Sánchez rescata el empleo a costa de engordar el déficit
El empleo público tira de la contratación en un último trimestre en el que las empresas han destruido puestos de trabajo
La encuesta de población activa del último trimestre de 2018 revela que el empleo público ha impulsado la creación de puestos de trabajo a finales de año. Una tendencia peligrosa para la economía y que lleva sucediendo desde hace años. El Estado es el principal impulsor de estas contrataciones y con el Gobierno de Pedro Sánchez se han intensificado, aunque son las comunidades las que más empleados públicos tienen.
Entre octubre y diciembre, el número de ocupados aumentó en 36.600 personas. Pero hubo una clara bipolaridad: mientas que el sector público creó 43.000 empleos, en el sector privado se destruyeron casi 7.000 puestos de trabajo, según la EPA.
Mirando con algo más de perspectiva, en 2018 la mayor parte de los empleos creados fueron del sector privado (430.000 de los 566.200 nuevos puestos de trabajo). Sin embargo, esto supone un aumento del 2,7% frente a 2017, mientras que los empleos públicos aumentaron el 4,4% respecto al año anterior, hasta los 136.200.
Este dato marca la continuación de la tendencia en la que el empleo público le come terreno al privado. En la actualidad, el 16,4% de los ocupados son públicos. En el periodo precrisis, el empleo público contaba con una proporción menor que ahora: en el último trimestre de 2007, era el 14,3% del total.
Lo normal sería que la proporción de empleo público y privado hubiera vuelto ya a las tasas precrisis
«En las crisis económicas, este tipo de empleo tiene en general unas condiciones de protección mayores, por lo que no se pierden tantos puestos», explica Raúl Mínguez, director de estudios de la Cámara de Comercio de España.
Así, la proporción del empleo en el ámbito público fue aumentando gradualmente, hasta alcanzar el pico en 2012, con el 18%. Desde entonces, ha habido una suave pérdida del protagonismo de esta estructura hasta el 16,4%, pero sin alcanzar todavía el peso que tenía antes de la crisis.
«En una situación en la que hay cinco años de crecimiento económico y se da la salida de la crisis, lo normal sería que la proporción hubiera vuelto ya a las tasas precrisis, es decir, que ceda más el sector público que el privado», explica Mínguez.
Ocupados del sector público
Sin embargo, el director de estudios de la Cámara de Comercio de España aclara que en los últimos años «ha habido unas políticas económicas sujetas al tiempo electoral que han sido expansivas y que mantienen un nivel de gasto elevado que luego se refleja en el gran déficit público». Esto explica las elevadas tasas de empleo público.
El Estado impulsa las contrataciones públicas
De los 3,21 millones de asalariados públicos que existen, el grueso pertenece a las comunidades autónomas, que cuentan con 1,83 millones de trabajadores. Por su parte, el Estado tiene el 16,9%, en total 544.000. No obstante, la administración central es la que más está impulsando la contratación pública.
En el último trimestre de 2018, aumentaron las plantillas el 5,2%, frente al 2,2% de las comunidades autónomas. Por su parte, la Seguridad Social, que tiene unos 21.600 empleados, redujeron el número el 9,2%. Lo mismo hicieron los ayuntamientos, que redujeron la plantilla el 3,4%.
En el cómputo anual, el Estado aumenta sus empleados públicos el 5%, cifra que siguen de cerca los contratados por las autonomías. «Ambas son protagonistas de la tendencia de aumento de empleados públicos, pero la administración central está creciendo más a lo largo del año», comenta Mínguez.
Se trata de una tendencia que no es nueva. De hecho, se arrastra del anterior gobierno, aunque reconoce que en los datos del último trimestre de 2018 –ya con el ejecutivo de Pedro Sánchez– se registra la mayor cifra dentro de la serie en aumento intertrimestral. «No se alcanzaba el 5,2% en el Estado desde el primer trimestre de 2007», comenta.
En julio de 2018 Pedro Sánchez aprobó la mayor oferta de empleo público en una década con 23.156 plazas
En julio de 2018, el Ejecutivo de Pedro Sánchez aprobó la mayor oferta de empleo público en una década. En total, convocó 23.156 plazas: unas 11.100 de nuevo ingreso, en torno a 6.200 de promoción interna, 5.500 de estabilización para convertir empleos temporales en indefinidos y 323 plazas de atención a refugiados.
A esto se suman las casi 7.700 plazas que ya convocó en abril el Gobierno de Mariano Rajoy para docentes, fuerzas armadas y cuerpos de seguridad del Estado.
Aún así, el cuarto trimestre siempre es muy particular y a esto debe sumársele los meses de inacción con el cambio de Gobierno, lo que puede explicar que las decisiones de contratación se hayan postergado a final de año, según Mínguez.
«Si en el primer trimestre se vuelve a repetir esta tendencia, probablemente estaremos en un cambio de política del Gobierno, pero de momento no podemos afirmar que vaya a ser una tendencia a consolidarse en el futuro«, sentencia.
El mercado laboral aún aguanta
Este aumento del sector público frente al privado que se registra en los últimos años exige tener recursos para poder abonar los salarios. Se puede hacer frente reduciendo las partidas de gasto en otros ámbitos o consiguiendo más ingresos.
Los presupuestos que ha presentado Pedro Sánchez son de carácter expansivo e incluyen un gasto público que se compensa con nuevos impuestos, con los que espera recaudar unos 5.678 millones de euros los ingresos adicionales.
Sin embargo, varios organismos no confían en las cuentas presentadas por el Ejecutivo al considerar que la predicción que hace de los ingresos no es realista. Sin ir más lejos, el Banco de España anunció el lunes que existen riesgos «significativos» de que no se cumplan las previsiones de ingresos contempladas.
En cuanto a los puestos creados, los datos que ofrece la EPA son de tipo de ocupación, pero no de sector económico. Así, los directores y gerentes y los técnicos y profesionales científicos se incrementan más que las demás categorías en el último año, tanto en el sector público como en el privado.
Algunos economistas aseguran que los datos de la EPA confirman que el mercado laboral «está aguantando bien por el momento». Además, añaden que, en caso de preocuparse, debería ser por cómo se puede mantener este ritmo de crecimiento de creación de empleo.
Así, la mayor preocupación de los economistas en cuanto al mercado laboral español son los problemas estructurales con los que cuenta. En España está ligado a creación de empleo de poca calidad o precario. Además, el país cuenta con la segunda tasa de desempleo más alta de la UE y una alta temporalidad.
Por su parte, CCOO duda de la solidez de los puestos creados. «No se observa un cambio en el modelo productivo liderado por la industria y sectores de alto contenido tecnológico y apoyado por el sector público, lo que pone en duda la solidez a medio plazo de la recuperación del empleo y la rebaja del paro, como se ha evidenciado en las etapas de recesión».