Alemania pierde fuelle y pone en peligro a Europa
Alcanza el mayor superávit de su historia, pero gracias a un descenso de las importaciones que perjudica a Francia, la otra locomotora europea
La Unión Europea es un club frágil. Es el mayor socio comercial del mundo, con cuentas públicas, en su conjunto, mejores que las del Estados Unidos. Pero la relación tan estrecha entre sus socios provoca que la mala situación de uno de ellos ponga en peligro al resto. Y ese país es Alemania. Si la economía alemana lo pasa mal, el primero en notarlo es Francia, y, de rebote, todos los países de la zona euro y de la UE.
Y los datos no son buenos, pese a presentar los mejores datos de toda su historia. Alemania ha cerrado 2013 su balanza comercial con un saldo positivo de 198.900 millones de euros. Representa un 4,8% más que en 2012, y significa el mayor superávit del país en toda su historia, superando en un 1,8% que marcó en 2007, según ha informado la Oficina Federal de Estadística (Destatis).
Exportar fuera de la UE
Esas cifras, sin embargo, tienen una explicación. Alemania aumenta el saldo de su balanza no porque exporte más, si no porque importa menos. Y esas importaciones son, en gran medida, exportaciones de países como Francia, o España, que, sin embargo, ha realizado un esfuerzo enorme para aumentar sus exportaciones fuera de la zona euro, algo que será vital a partir de ahora si la Unión Europea no mantiene su vigor económico.
Así, las exportaciones alemanas en 2013 sumaron 1,093 billones de euros, lo que supone un 0,2% menos que en 2012. Pero las importaciones, las compras al exterior de Alemania alcanzaron los 895.000 millones, un 1,2% menos. Es decir, Alemania exportó algo menos, pero importó también bastante menos que en 2012, demostrando que la economía germana está perdiendo fuelle.
Es importante ver la relación de Alemania con la Unión Europea. Está comprando algo más a sus socios, un 0,8%, sumando un total de 577.600 millones de euros. Pero exportó sólo un 0,1% más, alcanzando los 623.500 millones de euros.
Si se sigue con la lupa esos flujos, se verá que 401.900 millones de euros fueron el resultado de ventas a países de la eurozona, un 1,2% por debajo de las cifras de 2012. Las importaciones alemanas de productos de la zona euro disminuyeron un 0,2%, hasta los 401.200 millones.
Un peligro para Europa
Estas cifras llevan al economista de la UB, Gonzalo Bernardos, a “poner en valor lo que está haciendo España, que mantiene su ritmo exportador, pese a las dificultades, por encima de la economía alemana, y, teniendo en cuenta que los motores de la zona euro, la propia Alemania y Francia, están gripados”.
En cualquier caso, no es un buen síntoma a corto y medio plazo para el conjunto de países de la Unión Europea, que necesitan que Alemania crezca con un mayor vigor.
En el mes de diciembre de 2012, un mes que podría marcar la tendencia de los próximos, a lo largo de 2014, Alemania logró su superávit comercial de 18.500 millones de euros, después de exportar bienes por valor de 92.500 millones de euros, lo que significa un 0,9% menos que en el año anterior. Las compras al exterior bajaron un 0,6% interanual, llegando a los 74.000 millones de euros. Es decir, exporta menos, pero también importa menos. Mal asunto.