El Santander se juega 2.300 millones en su batalla con los Reuben
El banco que preside Ana Botín agotará las vías legales para recuperar la Ciudad Financiera
Banco Santander no parece dispuesto a ceder ni un ápice de terreno para recuperar la propiedad de su Ciudad Financiera. El banco continuará con su batalla legal contra la adjudicación a los hermanos Reuben de la titularidad de su sede corporativa, vendida en 2008 a Marme Inversiones, que años después entró en concurso de acreedores.
La entidad mantendrá la pugna después de que este lunes, el Juzgado de lo Mercantil número 9 de Madrid diera el visto bueno a la decisión del administrador concursal de considerar la oferta de los inversores británicos como la mejor y mantuviera la adjudicación a los Reuben de la titularidad del edificio y del contrato de alquiler a Santander, que se extiende durante 29 años más, hasta 2048.
El Santander, que presentó la segunda oferta más competitiva al administrador, recurrió la decisión y decidió igualar la oferta de los inversores extranjeros, acogiéndose a que el contrato de venta y posterior alquiler le otorgaba el derecho de tanteo.
Sin embargo, hasta el momento el banco no ha logrado el respaldo de los juzgados, por lo que está obligado a continuar pagando el contrato de alquiler, que actualmente rondaría los 80 millones anuales, según ha podido saber Economía Digital. Es decir, que supondría a largo plazo un gasto para el banco por encima de los 2.300 millones de euros; e incluso superior, en el caso de que la renta se adapte a la evolución de la inflación. Dado que tanto los Reuben como Santander han ofrecido a los acreedores de Marme unos 3.000 millones de euros brutos por la Ciudad Financiera, recuperar ahora la sede puede suponer un importante ahorro de costes a largo plazo para el banco.
El Santander agotará todas las vías legales
Desde que el banco que preside Ana Botín comenzara su batalla por recuperar el control de la Ciudad Finaciera, ha defendido que, según los términos del acuerdo de venta a Marme Inversiones, contaría con el derecho a recuperar la titularidad de su sede corporativa si se presentara un comprador o si este no contara con las suficientes garantías.
No obstante, el administrador concursal habría entendido que dicha cláusula podría no ser aplicable en caso de insolvencia del anterior propietario (Marme) y el banco español estaría dispuesto a agotar todas las vías posibles para recuperar la titularidad de unas instalaciones en las que trabajan cerca de 7.000 empleados, y cuyo nuevo dueño no parece ser del agrado del inquilino. En este sentido, el Santander no descarta incluso recurrir ante la Audiencia Provincial de Madrid. De hecho, estudia varias alternativas para impedir la venta a los Reuben.
El bloqueo judicial perjudica a los hermanos Reuben. Según publicó El Confidencial, estos inversores habrían estado estudiando alternativas para obtener liquidez gracias a este contrato, por ejemplo a través de una titulización. La amenaza de una larga pugna judicial resta mucho atractivo a una operación de este tipo, ya que los inversores que compran este tipo de productos cobrar unas rentas predecibles, que ahora mismo no gozan de visiblidad, ya que incluso se ha especulado con la posibilidad de que el Santander deje de pagar la renta al considerar a los Reuben unos caseros con insuficientes garantías.