El Gobierno descarga su Ășltimo cartucho en Bruselas para salvar Nissan
El Ministerio de Industria implica a la Unión Europea y los sindicatos buscan una declaración del Parlamento Europeo para que Nissan siga en España
Quedan dos días para que Nissan aclare sus planes en Europa y el futuro de la fábrica de Barcelona se vislumbra negro. La dirección de la automovilística japonesa no da pistas y emplaza las demandas de trabajadores y administraciones al 28 de mayo, sin dar esperanzas a una planta que adolece de nuevos modelos para mantener una producción aceptable. A tres días, el Ministerio de Industria atacó este lunes duramente a Nissan y trata de movilizar a la Unión Europea para que secunde a España en esta lucha.
El Gobierno ha acudido a Bruselas como última bala por el hecho de que, tras el brexit, Barcelona es la única fábrica de la compañía nipona en la UE, por lo que cerrar en España significaría dejar de producir en la Unión Europea. La mayor fábrica de Nissan en el Viejo Continente está en Sunderland, pero tras la salida del Reino Unido de la UE, la fábrica de la Zona Franca se quedó como la única en los Veintisiete.
Por ello, Raúl Blanco, secretario general de Industria del Gobierno, avisó este lunes a Nissan de que irse de España le costaría 1.000 millones y advirtió a la compañía que dejar de fabricar en la Unión Europea tendría consecuencias. Fue un discurso duro que sonó a un proteccionismo más propio de Donald Trump que la política que suele practicar la Comisión Europea, pero el mensaje era claro: este no es un asunto de Barcelona ni de Cataluña ni de España; es un asunto de la UE.
El Gobierno ha dejado claro a Nissan que irse de Barcelona es irse de la UE y tiene consecuencias
El Ministerio está tratando de implicar a la Comisión para salvar Nissan Barcelona. Los sindicatos de la automovilística en España, con los que se reunió Blanco este lunes, son los que han impulsado este movimiento y fuentes del comité de empresa explicaron que han hablado con los principales partidos políticos en España para que lleven la reivindicación al Parlamento Europeo, con una declaración conjunta de los tres principales grupos: socialista, popular y liberal.
Se trataría de una medida de presión para que Nissan se lo piense dos veces antes de abandonar los Veintisiete. Cerrar Barcelona supondría, según Industria, renunciar a las ayudas europeas al sector de las cuatro ruedas y tener que devolver aquellas dadas por Gobierno y Generalitat y que están ligadas a la continuidad. “Tiene que tener claro que irse no le va a salir más barato de los 1.000 millones”, aseguró Blanco, que cifró en 300 millones la inversión necesaria para permanecer en España.
Las advertencias del secretario general de Industria fueron más allá y usó un tono muy duro. Aseguró que echar el cerrojo a la Zona Franca va a empeorar los problemas de la firma a nivel mundial, que las partes implicadas en España no iban a tener una actitud pacífica y que Nissan “no va a encontrar ninguna actitud positiva ni en al ciudad ni en España ni en Europa”. Llegó a hablar de represalias a nivel de mercado.
Los sindicatos de Nissan se movilizan pese al coronavirus
Los sindicatos valoraron positivamente el giro del Ministerio, que hasta ahora se había mantenido en un segundo plano en la crisis de Nissan, dejando el papel protagonista a la lucha sindical y a una desbordada Generalitat. Las administraciones –estatal, autonómica y también municipal– trabajaban “discretamente”, apuntan las fuentes consultadas, para entregar un plan de continuidad a la dirección de Nissan en Japón. No han obtenido más respuesta que un acuse de recibo, lo que les hace ser pesimistas y explica el movimiento hacia Bruselas.
Por su parte, CCOO, USOC y UGT, los principales sindicatos de Nissan, siguen con sus reivindicaciones y, además de la huelga indefinida que iniciaron hace tres semanas, y de la acampada frente a la fábrica de Montcada, este martes organizarán una movilización, adaptada al estado de alarma, para que se visualice su desesperación ante el negro futuro que parece aguardarles.
Se tratará de una concentración a las 8 de la tarde en la plaza Sant Jaume de Barcelona, en la que se encaran el Palau de la Generalitat de Catalunya y el Ayuntamiento de Barcelona. Lo harán con las medidas de prevención contra el coronavirus establecidas: protección y distancia de seguridad. No han convocado masivamente a la plantilla sino que solo acudirán los delegados sindicales.
El comité de empresa también tuvo un contacto con la dirección de Nissan Barcelona, que renunció a pasar al ERTE a los trabajadores de la línea 2, que están en huelga, y deberá darles un permiso retribuido. Los sindicatos denunciaron que la empresa quería aprovechar la crisis del coronavirus para sortear el derecho a la huelga y colarlos en un cuestionable ERTE de fuerza mayor. Finalmente, Nissan ha desistido.