Carlyle vende dos bodegas de Codorníu
La cavista busca dueño para las cavas Rondel y la Masía Bach después de hacer un ERE y reducir la dirección a la mitad
Codorníu sigue buscando dueño para algunos activos inmobiliarios. Si hace dos meses pactó con los sindicatos un expediente de regulación de empleo (ERE) para 70 trabajadores, ahora insiste en el recorte, que ya tenía sobre la mesa la vieja Codorníu, y que afecta a la red de bodegas de la compañía. Controlada por el fondo de inversión Carlyle desde junio, la cavista tiene a la venta las cavas Rondel y la Masía Bach y sus bodegas. La apuesta pasa por el centro de Sant Sadurní d’Anoia y los vinos tranquilos, como Raimat.
La desinversión se encargó a la consultora Lançois Doval. “Nos encontramos ante propiedades únicas ideales para continuar con la actividad bodeguera o convertirlas en edificios corporativos con amplias y diáfanos espacios aptos para cualquier actividad industrial y logística”, celebró el consejero delegado de la firma, Robert Menetray.
La operación sólo afecta a los activos inmobiliarios y no a las marcas, que se elaboran en otras bodegas desde hace años.
La Masía Bach es una bodega de 48.400 metros cuadrados de los cuales casi 24.000 están ocupados por edificios y naves destinados en su día a la elaboración de vinos tintos, blancos y rosados.
Mientras, las cavas Rondel se ubican en Cervelló (Carcelona). De arquitectura novecentista, suman 24.000 metros cuadrados de planta y hasta 43.000 metros en sótanos y bodegas.
El plan de recortes de Carlyle en Codorníu
Como explicó Economía Digital en marzo, la cavista que dirige Ramon Raventós quiere crecer al ritmo del 2,5% anual. Para elevar las ventas de 236 millones registradas en el último ejercicio disponible en el Registro Mercantil (2017), el conglomerado proyecta inversiones en las bodegas de Sant Sadurní y apuesta por los vinos de Raimat.
Para empezar, la DO Cava será importante, pero no exclusiva. La compañía aboga por la región del Penedès más allá de la propia denominación de origen. Por ello, trabaja para elaborar vinos con otros sellos desde la zona.
Sin embargo, la mayor inversión será por las bodegas de vino tranquilo Raimat. Carlyle quiere volver a elaborar un producto de calidad bajo la marca, tanto blanco como tinto. Así, remodelará parte de las instalaciones con tal de incrementar su capacidad técnica y tecnológica.
Pero para poner en marcha la inversión, Codorníu tenía claro que debía reducir los costes salariales Si en verano de 2017 ya aplicó el primer ERE del sector, esta semana alcanzó un acuerdo con la plantilla para presentar un recorte que afecte a 70 personas y que cubrió con prejubilaciones y bajas voluntarias.
Antes pasaron por la tijera de Carlyle varios directivos. En diciembre, el fondo estadounidense despidió a la directora de marketing, la directora de control y planificación, el director de estrategia y recursos humanos, el director de viticultura; y el director de operaciones.