El Estado perderá dinero con la gestión de las autopistas rescatadas
El Ministerio de Fomento deberá invertir 300 millones de euros en las autopistas para que recuperen un "estándar adecuado" y mejorar sus enlaces
El Ministerio de Fomento no solo ha tenido que rescatar nueve autopistas de pago, sino que ahora también asume que la gestión de las mismas le reportará pérdidas. Además, estas autopistas necesitan una inversión de 317 millones de euros para que recuperen un «estándar adecuado».
En concreto, el ministerio dirigido por José Luis Ábalos, estima que explotar estas vías le supondrá un gasto de 142 millones de euros el próximo año, que bajará hasta los 134,7 millones en 2022. En cuanto a los ingresos, las nueve vías generarán 122,8 millones de euros en 2019, importe que se elevará hasta 131,59 millones en 2022.
Fomento estima que la explotación de estas vías se salde con un beneficio bruto de explotación (Ebitda) negativo los próximos cuatro ejercicios. Aunque este se reducirá desde los 19,2 millones estimado para 2019 hasta los 3,16 millones previstos para 2022.
El Estado también debe pagar unos 2.000 millones a las antiguas concesionarias por la inversión en la construcción
Las pérdidas se producirán porque los gastos generados serán superiores a los ingresos que obtendrá, fundamentalmente por el cobro de los peajes. Además, la esperada subida del 7,1% en los ingresos por el aumento de tráfico no alcanzará a cubrir los gastos.
Estos costes se suman a unos 2.000 millones de euros que el Estado debe calcular y pagar a sus antiguas sociedades concesionarias por la inversión que realizaron en su construcción, que se conoce como Responsabilidad Patrimonial de la Administración (RPA).
Por su parte, el ministerio asegura que Seittsa, la sociedad de Fomento que explota las autopistas, ha reducido los gastos gracias a la unificación y centralización de la gestión de los mismos y la decisión de «no subrogarse determinados contratos de los que las exconcesionarias mantenían»
Recuperar el estándar adecuado
Las nueve autopistas rescatadas necesitan una inversión de unos 317,61 millones de euros para recuperar un «estándar adecuado», según la auditoría que encargó Fomento. De la inversión total prevista, 295 millones se destinarán a «poner al día» las autopistas en materia de conservación y mejora, refuerzo de firmes y optimización de sistemas, entre otros conceptos. Los 22,3 millones restantes se emplearán en acometer nuevos enlaces principalmente.
Se trata de un desembolso que, tal como recuerda Fomento, debería haber sido acometida por las anteriores concesionarias de las vías. Estas sociedades se encuentran quebradas y en liquidación.
Las radiales son las que más inversión necesitan. Los requerimientos oscilan entre los 59,8 millones que requiere la radial R-2 Madrid-Guadalajara y los 86 millones de la R-4 Madrid-Ocaña. En el resto, varía desde los 7,6 millones de la M-12 (une Madrid y el aeropuerto de Barajas), y los 24,3 millones de la AP-7 entre Cartagena y Vera.
A cierre de 2017, el número de usuarios de estas nueve autopistas aún estaban el 37,5% por debajo del que tenían en 2008, antes de la crisis, periodo en el que su tráfico se desplomó el 48,3%. Para 2018 estaba previsto un crecimiento del 7,5%, pero hasta septiembre solo se había elevado el 2%.
Repsol termina sus contratos
Repsol renuncia a mantener los contratos que tenía en las áreas de servicio de las autopistas rescatadas por el Gobierno. Fomento asegura que esta rescisión de contratos se traducirá en una «merma de ingresos».
Además, atribuye a esta renuncia el hecho de que esté obteniendo menos ingresos de los previstos por la explotación de las areas de servicio de las vías.
«Repsol ha mostrado su disconformidad con la continuación de los contratos que tenía en vigor con las sociedades que tenían las vías», asegura el Departamento que dirige José Luis Ábalos en la resolución por la que baja los peajes de las vías para que aumente su tráfico. Fomento abre la puerta a sacar a concurso la concesión de su explotación eventualmente.