Coronavirus: el teletrabajo improvisado no salvará a las empresas
Expertas explican que la crisis del Covid-19 es una oportunidad para potenciar el teletrabajo pero advierten de que si no se planifica puede ser desastroso
La llegada del coronavirus a España, uno de los países de Europa más afectados por el brote, ha tenido un efecto inmediato en los centros de trabajo. Las empresas han sido las primeras en reaccionar y entre las medidas que han tomado se encuentra trabajar desde casa. Lo han hecho compañías tan importantes como Bankia, Indra, EY y Cellnex porque han tenido contagios o por precaución, y muchas otras solo con los empleados que llegan de zonas de mayor riesgo.
El Covid-19 ha puesto de moda el teletrabajo y la tendencia parece ir en aumento, pues los casos de contagio en el país no paran de aumentar. Las expertas consultadas coinciden en que es una gran oportunidad para que esta forma de trabajar, mucho más extendida en otros países de Europa, se haga un hueco en España. Pero necesita un cambio cultural, organizativo y tecnológico que, si no se implementa, supondrá el fracaso del teletrabajo y, por tanto, será perjudicial para las empresas.
El teletrabajo tiene más ventajas que inconvenientes, asegura Eva Rimbau profesora de economía y empresa de la UOC especializa en trabajo flexible: “Beneficia a todas las partes, si se hace correctamente”. El problema precisamente es que, por las prisas que puede causar el coronavirus, ante una necesidad urgente de mandar a casa a parte de la plantilla de la noche a la mañana, se haga de cualquier manera.
Las expertas advierten que hay que huir del ‘presencialismo’ y configurar el trabajo por objetivos para que triunfe el teletrabajo
“El teletrabajo no se puede improvisar. Si se hace sin planificar, la gente sufrirá mucho, no funcionará y se creerá que el problema es trabajar desde casa, cuando en realidad el problema es hacerlo sin planificar”, explica Rimbau. ¿A qué se refiere con improvisado? Sin las soluciones tecnológicas y la organización adecuada para que las personas que lo practiquen puedan hacer el mismo trabajo que en la oficina y ser tan o más productivas.
Anna Ginès, directora del Instituto de Estudios Laborales de Esade, coincide que la crisis actual “es una oportunidad para que se opte por el teletrabajo y se vea que funciona”, pero también advierte que se necesitan cambios en las empresas: “Hay que configurar el trabajo por objetivos, para asegurarse que el trabajador cumple con sus tareas y no pierde el tiempo en otras cosas”.
El cambio cultural que el teletrabajo necesita
El cambio cultural en las empresas es esencial para que este modelo de trabajo, que solo practican el 3,7% de la población ocupada en España, funcione. Ginès cree que en las organizaciones existe mucho presencialismo, es decir que se valora que el empleado esté en el puesto de trabajo y no tanto lo que está haciendo. Rimbau lo ve como un problema sobre todo de los directivos y cree que tienen que pensar que quien trabaja no es el que está en las oficinas sino “quien alcanza unos objetivos comunes”.
El siguiente cambio necesario es tecnológico. Muchas empresas sí están preparadas para teletrabajar, especialmente las grandes y las de los sectores TIC. Para muchas otras, como las que dan servicios de cara al público, la industria y la construcción, directamente no es posible. Pero existe un grueso de empresas de servicios que trabajan en oficinas, en su mayoría pymes, que, según Rimbau, no están tan preparadas.
No para todos es tan sencillo como tener un portátil, un teléfono móvil y una conexión a internet. “Por ejemplo, el personal de administración o contabilidad necesita acceso a la intranet o a un servidor, y probablemente no lo tenga en su casa”, añade la profesora de la UOC. Este hecho puede convertir un teletrabajo de emergencia por el Covid-19 en un caos y, por tanto, en una experiencia fallida para empleado y empleador.
Beneficios (y algún riesgo) de trabajar en casa
Que el teletrabajo pueda no ser la solución al coronavirus para las empresas no significa que no tenga beneficios. Anna Ginès cree que tiene muchos, como “la conciliación, pues te ahorras los desplazamientos, ir y volver del trabajo, lo que además tiene un impacto positivo en la sociedad, porque reduces la contaminación”. También, por el mismo motivo, mejora la movilidad en las ciudades, apuntala Rimbau.
Respecto al ejercicio del trabajo, aseguran las expertas que el empleado está más satisfecho y que trabaja más concentrado, pues no cuenta con las distracciones del puesto de trabajo, aunque puede tener otras. “Las pausas se reducen, las personas ganan control sobre su tiempo y genera bienestar”, argumenta la profesora de Esade.
El teletrabajo facilita la conciliación de quien lo practica y tiene un impacto positivo en la empresa y en la sociedad, según las expertas
Ambas estudiosas aseguran que para la empresa también tiene beneficios. Para empezar, si la gestión es correcta y el empleado gana productividad, el empleador también se beneficia de ello. Pero además ahorra costes, pues si tiene personal trabajando en su casa, puede tener una sede más reducida, lo que rebaja el coste del alquiler y las facturas de luz, etc. La otra cara de la moneda es que la empresa debe proveer al trabajador del material para trabajar en su casa, pero sale a cuenta.
Pese a tener, según las expertas consultadas, muchas ventajas, el teletrabajo también tiene riesgos para las personas que lo practican. “Desde el punto de vista de la salud laboral, se recomienda combinarlo con alguna actividad presencial”, apunta Ginès, ya sea trabajar algún día en la oficina o ir a reuniones semanales. “Existe riesgo de aislamiento respecto a los compañeros y eso puede generar malestar al sentirse excluido del grupo o en procesos de promoción”, apostilla.