Un socio de Seat opta a la fábrica de Nissan para un coche eléctrico
Silence, que fabrica la moto eléctrica de Seat, trabaja desde hace meses en su primer coche eléctrico y quiere producirlo en la Zona Franca
Nadie pone en duda que las instalaciones de Nissan en la Zona Franca de Barcelona son un espacio de gran valor, tanto industrial como sobre todo inmobiliario en una zona ya sin disponibilidad de suelo logístico. Cuando el fabricante desmantele la histórica fábrica, se espera que haya una cola de interesados en ocupar el recinto. Y a la espera de que se abra el melón, uno de los que trabaja para ello es Silence, el fabricante de las motos eléctricas de Seat, que prepara su entrada en el mercado de las cuatro ruedas.
Silence es una start-up catalana especializada en la producción de motocicletas de cero emisiones. Es uno de los actores que ha entrado en el escenario con más fuerza, pues las produce para Acciona, que posee una de las plataformas de motos compartidas más utilizadas de España, y para Seat, que este martes presentó su nueva scooter eléctrica dentro del proyecto Mó, que se estrenará en Barcelona.
La start-up trabaja desde 2019 en el desarrollo de un coche eléctrico. Aunque todavía se trata de un prototipo, la intención del fabricante es lanzar un vehículo biplaza similar al Renault Twizy para ampliar su mercado dentro del sector de la movilidad sostenible. Y tras conocer el adiós de Nissan, fuentes del sector explican a Economía Digital que la organización ya se postula para ocupar parte de las instalaciones de la Zona Franca para arrancar con la producción del automóvil.
Silence, que fabrica la moto de Seat, trabaja en un coche eléctrico biplaza, como la filial de VW
Aunque la empresa declinó hacer comentarios a preguntas de este medio, el consejero delegado de Silence, Carlos Sotelo, admitió en una conversación con El Periódico que estarían “encantados” de ocupar parte de la fábrica de la Zona Franca porque cuentan con “planes de futuro” para ampliar sus actuales instalaciones.
Silence fabrica sus motos en Molins de Rei (Barcelona) y acaba de inaugurar unas nuevas instalaciones en Sant Boi (Barcelona) pero necesita más espacio para producir el coche. No ocuparía toda la fábrica de Nissan, que cerrará en diciembre aunque luego tendrá que ser desmantelada, pero sí es un proyecto que cumple con los deseos de las administraciones: que se dedique a la movilidad eléctrica. Además, tiene el plus que sería una empresa local.
De salir a la luz, la start-up no parece tener cerrado todavía los clientes para el nuevo coche. Su principal socio Acciona todavía no se interesó públicamente por el sector de las cuatro ruedas. Sí lo hizo su otro aliado, Seat, que además tiene en marcha un proyecto similar con el lanzamiento del Minimó, un biplaza pensado para ser utilizado en plataformas de movilidad compartida.
Los planes eléctricos de Seat
La filial de Volkswagen AG –el grupo que también engloba a Volkswagen, Audi, Skoda y Porsche— quiere adentrarse en este campo de la mano de un tercero. Así es como ha diseñado la línea de negocio Mó, centrado en la movilidad urbana: los patinetes de la marca son fabricados por Segway y las motos eléctricas por la propia Silence.
El del vehículo biplaza no es un proyecto maduro, pero ambas estrategias coinciden: Silence busca un cliente y Seat a alguien que le desarrolle el automóvil. Un proveedor de proximidad para el servicio Mó, que se estrenará en Barcelona, encaja a la perfección.
Además, la marca de la S también mira con buenos ojos los terrenos de la Zona Franca. Y su visión está completamente alineada con la de las instituciones: el espacio debe destinarse a un proyecto industrial. Y si puede estar vinculado con el desarrollo del coche eléctrico, mejor.
Cuestionado por este medio, un portavoz de Seat señaló que el Minimó es todavía «un concept car» que se está analizando. «Muestra la visión de la compañía sobre la movilidad urbana del futuro y cualquier anuncio se realizará en su debido momento», añadió.
Las alternativas para la fábrica de Nissan en Barcelona
A pesar de la insistencia del presidente de la Generalitat, Quim Torra, en asegurar que «no hay un plan B a Nissan», lo cierto es que desde la conselleria d’Empresa y Acció se trabaja para encontrar un inversor alternativo al fabricante japonés. Más después de que el presidente de la compañía en Europa, Gianluca De Ficchy, fuera tajante: “Las presiones de Gobierno y sindicatos no cambiarán la decisión”.
La búsqueda está todavía en una fase embrionaria, pero las voces consultadas señalan que el foco se debe dirigir a Asia, algo en lo que coinciden desde la administración. En la misma línea se posiciona la patronal Foment del Treball. El presidente de la organización, Josep Sánchez Llibre, pidió a las administraciones que «no se autoengañen”.
Fuentes de la junta directiva de la asociación explican a Economía Digital que el objetivo final es encontrar un inversor asiático para la planta barcelonesa. Según las mismas voces, el foco está puesto en fabricantes de Corea del Sur y China, preferentemente vinculados al mercado de la automoción. Por ello, ya se concertaron encuentros con los embajadores de ambos países en España, aunque todavía no tienen una fecha establecida.
«Hay que prever, actuar y trabajar para buscar una alternativa industrial», añadió Sánchez Llibre ante los medios. Y remató: «No podemos decir sólo que vuelva Nissan. Hay que luchar, pero también hay que garantizar unas condiciones de salida dignas para los miles de trabajadores que han dedicado una parte de su vida».