La pandemia en manos de Torra: del brote «acorrolado» al confinamiento
La Generalitat rechazó hace una semana echar el cierre en Lleida y rectificó al cabo de dos días. Ahora duda sobre el confinamiento domiciliario
El Govern de Quim Torra aseguraba hace una semana —en concreto, el 2 de julio— que tenía localizados y «acorralados» los nuevos brotes de coronavirus en Lleida, que para entonces incrementaban ya a un ritmo preocupante. Rechazó el confinamiento en la comarca del Segrià, de la que Lleida es la capital, pero dos días después rectificó y ordenó el cierre perimetral de la región ante la imposibilidad de poner freno al goteo de nuevos positivos de Covid-19.
Todavía el viernes 3 de julio, un día antes de aplicar el confinamiento de más de 200.000 personas, la consejera de Salud, Alba Vergés, descartaba cualquier medida semejante, al mismo tiempo que reconocía que las cifras de esa semana eran «bastante más elevadas» que la anterior y que seguirían creciendo «unos días más». «Tenemos que actuar y dar el mensaje de que no es ninguna broma», dijo la consellera de ERC aquel viernes en una entrevista.
Poco más de 24 horas después, los 209.000 habitantes de los 38 municipios del Segrià estaban bajo confinamiento perimetral. Desde entonces, las salidas y entradas a la comarca después de las 16.00 horas están restringidas (salvo para trabajadores, comercios, transportistas y otros) y están prohibidas las reuniones de más de una decena de personas, tanto en público como en privado. Vergés ha insistido todos estos días en que no se reaccionó tarde.
Ahora, cuando no ha pasado ni una semana del confinamiento perimetral de la zona, la situación sigue siendo delicada, a tal punto que el alcalde de Lleida, Miquel Pueyo, ha demandado medidas judiciales para obligar a cumplir las restricciones, mientras el Institut Català de la Salut teme la posible saturación de algunos hospitales. La Generalitat impuso el confinamiento del Segrià con 350 casos en una semana; desde entonces, se han detectado casi 250 más.
Otro bandazo (mientras los sanitarios piden claridad)
Habida cuenta de los bandazos que han rodeado el rebrote en Lleida, el Govern de Quim Torra ha dado otro este mismo miércoles. Por la mañana, la portavoz Merixtell Budó alertó de la posibilidad de extremar las medidas, deslizando la posibilidad de un confinamiento domiciliario, como piden cada vez más voces incluso dentro del departamento de Salud. Pero Vergés lo descartó por la tarde, tras la reunión del comité de seguimiento de la pandemia.
La medida estelar del día anunciada por la Generalitat ha sido la confirmación de la obligatoriedad de la mascarilla para mayores de 6 años en cualquier espacio público a partir de este jueves en toda Cataluña, con multas de 100 euros a quien incumpla. Pero así como hace una semana se descartaba con cierta ligereza lo que unas horas después ya era una realidad, no puede descartarse ahora que el Govern vaya a aplicar en breve un confinamiento domiciliario en el Segrià.
Máxime cuando el Institut Català de la Salut de Lleida ha advertido de que «el confinamiento perimetral no es suficiente» porque «estamos en una situación de transmisión alta del virus, y hay transmisión comunitaria». Asimismo, los miembros de la junta clínica del Hospital Universitario Arnau de Vilanova (que este jueves por la mañana avisó que puede «saturarse» si la situación continúa así) han reclamado claridad a las autoridades.
En un manifiesto que han leído sanitarios de ese centro hospitalario de Lleida este miércoles por la tarde, se pide que «las instituciones pertinentes implicadas establezcan directrices claras y urgentes, y que intensifiquen las medidas hasta ahora instauradas». También han rogado a los ciudadanos que «realicen un cumplimiento estricto de las medidas de prevención, distanciamiento, contacto social e higiene».
La oposición carga contra el Govern por ir «tarde y mal»
El incremento de la preocupación por el rebrote en el Segrià y por el cuadro de la pandemia en toda Cataluña (que en las últimas dos semanas ha detectado casi la mitad de todos los nuevos positivos registrados en España; 1.971 en la comunidad de los 4.653 en todo el país) ha coincidido este jueves con un pleno del Parlament especialmente duro para el Govern, acorralado por todo el bloque de la oposición debido a su gestión del coronavirus tras el estado de alarma.
El PP ha reclamado la dimisión de Vergés, acusándole de «haber ocultado información en el brote de Lleida para no crear alarma» y invitar a las familias «a ir a los parques» un día antes del confinamiento. El PSC también ha exigido responsabilidades, señalando los bandazos del departamento de Salud y criticándole por rectificar sobre el confinamiento un sábado, «cuando hay gente de fin de semana y hay casos de transmisión comunitaria».
«Se tiene que generar confianza y usted, actuando tarde y mal y desviando responsabilidades, no la genera», ha dicho a Vergés la diputada del PSC, Assumpta Escarp. Miquel Iceta ha ironizado con que Torra criticase en su momento al Gobierno de Pedro Sánchez por decretar «de un día para otro» el estado de alarma, cuando él ha hecho lo mismo en Lleida. El president, fiel a su estilo, ha defendido que «la culpa» de todo esto sigue siendo «de Madrid».
La diputada de la CUP, Natàlia Sànchez, ha criticado que el Govern confina «a los vecinos pero no a la explotación laboral», tras denunciar las condiciones en que viven los temporeros de Lleida, señaladas como una causa del rebrote. Se ha sumado a este reproche Jéssica Albiach, de los comunes, que también ha criticado que «no se tenga capacidad de rastreo» de casos, tal como hizo también la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, en una entrevista este jueves.
«Tomamos decisiones cuando toca, ni antes ni después, y las explicamos a la ciudadanía cuando tenemos certezas», ha defendido Vergés, considerando que el confinamiento perimetral del Segrià se impuso «en el momento oportuno, ni antes ni después». «Hemos demostrado que actuamos y no nos da miedo tomar medidas duras para la población y explicar las cosas como son», ha añadido la consellera de Salud.