La expansión sin rumbo condena a grandes cadenas de moda
La guerra de descuentos y una competencia feroz han forzado el cierre o la reducción a mÃnimos de Blanco, C&A, Promod y otras grandes firmas del sector
La errática política de expansión emprendida por algunas cadenas textiles, unida a la continua caída de las ventas por la crisis y a la feroz guerra de descuentos del sector (donde se ahogan sus márgenes), han llevado al cierre de tiendas y a la desaparición de numerosas enseñas.
A este panorama habría que sumar la presión que ejercen sobre el resto de jugadores grupos como Inditex (dueño, entre otras cadenas, de Zara, Massimo Dutti o Stradivarius) o la irlandesa Primark, que han demostrado su agilidad de respuesta a los cambios del consumidor.
Entre los mayores exponentes de este fenómeno se encuentra Blanco, referente de la moda española femenina desde su creación en los años 70 y que, salvo que llegue una solución «in extremis», desaparecerá del mercado nacional.
La compañía, en concurso de acreedores y que ya ha cerrado gran parte de sus 102 tiendas en el país, ya fue salvada de la quiebra en 2014, cuando salió a su rescate el grupo saudí Alhokair, que ha decidido liquidarla tras el intento fallido de dar entrada a nuevos inversores y generar beneficios.
Los cierres se suceden en un efecto dominó
Blanco seguirá así los pasos de Caramelo, firma gallega perteneciente al grupo Inveravante (del empresario Manuel Jove) y que en octubre solicitó su liquidación ante la imposibilidad de reflotar su negocio. Entonces sumaba 169 empleados.
Poco después, el grupo francés Promod anunció el cierre de casi la mitad de sus tiendas en España (24 de 53) y el despido de 132 de sus 400 trabajadores.
Hace unos días, C&A ha reconocido su intención de cerrar 23 de sus 106 establecimientos en España y recortar su plantilla en 300 personas. Meses antes echó el cierre a su tienda insignia, ubicada en la madrileña Gran vía y considerada como la primera víctima de la apertura en la zona de la mayor tienda de Primark.
Junto a estas firmas, también han afrontado procesos de reestructuración del negocio grandes de la industria textil española, como Cortefiel o Adolfo Domínguez.
Las razones de las quiebras
Estas firmas tienen, como denominadores comunes, «una expansión muy agresiva en los años anteriores a la crisis, no prever (como casi todos) ni la duración ni la profundidad de la crisis y no tener agilidad para cambiar y adaptarse a las nuevas necesidades de los consumidores», ha dicho a Efe el presidente de la patronal del comercio textil Acotex, Eduardo Zamácola.
«Yo no culparía a Inditex ni a Primark de los males ajenos», ha subrayado Zamácola, quien ha apuntado que existen marcas más modestas que lo están haciendo «espectacularmente bien», que han sabido adaptarse al mercado y «encontrar un nicho que les está resultando muy rentable, sin tener que entrar en la guerra del low cost«.
Para Zamácola, hay oportunidades para todos y lo que hace falta es tener una estructura lo suficientemente ágil para evolucionar en tiempo récord. «El pez grande ya no se come al pequeño, si no el rápido al lento».
Primark ha cambiado las reglas del juego
El modelo de negocio de firmas como Primark está dejando fuera de juego en el mercado español a algunos grupos de bajo coste, según considera el presidente de la patronal de la industria textil Fedecon, Ángel Asensio, quien ha apuntado que a la irrupción de este tipo de jugadores hay que añadir que muchas empresas están «muy dañadas» después de ocho o nueve años de crisis.
Esta ha penalizado el consumo y en un sector como el de la moda «es fundamental», ha dicho Asensio, quien ha subrayado que mientras el low cost se ha podido ver favorecido por la crisis, en un contexto de recuperación los usuarios apostarán por la calidad y la durabilidad.
Opciones para el resurgimiento del sector
Hace unos cuarenta años, el sector de la confección empleaba en España a unas 500.000 personas, una cifra difícil de volver a alcanzar, ha reconocido Asensio, quien ha asegurado que con las medidas de apoyo adecuadas, el sector podría generar más de 100.000 empleos en cuatro o cinco años.
En la actualidad, la industria textil española fabrica fuera entre el 80 y el 85 % de su producción y dentro entre el 20 y el 15 %. «Queremos estar en un 60-40 o un 50-50», ha aseverado el presidente de Fedecon.