Los bancos alargan la moratoria de hipotecas para frenar la morosidad
Las entidades buscarán acuerdos para aplazar los créditos con los clientes que lo necesiten para evitar que escale la morosidad y tener que provisionar
El fin del estado de alarma terminará con una de las medidas de alivio diseñadas por el Gobierno para miles de familias que perdieron ingresos a causa de los ERTE o por cese de actividad: la moratoria de hipotecas y créditos personales. El 29 de junio dejan de estar vigentes por lo que los interesados, aunque cumplan con los requisitos, no podrán ya acogerse a estos meses sin pagar. Sin embargo, los bancos planean alargarlo con acuerdos bilaterales con un objetivo principal: que no les suba la morosidad.
En aproximadamente un mes, todos los bancos españoles, empezando por los principales –el Santander, BBVA, Caixabank, Bankia, el Sabadell y Bankinter– presentarán sus resultados del primer semestre. Se prevé impacto de la crisis del coronavirus, como se notó ya en marzo, pero no un incremento significativo de los impagos, uno de los fenómenos que más temen las entidades, el Banco de España y los inversores.
Lo que ha frenado la morosidad de la banca, que en marzo de situaba en el 4,82%, han sido precisamente las moratorias para aquellas personas y familias que no podían hacer frente a los pagos. Hasta ahora han sido obligatorias en ciertos supuestos, pero en pocos días, cuando ya no lo serán, las entidades seguirán ofreciéndolas para evitar que repunte la mora.
Fuentes financieras explican que negociarán moratorias hipotecarias incluso con clientes que no cumplan los requisitos
“Cada entidad hará moratorias bilaterales con sus clientes”, apuntan fuentes financieras, “porque a nadie le conviene que el cliente deje de pagar”. Las condiciones, como la duración, podrán variar, e incluso los requisitos. “En principio, las facilitaremos a las personas que habrían tenido derecho con las obligatorias, pero si nos viene un cliente que no cumple los requisitos y la pide, lo negociaremos. Al final, es una cuestión comercial”, asegura el portavoz de una entidad.
Esta es la vía por la que optarán la mayoría de bancos, según explican las fuentes consultadas y como evidencia el hecho de que las dos patronales bancarias hayan hecho el papel de facilitadoras. La AEB, que agrupa a los bancos tradicionales como el Santander, BBVA, el Sabadell, y la CECA, con las antiguas cajas –Caixabank, Bankia, Unicaja, Ibercaja, Kutxabank, Abanca, Liberbank, etc.– han negociado estas medidas y el Banco de España le ha puesto la guinda.
El regulador estableció, siguiendo el camino iniciado con las moratorias oficiales dictaminadas por el Gobierno, que el dinero que dejan de ingresar las entidades por los préstamos hipotecarios y al consumo cuyo pago se pospone no pase al capítulo de crédito dudoso, lo que evita que incremente la morosidad. Así, las entidades pueden acogerse a la medida sin miedo a un balance con mayor riesgo ni necesidad de provisionar.
Casi 800.000 créditos en moratoria, la mayoría de Caixabank
Según las últimas cifras hechas públicas, a finales de mayo se habían podido acoger a las moratorias oficiales 788.000 personas y familias, lo que equivale a un saldo vivo pendiente cercano a los 33.000 millones de euros, según los datos del Banco de España. Pese al tamaño de las cifras, supone solo el 5% del crédito concedido a los hogares españoles.
Sobre las entidades más afectadas, los datos de mayo no ofrecieron ese nivel de detalle pero las cifras de los propios bancos al cierre de marzo sí que daban una fotografía de cuáles son las que más moratorias han hecho. Caixabank acumulaba entonces más de la mitad de las solicitudes entre la gran banca. El Santander una de cada cuatro, mientras que Bankia y BBVA se situaban alrededor del 10%.
No pueden subir intereses ni comisiones con las moratorias
La condiciones ahora están menos marcadas que en las moratorias oficiales el Gobierno, si bien hay límites. Sea cual sea el acuerdo entre banco y cliente, no se podrá modificar el tipo de interés del crédito personal o la hipoteca, sea fija o variable, es decir, sujeta al euríbor. Tampoco se podrán cobrar gastos o comisiones ni aprovechar para vender un producto vinculado ni pedir garantías adicionales.
Las moratorias tendrán un máximo de un año para préstamos hipotecarios y de seis meses en los préstamos al consumo y el plazo total para devolver el crédito se alargará los mismos meses que dure la moratoria.