Uber da un giro a su apuesta por los patinetes en España
La operación con Lime lleva al sector de patinetes en España a la concentración, donde se eliminará una de las marcas
Parece que entre la marca de patinetes Jump y la de Lime, Uber apuesta por la segunda en España. La compañía californiana ha decidido que uno de los primeros efectos de haberse convertido en el primer accionista de Lime, tras liderar la ronda de financiación de 170 millones de dólares, será apostar por sus vehículos de movilidad. El movimiento de la compañía llega después de conocerse que la participada se encargaría de las operaciones de ambas flotas, sin desvelar si se trabajaría con una marca o las dos.
La decisión coincide además con la desescalada por el coronavirus. Las empresas de patinetes se retiraron de ciudades como Madrid con la llegada del estado de alarma, a mediados de marzo, y estas últimas semanas, al igual que otras empresas de movilidad compartida — motocicletas como Ecooltra o Accionax—, han decidido volver a operar ante la recuperación de la demanda, que mejora ligeramente aunque sigue siendo débil.
Para su vuelta ha sido clave la decisión de la administración. El Ayuntamiento de Madrid anunciaba esta semana que iba a aprobar una nueva ordenanza para que los patinetes eléctricos regresaran, eso sí, respetando las medidas de higiene y seguridad. Fuentes del consistorio explican a este medio que la decisión se aceleró tras una reunión el pasado viernes, a la que asistieron los operadores del sector.
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De momento, Lime ya anunciado esta semana que regresa a las calles de Madrid; otros competidores, como la estadounidense Bird o Movo, participada por Cabify y por el fondo Seaya Ventures (Beatriz González), se lo están pensando y todavía no se han pronunciado.
Álvaro Salvat, director general de Lime Iberia, cuenta que su empresa ha constatado que «la necesidad de soluciones de movilidad individual aumenta con el aplanamiento de la curva del COVID-19». La compañía empezará a operar «en las zonas en las que los madrileños más nos requieran. Retomaremos el servicio con una flota reducida, analizando los nuevos hábitos de movilidad de los ciudadanos e incrementando paulatinamente la actividad».
Uber, ya máximo accionista de Lime, traducirá esta operación en llenar las calles de más dispositivos de la marca Lime, dejando de lado Jump, la marca que utilizaba hasta el momento. Desde el ayuntamiento explican que no habrá problemas para que las licencias de un operador sean utilizadas con otra marca porque, en esencia, se trata de la misma empresa.
Operación de concentración de los patinetes
Todo responde a la ronda de financiación de 170 millones de dólares que cerró Lime la pasada semana y fue liderada por Uber, quien ya era accionista y pasó ahora a hacerse con la mayoría del capital social. También participaron la matriz de Google, Alphabet, y el fondo Bain Capital, conocido en España por ser dueño de la inmobiliaria Habitat.
Pero la operación, según explicaron varias compañías, no implicaba necesariamente que una de las dos marcas iba a desaparecer. No obstante, fuentes conocedoras de la situación en España explican a Economía Digital que en el mercado nacional los patinetes Jump no regresarán a las calles.
El acuerdo tiene varias lecturas: la primera es el alivio de las cuentas de ambas empresas y la segunda es la necesidad económica de concentrar negocios ante un mercado muy competido. Ambas compañías vienen de replegar sus posiciones, con recortes en la plantilla y cierre de los mercados menos rentables.
Las compañías no adelantaron si solo utilizarán una marca, pero en España ya han tomado la decisión
De esta forma, se sigue reduciendo el número de competidores en España. Antes de la operación de Uber en Lime llegó la protagonizada por la americana Bird. El otro gigante de los patinetes absorbió la empresa alemana Circ, conocida anteriormente como Go Flash. La estadounidense dio un golpe sobre la mesa y logró incrementar su presencia en 40 ciudades, principalmente de Europa.
Y es que la fiebre del patinete parece que empezó a caer desde el pasado año. Este medio ya adelantó la retirada de la empresa sueca Voi. Un portavoz de la firma con sede en Estocolmo y presencia en buena parte de países europeos (Francia, Alemania, Dinamarca, Italia, Noruega y Finlandia) explicó que la empresa dejaría de operar en las dos ciudades de España en las que prestaba servicio: Madrid y Málaga.