Los bancos españoles van de mal en peor
El segundo trimestre es más negativo que el primero. La banca cotizada gana un 17,33% menos en abril-junio: 3.496 millones, frente a 4.229 en enero-marzo
Los ocho bancos cotizados en el mercado bursátil ganaron en el primer semestre del presente año 7.725 millones de euros, unos 824 millones menos que en el primer semestre de 2018, equivalentes a una caída del 9,64% menos que en el mismo periodo del año anterior (8.549 millones). Para igualar los beneficios de la primera mitad de 2018, los bancos deberían haber ganado 4.320 millones de euros (tal y como adelantó Economía Digital el pasado día 21), pero se han quedado bastante por detrás.
En el primer trimestre de 2019, estos ocho bancos obtuvieron un resultado positivo de 4.229 millones. En el segundo trimestre estanco se han quedado en 3.496 millones, un 17,33% menos.
Las dificultades para aumentar el margen de intereses (la diferencia entre lo que cobran por los créditos y lo que pagan por los depósitos) por los actuales tipos, la falta de resultados por operaciones financieras (venta de activos) y los costes de determinados procesos de ajuste de plantilla en en dos de las cuatro mayores entidades han confirmado el pronóstico: el sector va de mal en peor. Los más pequeños han podido capear mejor la situación y han logrado mejores resultados que en 2018, si bien no han podido compensar la caída de los grandes.
El Santander, Caixabank y BBVA, en horas bajas
Perdidas las esperanzas de que la política monetaria dé un giro a la tendencia de los últimos años, al menos hasta el otoño del próximo año, el pesimismo se ha adueñado del sector. Ya con el trimestre cerrado, el presidente del Banco Central Europeo (BCE) ha enterrado la más mínima posibilidad de mejoría, al abrir incluso las puertas a una bajada del precio del dinero en la próxima reunión de septiembre, que colocaría los tipos de interés en negativo.
El Santander y Caixabank han pagado en sus resultados los procesos de reestructuración aprobados con los representantes sindicales. La entidad que preside Ana Patricia Botín ha ganado 3.241 millones de euros, un 14% menos que en el primer semestre de 2018 y eso a pesar de que haber obtenido el mejor beneficio ordinario trimestral de los últimos ocho años. El banco se ha anotado un cargo de 706 millones de euros por los costes de reconversión en España y unos seguros de protección de pagos en Reino Unido. El beneficio estanco del segundo trimestre se ha situado en 1.391 millones, frente a los 1.840 de los tres primeros meses.
Caixabank se ha quedado en un beneficio atribuido de 662 millones de euros, la mitad que hace un año. Entre abril y junio, la entidad sólo ha ganado 89 millones de euros. El ERE para 2.023 empleados le ha costado al banco que dirige Gonzalo Gortázar 978 millones de euros. Esta circunstancia extraordinaria, unida a la falta de ingresos por operaciones financieras y de resultados de participadas tras la salida del capital de Repsol y BFA han cerrado un periodo difícil. Aunque el negocio bancario (créditos más depósitos) ha superado por vez primera los 600.000 millones de euros, el margen bruto ha caído un 4,5% y las comisiones, un 3,5%.
BBVA ha sido el penúltimo banco en presentar sus cuentas semestrales (este viernes ha cerrado la ronda Liberbank). La entidad que preside Carlos Torres ha obtenido en el primer semestre un beneficio neto de 2.442 millones de euros,un 3,7% menos que en el mismo periodo de 2018, a pesar de haber alcanzado el mejor beneficio trimestral de los cuatro últimos periodos, con 1.278 millones. El banco cierra la primera mitad del año con una buena rentabilidad (10,2% de ROE) y un alto nivel de capital principal, el 11,52%, y con aumentos en los márgenes de intereses, comisiones e ingresos. México sigue siendo su principal suministrador de beneficios.
El negocio de BBVA en España no termina de despegar, con todos los principales indicadores de márgenes en negativo. La falta de ROF (una caída interanual del 58,2%) se ha dejado sentir en las cuentas.
Los tipos cierran el grifo de los ingresos
Bankia se ha quedado en 400 millones de beneficio, tras una caída del 22,3%, que siembra de dudas el cumplimiento de alguno de los objetivos del plan estratégico, cuando se ha alcanzado el ecuador del mismo. Los márgenes bajan, aunque la concesión de nuevos créditos y la dinámica de los fondos de inversión suben con fuerza, como destacó su consejero delegado, José Sevilla. La rentabilidad en términos de ROE se ha quedado en un modesto 6,3%.
En el lado positivo, Bankinter ha marcado cifras récord, en los márgenes de intereses y bruto y en comisiones y eficiencia. María Dolores Dancausa, máxima ejecutiva del banco, calificó los resultados (un beneficio de 309 millones, un 18,3% más que en 2018) de muy satisfactorios y aseguró “que los del conjunto del año van a ser superiores a los del año anterior”. Es el banco que más claro tiene el horizonte.
Banc Sabadell ha sido la entidad que en términos relativos más ha incrementado su beneficio: un 341%, hasta 532 millones de euros. La razón hay que buscarla en que en la primera mitad del pasado año apenas ganó 121 millones, afectado por los problemas de la migración informática de su filial en Reino Unido, TSB. Jaime Guardiola, consejero delegado, destacó que su actividad comercial se está regularizando. Entre enero y junio de este año TSB ha aportado 22 millones al beneficio.
Unicaja ganó 116 millones, un 10,1% más, pero su rentabilidad sigue lejos de los objetivos: 6%. En el segundo trimestre ha ganado 63 millones, 10 más que entre enero y marzo. La mejora se ha sustentado en una reducción de los costes de explotación y en el crecimiento de la inversión crediticia.
Liberbank, que hace unos meses soñaba con una fusión con Unicaja que finalmente se rompió, ganó 73 millones de euros en la primera mitad, de acuerdo con los resultados presentados hoy. Es un 14% menos que en 2018, a pesar de que los recursos de clientes crecieron un 4,9% y la inversión crediticia, un 7,6%. Con la curva de tipos en negativo, la actividad bancaria por sí sola no da para que los ingresos crezcan. En el caso de Liberbank han disminuido un 6,5%, porque los resultados por operaciones financieras (ROF) han caído a casi la mitad. El problema se repite.
Con todo esto, la Bolsa española cerró julio con una caída del 2,48%, el peor registro en el mes desde 2012, en pleno rescate de los bancos españoles. La evolución de la banca explica que el mercado español haya sufrido más que los del resto de Europa, dado que aquí tiene más peso el sector bancario (casi un 30% del índice), aunque desde luego también contribuyó el desempeño de otras cotizadas.