir la situación con ERC. Calvo, al fin y al cabo, confiaba en atar otros apoyos (PNV y Ciudadanos) para sacar adelante la prórroga, como así sucedió este miércoles.

El castigo de ERC al PSOE no ha irritado tanto, en realidad, a los socialistas como a los dirigentes de Podemos-Catalunya en Comú, que se sienten ultrajados porque hace apenas dos semanas dieron sus votos para que la Generalitat pudiera aprobar los presupuestos de 2020 en el Parlament y tienen sed de venganza, por no decir de guerra.

El PSC quita hierro

La votación del estado de alarma de este miércoles bien no sólo es el reflejo de la quebradiza mayoría que sostenía hasta ahora al Gobierno de coalición, sino que también amenaza con hacer descarrilar la legislatura.

El PSC, sin embargo, intenta poner paz. ¿El PSOE está obligado a partir de ahora a cambiar de socios y a buscar algún recorrido con Ciudadanos y PNV? «No creo que cambien mucho las cosas por la votación concreta de hoy, aunque es cierto que hay que ver cómo evoluciona todo en las próximas semanas», dicen fuentes socialistas, partidarias de enfriar la situación después del calentón de las últimas 48 horas.

ERC no es tan optimista y considera que es necesario que el PSOE le vea las uñas. «En este negocio los votos valen lo que los haces valer y el voto de ERC en contra de la prórroga del estado de alarma va, sobre todo, en la línea de hacerse respetar. No está habiendo un mínimo aceptable de interlocución a pesar de que estábamos dispuestos a mantner la abstención por responsabilidad. Pero había que plantarse», dicen fuentes soberanistas. 

El futuro es muy incierto, admiten todas las partes. Pero nada hace pensar en una reconstrucción sencilla de su relación en plena crisis y en pleno año electoral en Cataluña.

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