El sapo que deberán tragarse los compradores de BPA
Comienza el traspaso de los activos y del personal de la banca a Vall Banc, la entidad puente que las autoridades andorranas subastarán a finales de febrero con dudas crecientes sobre la operación
El consejo de administración de la Agencia de Reestructuración Bancaria (AREB) de Andorra, el equivalente al FROB español, aprobará el próximo 28 de enero el inicio del traspaso de los activos y del personal de Banca Privada de Andorra (BPA) a Vall Banc.
Según el calendario previsto por la AREB, Vall Banc tendrá una vida efímera, tan solo de un mes, hasta el 29 de febrero, cuando esta entidad se adjudicará a uno de los ocho candidatos que se han presentado a la subasta: los otros cuatro bancos andorranos –Andbank, Crèdit Andorrà, MoraBanc y Banc Sabadell Andorra–, dos grupos extranjeros y dos fondos buitres.
Toni Martí quiere resolver la venta antes del primer aniversario de la intervención
El gobierno andorrano, presidido por Toni Martí, trabaja a marchas forzadas para tener resuelta la venta antes del 10 de marzo, cuando se cumplirá un año de la intervención de BPA a consecuencia de una nota del FinCEN, la agencia del Tesoro norteamericano, que advertía de supuestas prácticas de blanqueo de dinero de origen criminal.
Esta nota era una propuesta de resolución, pero desde que el FinCEN la difundió hace diez meses no ha adoptado ninguna resolución sobre BPA y es probable que no lo haga nunca, según apuntan fuentes de los antiguos empleados del banco. No obstante, el comunicado del FinCEN ha tenido unos efectos devastadores, que han supuesto la aniquilación de BPA.
Críticas por la precipitación en poner en marcha en banco puente
Un especialista en las finanzas andorranas indica que el calendario previsto para la venta de los activos de BPA es «imposible» y que la operación está condenada al fracaso. En su opinión, Vall Banc, el banco puente, no está en condiciones de abrir este 28 de enero porque, para ser operativo, «necesita estar capitalizado, cuando solo dispone de 3 millones de euros; precisa generar confianza a sus clientes, cuando la mayor parte desea vaciar sus cuentas; y requiere medios técnicos».
Las fuentes consultadas subrayan que Vall Banc ni tan siquiera dispondría de un sistema informático para traspasar con garantías los saldos de las 20.000 cuentas de BPA y los datos de sus 32.000 titulares: «No pueden utilizar el sistema que tenía BPA porque la licencia informática se concedió a este banco y es intransferible a otra entidad».
Los hermanos Cierco anuncian una guerra judicial
Se trata de una banca judicializada, en «situación bélica», según apunta un especialista financiero andorrano, porque los antiguos propietarios de BPA, los hermanos Higini y Ramon Cierco, titulares del 75% del capital, han anunciado una guerra judicial en todos los frentes. Es el sapo que deberán tragarse los posibles compradores.
En noviembre pasado, los hermanos Cierco advirtieron al ejecutivo de Toni Martí que, si vendían los activos de BPA, incurrirían en una supuesta «negligencia grave» que se resolvería en los tribunales. La familia Cierco ha presentado una batería de demandas y reclama 365 millones de euros al gobierno andorrano por daños y perjuicios.
Qué harán los clientes?, y los corresponsales en el exterior?
Sobre el estreno este viernes de Vall Banc hay otras incógnitas: el comportamiento de los antiguos clientes de BPA, que esperan recuperar su dinero, y el de los corresponsales en el extranjero que deben repatriar los activos del banco de los Cierco en el exterior. En los medios financieros andorranos se pone en duda que todos los corresponsales estén activos este 28 de enero.
Desde la semana pasada, los candidatos a quedarse los activos de BPA agrupados en Vall Banc pueden consultar la documentación de la operación, unos datos sensibles porque incluyen los listados de clientes y sus depósitos. Los bancos andorranos se han comprometido ante la AREB que no intentaran atraer estos clientes hacía sus entidades.
El 29 de febrero debería conocerse el vencedor de la subasta, pero cabe la posibilidad que no se presenten ofertas o que no sean interesantes. En este caso, se entraría directamente en la liquidación y posible troceo de los activos.
Los empleados están en la cuerda floja
Si se liquida Vall Banc, los empleados que tenía BPA se quedaran sin trabajo. Antes de la intervención de hace un año, en BPA trabajaban 230 personas, de las cuales en estos momentos quedan poco más de un centenar. Cuando tan solo faltan tres días para el inicio de las operaciones de Vall Banc, todavía se desconoce los empleados que se traspasarán.