El Gobierno se ha puesto manos a la obra en las últimas semanas y está despachando concursos pendientes. Este jueves ha publicado al fin los pliegos del concurso para licitar la AP-7 sur y la AP-4, cuya concesión termina el 31 de diciembre. El problema es que, como adelantó Economía Digital, no llegará a tiempo y necesitará una solución de emergencia y, además, lo hará sin saber la previsión de tráfico en las vías.
A finales de este año finaliza el contrato de Aumar, concesionaria propiedad de Abertis que gestiona la AP-7 entre Tarragona y Alicante y la AP-4 entre Sevilla y Cádiz. Dentro de su política de peajes fuera pero sin modelo alternativo de pago por uso, el Ministerio de Fomento decidió licitar solo el mantenimiento para los próximos años. El nuevo contrato debe entrar en vigor el próximo 1 de enero, pero eso no va a suceder.
Fomento se ha demorado con la publicación y los tiempos no dan de sí. El ministerio capitaneado por José Luís Ábalos troceó en cinco tramos —y concursos— las autopistas de Aumar. Las empresas interesadas tienen hasta mediados de diciembre para presentar ofertas pero la apertura de las mismas no se producirá hasta el año que viene: entre el 14 de enero y el 13 de febrero, según los plazos establecidos en los pliegos. Por ello, los nuevos contratistas no tomarán el control hasta finales del primer trimestre de 2020.
El ministerio ha publicado los pliegos del concurso, valorado en unos 150 millones de euros, pese a que no cuenta todavía con el informe previo del tráfico en las vías. Licitó la realización de este estudio en septiembre y no se prevé tenerlo este año. Fuentes de Fomento explican a Economía Digital que “no tiene nada que ver” un concurso con el otro. El dato de tráfico se requiere para prever nuevas actuaciones en la red viaria alrededor de las autopistas AP-7 y AP-4, aseguran desde el Ministerio.
Sin embargo, en un documento firmado en febrero por el director general de carreteras en relación al concurso del estudio de tráfico, se especificaba que era necesario realizar el informe antes del cambio de gestión: “Al producirse un cambio en la gestión de dicha vía, se considera necesario realizar este estudio previo”.
Fomento ya prepara el contrato de emergencia.
Sepa o no sepa el tráfico futuro en las vías, lo que está claro es que Fomento no llegará a tiempo para que el 1 de enero los cinco tramos en los que ha dividido las autopistas de Aumar —cuatro de la AP-7 y uno de la AP-4— tengan nuevo gestor. En cambio, la filial de Abertis sí que entregará las llaves de las autopistas.
Para resolverlo, el Gobierno ya prepara un contrato de emergencia para el servicio de mantenimiento durante los meses en los que estará la adjudicación pendiente. Es decir al menos dos meses, aunque puede alargarse si alguna de las partes impugna el concurso. Hay precedentes.
Se repetiría así el caso de la AP-1, cuya concesión terminó el 31 de diciembre pasado. Fomento firmó con Itinere, que ya gestionaba la autopista con peajes, que siguiera con el mantenimiento durante tres meses, hasta resolver el concurso. Pero éste se impugnó y la concesionaria provisional sigue con el mantenimiento.
Aplicando la misma lógica, Abertis podría seguir unos meses con el servicio en la AP-7 y la AP-4, aunque con las barreras levantadas. Pero no está claro todavía si será la compañía participada por Atlantia, ACS y Hochtief u otra. Aumar ha presentado ya el ERE para cerca de la mitad de su plantilla (140 personas), calculando que no serán necesarios a partir del 1 de enero.