La morosidad lanza otro aviso a Sánchez: llega una crisis
En el primer semestre del año se produjo un aumento bruto de nuevos morosos: se incrementaron un 8,9%, a 13.500 millones
El gobierno que se forme tras las elecciones del pasado 10-N tendrá que lidiar con una nueva crisis. Se trata de la morosidad, que se suma así a los síntomas de alarma que advierten de una desaceleración global.
La cantidad de créditos de dudoso cobro se reduce, aunque lo hace lentamente. El saldo total ha caído hasta los 61.900 millones, el 17,6% menos que el año anterior, ha publicado El Periódico. Aun con todo el ritmo de reducción es muy inferior al de la primera mitad de 2018, cuando se situaba en el 26,7% y, conforme pasan los meses, se frena más.
Pero lo que más preocupa es que se ha producido un aumento bruto de nuevos morosos: en el primer semestre del año el incrementó en un 8,9%, hasta los 13.500 millones de euros, según el Banco de España.
«Es verdad que llama la atención, habrá que ver la evolución en los próximos trimestres. Es posible que esté relacionado con el crédito al consumo (cuya morosidad está creciendo). No creemos que sea un cambio drástico de ciclo, pero es algo a seguir«, han señalado fuentes del Banco de España en declaraciones al citado diario.
El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, apuntó hace unas semanas que la reducción de las provisiones para hacer frente a la morosidad «muestra algunos signos de agotamiento«, ya que en el primer semestre crecieron el 3,9%, el primer aumento desde el 2012. Además, advirtió a los bancos que si el panorama económico continuaba deteriorándose la «calidad del activo podría empeorar, dado que la capacidad de pago de sus acreditados se vería negativamente afectada”.
Lo mismo ocurre en Europa. La Autoridad Bancaria Europea anunció que la «mejora de la calidad de los activos ha continuado, pero a un menor ritmo» en los últimos meses. El máximo responsable de la supervisión bancaria en el Banco Central Europeo (BCE), Andrea Enria, señaló el pasado miércoles de que los «indicadores de calidad de los activos todavía no han vuelto a los niveles precrisis«.
Aun con todo ello, la morosidad ha ido mejorando con el tiempo. En Europa, los créditos impagados han bajado de 1,15 billones de euros en junio del 2015 a 636.000 millones en junio del 2019 según la EBA.
Y, en España, la deuda por impago ha disminuido en 126.900 millones desde el máximo de 188.800 millones de diciembre del 2013.