El Corte Inglés: la trama de seguridad triplica el coste de sus contratos
La división de seguridad de El Corte Inglés da contratos al grupo Mega-2, de familiares y amigos, pese a que el precio llegue a triplicar la media del sector
La alarma saltó el pasado mes de noviembre, cuando un denunciante anónimo alertó al consejo de El Corte Inglés de que la división de seguridad hinchaba contratos en favor de empresas de amigos y familiares. Desde entonces, una auditoría interna y otra externa fueron encargadas para certificar las irregularidades que, según ha podido comprobar Economía Digital, llegan a triplicar el coste de las adjudicaciones.
La trama tiene dos nombres propios: el exdirector de seguridad Juan Carlos Fernández Cernuda y la empresa Mega-2, propiedad de su madre, Clara María Concepción Hidalgo Iglesias, en un 51%. Las ramas podrían llegar a afectar hasta al consejero Florencio Lasaga, uno de los díscolos que aboga por cesar al presidente Dimas Gimeno junto a las hermanas Marta y Cristina Álvarez.
Ante los primeros indicios de “corrupción” –así describen la práctica en las oficinas de la calle Hermosilla–, el propio Cernuda admitió la contratación a dedo a empresas familiares, pero aseguró que contaba con el beneplácito de Lasaga. Ahora, el entramado sigue bajo el mando de Catalina Polán, una de las protegidas del ejecutivo, que actualmente está al mando de la división de protección de datos.
Los contratos de seguridad pasan por encima de los responsables de los centros: los gestiona directamente la dirección central de seguridad
Economía Digital ha tenido acceso a varias facturas realizadas por el grupo Mega-2, que presenta unos precios en la obra y los materiales necesarios que prácticamente triplican a la competencia en las comparaciones realizadas. Todos los convenios están firmados por la Dirección Central de Seguridad en Hermosilla. “Ni los responsables de seguridad de cada centro comercial, ni siquiera los gerentes de cada establecimiento tienen nada que ver, les pasa por encima”, explican fuentes internas.
Además, el conglomerado posee la exclusiva en la seguridad de los grandes almacenes. Por tanto, una vez recibida la propuesta, jamás se solicitan presupuestos alternativos ni se plantea la apertura de un concurso de adjudicación.
El contrato de El Corte Inglés con Mega 2 en el centro comercial de Sagasta.
Este medio ha podido apreciar varias presuntas irregularidades en un contrato para el cambio de sistema de videovigilancia del formato CCTV a IP en El Corte Inglés de Sagasta (Zaragoza) por un importe de 535.398. El acuerdo está firmado con fecha de 1 de febrero de 2018, ya con Polán al frente de la división.
Para empezar, el coste de los tubos de 25 milímetros –la medida aceptada– y el cableado FTP y su instalación asciende hasta los 88.855 euros. Sin embargo, el presupuesto solicitado por Economía Digital a otra empresa especializada por un trabajo igual se queda en 23.216 euros. La diferencia es de 65.639 euros.
En la factura también aparece desglosado el material necesario para completar la obra, y su precio también multiplica el de la media del sector. El coste de una roseta de superficie es de 35,23 euros cuando en Amazon se puede encontrar por 3,76 euros. Al necesitar una docena, el gasto asciende a 422,76 euros cuando en el gigante tecnológico sería de 45,12 euros.
Comprar una regleta en Amazon cuesta 8,45 euros; Mega-2 la cobra a 52,64 euros
En la misma factura figura un gasto de en latiguillos de 291,24 euros que de haber utilizado Amazon o la página Cablematic oscilaría entre los 37,24 euros y los 23,04 euros. En el mismo documento, un panel rack con 24 conexiones asciende a 223 euros (a 39,78 euros en Amazon y a 64,80 euros en Cablematic); una regleta de seis tomas sube a 52,64 euros (a 8,45 euros en Amazon) y un switch de 16 puertos vale 751,48 euros (508,3 euros en ADN Componentes Electrónicos SL).
El grupo Mega-2 no incluye en los precios la mano de obra, que cobra a 52,29 euros la hora. Así, cuenta que para instalar cada latiguillo necesita 20 minutos (10,46 euros) y para configurar el switch tarda dos horas (104,58 euros). Y estos son sólo algunos de los elementos con precios notoriamente abultados que ha podido identificar Economía Digital.
Coste de algunos materiales del contrato Mega-2 en El Corte Inglés de Sagasta.
La misma situación se da en un contrato que la misma empresa firmó con El Corte Inglés para el centro comercial de Méndez Álvaro (Madrid). Sellado por la Dirección General de Seguridad de Hermosilla en noviembre de 2017, la factura ascendió a 623.655,86 euros por el cambio del sistema de videovigilancia.
El coste la instalación hecha por Mega-2 también multiplica por tres el de la competencia. La suma de la canalización y el cableado es de 76.640 euros con la empresa de la madre de Cernuda. Mientras, la compañía especializada consultada por este medio realiza la misma obra por 18.165 euros. La diferencia es de 58.475 euros.
Las piezas mantienen los precios hinchados frente a los portales de internet: las rosetas cuestan 35,23 euros frente a los apenas 3 euros por los que puede comprarlas cualquier consumidor y los latiguillos siguen a más de 16 euros la unidad frente a los 3 euros en los que están disponibles en internet.
Comparativa de la instalación de la seguridad con Mega-2 y otra empresa especializada.
El propio Cernuda firmaba las órdenes
Los dos contratos a los que ha tenido acceso Economía Digital forman parte a la época en la que Polán ya figura oficialmente al frente del departamento de seguridad. No obstante, la sombra de Cernuda todavía se vislumbra, explican fuentes internas de El Corte Inglés.
Durante los años en los que lideraba el departamento, el propio Cernuda no tenía inconvenientes en firmas los contratos con la empresa propiedad de su madre. Este medio ha tenido acceso a tres proyectos autorizados por el directivo en otoño de 2016. El montante total de las adjudicaciones a Mega-2 otorgadas el 11 y el 19 de octubre y el 16 de noviembre ascendió hasta los 945.615 euros por la certificación y la centralización del centro de control de Hermosilla.
Como ya informó este medio, fuentes vinculadas a la división de seguridad explicaban la pasada semana que uno de los progenitores de Polán trabaja en las oficinas centrales de Mega-2. Además, la nuera de Cernuda también es empleada del conglomerado y, a pesar de residir en Asturias, trabaja en Madrid. «Llega el miércoles y se marcha el jueves, y la subcontrata carga a El Corte Inglés los gastos de alojamiento y transporte que genera», añadían las mismas voces.
Contratos firmados por Juan Carlos Fernández-Cernuda en favor de Mega-2.
Antes de incorporarse a Mega-2, el familiar de Polán montó una peluquería en la calle Ramón de Aguinaga. Karma Luxury –así se llamaba el establecimiento– se ubicaba en un local propiedad de Luis Fernández-Cernuda, el hermano de Juan Carlos, también parte del entramado empresarial del grupo de seguridad.
Y es que según explican fuentes del sector, Luis es propietario de todos los locales de la manzana. Entre ellos, alberga las sedes de Mega-2 Seguridad y Mega-2 Servicios. Él mismo estuvo en el engranaje, pues forma como director general de Interlabora Social, creada en 2004 por el grupo y vendida a Securitas en 2009 después de disparar su facturación desde los 15.000 euros a los 5 millones en apenas un lustro.
Los apellidos Fernández-Cernuda también son habituales en las empresas personales de las hermanas Álvarez. Como informó Eldiario, el actual director de protección de datos y antes director de seguridad es apoderado en Astural-Caza Menor, propiedad de Marta y Cristina Álvarez y de Dimas Gimeno; de Fuentelamora SA, administrada por las accionistas rebeldes y Patrimonial Zurbarán, con la misma cúpula además de María Josefa Guil, la viuda de Isidoro Álvarez.