La Generalitat rectifica con la mascarilla en cuatro días
El gobierno de Quim Torra endurece en uso de la mascarilla en toda Cataluña cuando se le escapan el control de los contagios en Lleida
La Generalitat sigue improvisando sobre el uso de las mascarillas en los espacios públicos. El gobierno de Quim Torra piensa obligar a los ciudadanos a taparse las vías respiratorias aunque mantengan la distancia de seguridad. Incluso se amenaza con sancionar los incumplimientos.
Las condiciones del endurecimiento del uso de la mascarilla debía aprobarse en el consejo ejecutivo de la Generalitat de este martes, pero la decisión se aplazó hasta la reunión que mantendrán este miércoles en el marco del Plan Territorial de Protección Civil de Cataluña (Procicat).
En declaraciones RAC1, la consejera catalana de salud, Alba Vergés, avanzó este martes que, “como norma general, se deberá llevar mascarilla siempre, se cumpla la distancia de seguridad o no”. O sea, que para salir a la calle será indispensable la mascarilla. Se admitirán algunas excepciones, como su uso en la práctica de deporte.
Vergés defiende ahora la ampliación de la obligatoriedad del uso de la mascarilla en espacios públicos cuatro días después de que, el pasado viernes, avanzase que los estudiantes podrán realizar los exámenes de selectividad con la cara descubierta. Entonces se indicó que solo será necesaria a la entrada y salida de las aulas, si hay aglomeraciones, pero no cuando estén en sus pupitres.
Las pruebas de selectividad en Cataluña empezaron este martes y proseguirán hasta el viernes. A los estudiantes se les permitió realizar el examen sin mascarilla. Sin embargo, algunos se preguntan si les obligarán a llevarla los próximos días, pese a que hasta ahora se mantuvo lo contrario.
Rectificaciones
Recientemente, desde las consejerías de salud y educación del gobierno catalán también se indicó que no serían necesarias las mascarillas y las distancias de seguridad cuando se reemprendieran las clases. La nueva normativa que prepara la Generalitat entra en contradicción con este anuncio.
En realidad, el presidente Torra y la consejera Vergés plantearon la obligatoriedad de la mascarilla en los espacios públicos en marzo y abril mucho antes de que el gobierno de Pedro Sánchez adoptara esta medida contra la pandemia de coronavirus. Entonces, Torra y Vergés pedían el uso de mascarilla cuando no fuese posible mantener la distancia de seguridad.
No obstante, no siempre lo defendieron. A principios de febrero, antes de la declaración de la pandemia y de que se instaurara el estado de alarma, Vergés afirmó que nadie debía preocuparse por las mascarillas. “No son requeridas, n recomendables ni nos aportan seguridad”, dijo el 4 de febrero a los micrófonos de Catalunya Ràdio. En aquel momento, Vergès tampoco veía necesario prohibir los viajes a Italia.
La verdad es que, en aquel momento, el gobierno español y el director del Centro de Emergencias Epidemiológicas, Fernando Simón, también mantenían que no era necesario el uso de mascarillas. Desde el ministerio de Salvador Illa se insistía en que “la población sana no necesita mascarillas”.
En estos momentos, la Generalitat endurece el uso de la mascarilla después de ser incapaz de controlar los contagios en Lleida. Los más de 200.000 habitantes de la ciudad y de su comarca están confinados. Sin embargo, el dato más preocupante es que los contagios van en aumento en el resto de Cataluña, especialmente en Barcelona. Y ahora la responsabilidad ya no recae en el Gobierno de Sánchez, sino en la Generalitat de Torra.
En Lleida están fallando los procesos de detección de contagios, seguimiento y aislamiento de posibles enfermos. A principios de junio, la Consejería de salud hizo marcha atrás en un contrato de más de 13 millones de euros a Ferrovial para que se encargase de esta tarea. Ante la polémica que generó esta contratación, Vergés indicó que la asistencia primaria se encargaría de seguir las cadenas de contagios. Sin embargo, en Lleida es patente que se han visto superados.