Adiós a las 40h: la Covid-19 impulsa el trabajo híbrido y flexible
La pandemia acelera el abandono de horarios estáticos y presenciales a fórmulas más abocadas a trabajar por proyectos y con mayor autonomía
La desgracia de la Covid-19 ha producido un efecto colateral positivo: una verdadera revolución a marchas forzadas dentro del mercado de trabajo. La obligatoriedad del confinamiento ha obligado a los empresarios a dar pasos importantes hacia una nueva forma de trabajar mucho más flexible, donde la presencialidad y los horarios fijos pierden fuerza para dar paso a estructuras por proyectos concretos.
El profesor de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC y coach de directivos, Manel Fernàndez, ha explicado que, pese al inmovilismo empresarial, las entidades «han visto que hay otras maneras» donde la agilidad y la capacidad de transformación juegan un papel interesante: «Nadie nos pagará para estar en un trabajo 8 horas, sino por nuestros objetivos y proyectos».
Una opinión que también comparte la CEO de Valkiria Hub y fundadora del Institute for Futures, Yolanda Triviño, que ha advertido que transformar el entorno laboral es mucho más que deslocalizar los equipos: «¿Cómo puede ser que la gente cumpla los horarios presenciales de empresa casa? Es imposible. Si eres productivo, ¿por qué tienes que trabajar 8 o 10 horas si tu productividad te lo permite hacer en 3 o 4?».
De hecho, ambos expertos han advertido que uno de los malos vicios del teletrabajo ha sido la exportación del modelo tradicional al mundo digital. El docente de la UOC ha lamentado que «lo que hemos tenido hasta ahora ha sido trabajar en remoto, trasladar el ordenador a casa». «Hay gente que está incluso más estresada porque trabaja mucho más y encima sufre un control muy fuerte de presencialismo», ha denunciado la CEO de Valkiria.
El futuro trabajador: semipresencial y ‘freelance’
¿Todo el trabajo del futuro será a distancia? El modelo ideal avanzará hacia una semipresencialidad que complemente la autonomía personal con la presencialidad y las relaciones sociales: «En estados Unidos estiman que habrá un 40% de teletrabajo y un 60% de presencialidad, sobre todo para evitar la desmotivación, el perder la misión y el objetivo, que el contacto haga piña y no se pierda».
El valor añadido en el trabajador es otra de las claves de esta revolución. «Vamos hacia un modelo de portafoilio. Las personas quizás trabajarán para tres o cuatro empresas, porque tendrán una singularidad, un talento que hará que les busquen específicamente para eso. No estarán dentro de la compañía, se irán moviendo, lo que convertirá el mercado en algo más flexible e interesante», ha defendido Triviño.
«Los súperespecialistas podrán trabajar en la empresa en la que quieran trabajar. ¿Quién quiere escoger? A mi me gustaría escoger, hacer una propuesta de valor. Hemos estado acostumbrados a que alguien nos dé trabajo, pero no a pensar como intra-emprendedores», ha apostillado Fernàndez. El modelo freelance también permitirá decidir cuánto trabajamos, según Triviño: «¿Quiero trabajar más? Trabajo más. ¿Quiero trabajar menos? Trabajo menos».
El reto de la transformación empresarial
La transformación digital también ha supuesto un verdadero reto para algunas empresas. La fundadora del Institute for Futures ha explicado que las pymes son las que más han sufrido este cambio, por los «recursos limitados» y por la cultura de la presencialidad tan instaurada en España: «¿No voy a tener al contable aquí?». En cuanto a las multinacionales, Triviño apuesta por una deslocalización internacional de equipos formados por gente de varios países.
Algunos sectores van mucho más avanzados. La experta ha ejemplificado con los congresos, que «están muertos», con alternativas válidas: «Hoy me han explicado una historia. Hacer un videogame en formato feria donde puedes crear tu avatar que se parezca a ti, y creas la experiencia de tus visitantes, quiénes serán, qué verán. Todo en 3D».
Fernàndez también ha explicado que la revolución también llegará inevitablemente a la administración, aunque reconoce que «es difícil de visualizarlo». Además, el profesor de la UOC ha explicado que no todas las empresas que pudieran transformar su modelo lo vayan a hacer: «Habrá algunas que busquen sistemas más organizativos y otras que sigan con los tradicionales».