El Corte Inglés cubre de oro a su exjefe de seguridad
Mega-2, empresa vinculada al exdirector de seguridad de El Corte Inglés, logra más del 80% de sus ingresos solo de los grandes almacenes
Las suspicacias que rodean la relación entre el grupo de seguridad Mega-2 y El Corte Inglés tienen nuevo fuego que las avive. La compañía propiedad de la madre del exresponsable de seguridad de los grandes almacenes, Juan Carlos Fernández-Cernuda vivió bajo la sombra de corrupción acusada por el expresidente de la cadena, Dimas Gimeno. Fue absuelta, pero las cifras demuestran que de no ser por El Corte Inglés, la firma tendría muy complicada su supervivencia: significa el 82% de sus ingresos.
El auditor de Mega-2 Seguridad, Grosclaude & Partners, advierte en un informe redactado el pasado 3 de julio tras analizar las cuentas del ejercicio 2018 que “aproximadamente el 82%” de los 52,1 millones de euros de facturación proceden del mismo cliente, por lo que su supervivencia podría estar en entredicho de perderlo. No parece probable debido a la relación histórica con Cernuda, que a día de hoy encabeza la dirección de protección de datos de los grandes almacenes.
De hecho, durante sus años al frente del departamento de seguridad, el propio Cernuda no tenía inconvenientes en firmas los contratos de seguridad a Mega-2. En el capital de la sociedad también aparece Joaquín Domingo Martorell, expolicia que se hizo popular por su participación en la liberación del padre de Julio Iglesias, secuestrado por ETA en 1981.
Durante su mandato, Dimas Gimeno trató de investigar las relaciones entre ambas empresas tras recibir varias denuncias anónimas. Siempre denunció las dificultades para obtener información sobre los contratos. Por ello, tras abandonar la empresa y en plena oleada judicial contra la nueva presidenta, Marta Álvarez, y su entorno decidió presentar una querella contra Cernuda, su madre y Martorell por “presuntos delitos de corrupción entre particulares y delitos societarios”.
Un juez desestimó las acusaciones de corrupción vertidas por Dimas Gimeno contra Mega-2
Economía Digital tuvo acceso a documentación interna de El Corte Inglés en la que los servicios prestados llegaban incluso a triplicar la media del sector. Si bien el juzgado de instrucción número 46 de Madrid aceptó la querella en un primer momento, en marzo la desestimó al no observar “indicios que permitan la continuación del procedimiento con las personas investigadas, ya que de las diligencias practicadas no se deriva que ellos sean los autores de los delitos de administración desleal, delito societario y de corrupción entre particulares».
A las tesis del magistrado se sumó la de la auditoría interna, ya con Jesús Nuño de la Rosa en la presidencia, encargada a BDO –la misma firma que audita la sociedad patrimonial de las hermanas Álvarez, consejeras y accionistas de ECI– para certificar que todas las prácticas del área fueron legales después de que Ernst & Young (EY) rechazara el encargo. EY declinó realizar la investigación alegando la existencia de “incompatibilidades” al ser ya el auditor general de las cuentas.
Gimeno no creyó los resultados de la auditoría e incluso vinculó a Marta y Cristina Álvarez –con las que mantiene un conflicto tras su salida de El Corte Inglés– a las irregularidades, posteriormente archivadas. En su querella pidió que testificasen como testigos igual que Florencio Lasaga, consejero de El Corte Inglés y presidente de la Fundación Ramón Areces, el primer accionista de los grandes almacenes.
Además, los apellidos Fernández-Cernuda también son habituales en las empresas personales de las hermanas Álvarez. Como informó Eldiario, el actual director de protección de datos y antes director de seguridad es apoderado en Astural-Caza Menor, propiedad de Marta y Cristina Álvarez; de Fuentelamora SA y Patrimonial Zurbarán, con la misma cúpula además de María Josefa Guil, la viuda del histórico presidente de ECI Isidoro Álvarez y madre de Marta y Cristina.
Mega-2 más allá de El Corte Inglés
Si bien El Corte Inglés es el gran cliente de Mega-2, no es el único. Según su página web, la compañía también presta algunos servicios a Renfe, Starbucks, Aena, Bulgari y el Atlético de Madrid. Siempre, eso sí, operaciones pequeñas, pues entre todos los clientes restantes apenas representan el 18% de la facturación total.
En 2018, el grupo incrementó las ventas un 8% desde los 48,2 hasta los 52,1 millones de euros. La mayor actividad se tradujo en una subida de los beneficios del 84,5%, que saltaron desde los 921.367 euros hasta los 1,7 millones de euros.